Paula Ortiz: "Las mujeres estamos condenadas a lo minoritario en el mundo del cine"

La directora preside el jurado de la nueva edición del festival Notodofilmfest. Hablamos con ella sobre cortos, proyectos y el papel de la mujer en el cine.
Paula Ortiz: "Las mujeres estamos condenadas a lo minoritario en el mundo del cine"
Paula Ortiz: "Las mujeres estamos condenadas a lo minoritario en el mundo del cine"
Paula Ortiz: "Las mujeres estamos condenadas a lo minoritario en el mundo del cine"

A principios de los 2000, Javier Fesser ponía en marcha el festival de cortometrajes online, JamesonNotodofilmfest, con el objetivo de facilitar a través de Internet la exhibición y difusión cinematográficas. Por aquel entonces, Paula Ortiz comenzaba a hacer sus pinitos en el mundo del cine, precisamente con sus primeros cortos. Ahora, 15 años después, la directora de De tu ventana a la mía La novia presidirá el jurado de la nueva edición del festival online, que repartirá más de 40.000€ en premios en 19 categorías.

"Habíamos intentado que formara parte del festival con anterioridad, pero justo acababa de tener un niño. La verdad es que es un honor presidir el jurado este año", nos cuenta Ortiz con una sonrisa imborrable. Nos reunimos con ella para hablar sobre esta nueva edición del festival de cortos, la revolución digital en la industria audiovisual y las dificultades a las que debe hacer frente una mujer en el mundo del cine.

¿Sientes la responsabilidad de presidir el jurado de esta nueva edición del JamesonNotodofilmfest?

Por supuesto. He participado como jurado en varios festivales, pero nunca como presidenta, y siempre que formo parte de algo así siento una gran responsabilidad, porque yo suelo estar al otro lado normalmente. Sé lo que es exponerse y ofrecer tu trabajo, el esfuerzo que hay detrás de esa obra, o las ganas, la ilusión y la pasión que se pone. Me tomo esta experiencia con la responsabilidad que implica y veré cada trabajo con los cinco sentidos, porque es lo que yo querría que hiciesen cuando juzgan los míos. Además, es interesante cómo este festival alberga toda la experimentación y la diversidad social que tiene el cine. Hay premios en torno a los personajes femeninos, un programa que establece lazos con América Latina…

¿Qué tiene que tener un corto para que te atraiga? 

Juzgar los relatos cinematográficos es un terreno súper delicado. Siempre hay un componente subjetivo y cada trabajo es un ejercicio de libertad muy difícil de compartir con los demás. Yo valoro mucho la conciencia narrativa y la voluntad de ofrecer una experiencia intensa.

¿Existe mayor libertad en el mundo del cortometraje?

Está al margen de las presiones de la industria. No tiene por qué ser menor como relato, pero al no lidiar con el peso de todo lo que implica hacer un largo (las enormes inversiones económicas, técnicas, legales, humanas...), el corto permite más libertad. Este festival nace además en pleno cambio del paradigma digital, con todo lo que supone Internet. Vivimos una verdadera socialización y el ejercicio de libertad máximo: todos podemos crear y que llegue a todo el mundo. Es un cambio sumamente radical y positivo.

Esta era digital también tiene el inconveniente de que todo el mundo opine sobre tu trabajo.

A veces las redes sociales pueden ser muy destructivas. Lees tal avalancha de cosas que te vienes abajo, y el ego de los narradores es delicado porque te expones a ti mismo y a tu criatura. Además tienden a desestimar lo positivo, funcionamos así. Una amiga me dio un consejo una vez: "No tomes las críticas que sabes que no te pertenecen". Tú sabes perfectamente las debilidades que tiene el relato que has hecho. En montaje, aprendes, reconoces y aprendes de todos los errores que has cometido. Así que como sabes lo que está mal, tienes que escuchar todas esas críticas que señalan las virtudes y imperfecciones que te pertenecen, e intentar desestimar las otras. Aunque no es nada fácil.

Paula Ortiz: "Las mujeres estamos condenadas a lo minoritario en el mundo del cine"

¿Cómo has vivido tú todo esta revolución digital?

Desde que yo empecé a hacer cortos hacia 2000-2001 hasta ahora, todo se ha vuelto mucho más fácil a la hora de crear y difundir. También tengo que decir que yo solo he hecho un corto en 16 milímetros. No he rodado en analógico. Y sí, hay cierta melancolía en cuanto a las texturas, pero personalmente no echo de menos todo lo demás.

Vengo de Zaragoza, donde no existían estudios específicamente cinematográficos, soy mujer y no tengo padrinos en el cine... De no haber empezado ha trabajar durante esta revolución digital, no creo que hubiera podido hacer películas. El cine era y sigue siendo muy caro, muy elitista. Festivales como este y plataformas digitales han permitido que yo haga cine.

Tu corto Fotos de familia se exhibió en Cannes, además de en otros muchos festivales. 

Sí. Al final, creas relatos para que se puedan ver. Que los festivales, los lugares que te acreditan, te den cabida, puede suponer que hagas o no el siguiente proyecto. Que sigas dedicándote a esto.

¿Está siendo más fácil que confíen en ti para proyectos futuros tras el éxito de La novia?

