Estas películas de Netflix te harán más feliz (o, al menos, lo intentarán)

No hace falta vivir de los últimos estrenos de mayo en Netflix para pasar buenos ratos frente a la televisión o el ordenador. La plataforma de VOD esconde grandes tesoros capaces de alegrarnos el día más gris y lluvioso... De esos que no te permiten disfrutar de unas cañitas en una terraza planeadas desde el lunes. Así, solo hay que contar con buenas recomendaciones para dar con los títulos que mejor rato nos van a hacer pasar. Capacidad para reflejar historias emocionantes contadas con sarcasmo y optimismo son los ingredientes que no faltan bajo estas líneas.

Mala hierba. Un estafador de poca monta con un pasado difícil opera junto con su madre adoptiva, con quien da ‘golpes’ en el supermercado para conseguir hacer la compra gratis. Pero todo cambia cuando le toca hacerse cargo de un grupo de estudiantes problemáticos que lo cambiarán todo. Así, humor (oscuro casi negro) y motivación están asegurados en este filme francés.

Los principios del cuidado. Inspiradora comedia son las dos palabras que mejor definen esta película centrada en la relación de un joven con una devastadora enfermedad y su cuidador.

Que baje Dios y lo vea. Al más puro estilo español, está película se basta del humor absurdo y los estereotipos para lograr un combo agradable, divertido y enternecedor. ¿La trama? Un cura moderno que no cree en la Iglesia como institución, pero sí en Dios, decide entrenar a un equipo muy (pero que muy) torpe de monjes para que gane un campeonato de fútbol y salvar así el monasterio, destinado a convertirse en un parador.

Billy Elliot. ¿Acaso existe algún ser capaz de verla y luego no bailar We love to boogie a todo volumen? Como lo dudamos, no podemos evitar recomendar la archiconocida historia del niño bailarín que desafió las normas sociales para cumplir sus sueños. Humor inglés, actuaciones que ponen los pelos de punta y una banda sonora que consigue que los pies se muevan solos... ¿hace falta más?

Hasta tiene tus ojos. Un matrimonio afrofrancés descubre que el bebé que van a adoptar es blanco. Aunque para ellos no supone ningún problema (¿acaso no hay familias blancas que adoptan bebés africanos o asiáticos?), el caos y los enfrentamientos familiares y administrativos están servidos. ¿La solución? Un secuestro exprés con el que las carcajadas (y alguna que otra lagrimita) no tardarán en escaparse.