Es difícil contestar a esta pregunta porque a mí me ha llegado el éxito en un momento personal muy específico. Justo cuando hice La novia, me quedé embarazada y ahora estoy viendo cómo afecta ser madre en la industria. Significa cambiar el ritmo, no es fácil. Sería egoísta decir que después de La novia no me ha sido más fácil presentar proyectos e intentar abordarlos, pero sigue siendo muy complicado sacar adelante cualquier trabajo cinematográfico. Tengo la sensación de que con mi nuevo proyecto la montaña vuelve a ser igual de empinada que antes.

¿Qué nos puedes contar de tu próxima película?

Se trata de la recreación del cuento popular francés de Barba Azul, recogido por Charles Perrault; es la historia de un hombre que guarda a sus mujeres con la cabeza cortada en una habitación, y prohíbe a la última esposa entrar allí. En realidad es una fábula más de todas las que hay en la tradición occidental sobre la dominación humana y, en este caso, sobre la dominación de género. Aunque nuestra versión es más una fábula sobre el acto creativo.

¿Has tenido más dificultades en tu carrera por ser mujer?

Por supuesto. Estamos en una sociedad en la que lo tenemos más difícil en cualquier área laboral que tenga repercusión, que implique poder. Sí tengo que decir que durante mi periodo de aprendizaje no tuve nunca la sensación de que mis ideas o mis proyectos se juzgasen en desigualdad. Pero cuando entras en la industria te lo ponen más difícil. Curiosamente me encuentro con más dificultades cuanto más tiempo pasa y más experiencia tengo que al principio, y soy mucho más consciente de la perversión de los mecanismos del sistema. Ves a mujeres que tienen la experiencia, la capacidad y el reconocimiento en la industria, pero luego hay compañeros con menos experiencia, menos capacidad y menos resultados en taquilla que acceden más rápido a los grandes proyectos.

Estadísticamente en España no ha habido una directora a la que se le haya confiado una gran producción. Si estamos pensando, por ejemplo, en Isabel Coixet, ella ha tenido que hacerlas fuera. A pesar de que esté demostrado que tenemos formación, y de que nuestros filmes tengan buena acogida en taquilla, en festivales, en la crítica… sigue habiendo desconfianza por parte de la industria a la hora de darnos un gran proyecto. Y el no tener acceso a esa gran producción implica no poder llegar al gran público, estar siempre condenadas a lo minoritario.

Es como si una mujer no puede dirigir una película de acción...

Ni un thriller, ni una película de terror… Una vez se nos ha dejado entrar en la industria, estamos muy sutilmente encajonadas en lo que se supone que es femenino; es decir, la comedia romántica, el drama generacional o el drama intimista. Todo ello, además, en una producción independiente, una producción menor. Estadísticamente es así.

Paula Ortiz: "Las mujeres estamos condenadas a lo minoritario en el mundo del cine"

Este año, Verano 1993, de Carla Simón, ha sido la elegida para representar a España en los Oscar, y las mujeres han triunfado en los Emmy con series como The Handmaid's Tale o Big Little Lies. ¿Están cambiando las cosas? 

Estamos empezando un cambio al que le queda mucho camino. Nosotras mismas por fin hemos tomado la decisión de imponer nuestra voz, de exigir ese 50% del espacio que nos corresponde en la industria, y no solo en géneros como el romance. Nosotras también imaginamos todos los mundos posibles.

Sí que hay un cambio de paradigma, como hemos visto con Verano 1993 en España. También es increíble la gran cantidad de series norteamericanas que se estrenan ahora, escritas, producidas, dirigidas y protagonizadas por mujeres adultas, que están rompiendo absolutamente todos los cánones. Protagonistas que se ríen de sí mismas, que cuestionan absolutamente todo lo que tiene que ver con su físico y su identidad como mujeres, como profesionales y como madres.

¿Hay en televisión más espacio para la mujer en todos estos ámbitos?

Ahora mismo, la televisión está viviendo una época de esplendor tan enorme a nivel creativo y ha abierto tantísimo territorio, que quizás vemos más oportunidades ahí. Pero creo que el cine sigue siendo uno de los escenarios más innovadores. Una producción independiente sigue siendo vanguardista.

Es cierto que, en los últimos años, el cine se ha polarizado tanto en EE UU como en España. O tenemos producciones muy grandes, o muy muy pequeñas. Ese cine independiente intermedio que era el terreno de la experimentación y el campo en el que expresar nuestra identidad se ha desdibujado mucho…

¿Qué opinas sobre la incursión de nuevas plataformas como Netflix a la producción cinematográfica?

Es lo mismo que supuso en su momento el paradigma digital, del que nació JamesonNotodofilmfest. Este nuevo cambio que han traído las plataformas me parece positivo sí o sí. Debates como el que se generó en Cannes para vetar producciones de Netflix no me parecen ni siquiera discutibles. Una serie de televisión, un corto o una película, si es valiente, si es buena y si llega a la audiencia habrá cumplido su misión. Es indudablemente bueno que haya más plataformas, que el contenido llegue a más gente y que estamos en el momento de la historia de la humanidad donde más relatos de todo el mundo podemos disfrutar con solo hacer clic en nuestro ordenador o en la tele. Luego podemos discutir los matices.

¿Dónde queda el corto en todo este panorama audiovisual en constante reinvención?

Yo trabajo como profesora en la Universidad de Barcelona y lo que veo es que la mayoría del contenido audiovisual que consumen mis alumnos son vídeos de Youtube de menos de 10 minutos. Los mensajes que mayoritariamente buscan y desean son los que tienden a la brevedad, como tienden a esa misma brevedad las redes sociales. No creo que el corto haya perdido su lugar; todo lo contrario, lo tiene más que nunca.

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