[Oscar 2016] 'Spotlight' cambia los titulares

'Mad Max: Furia en la carretera' y 'El renacido', más épicas, más grandes y más veloces, se vieron sorprendidas por los periodistas que destaparon los abusos sexuales de la Iglesia
[Oscar 2016] 'Spotlight' cambia los titulares
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La noche estaba trazada para que Mad Max: Furia en la carretera y El renacido se midieran quién la tenía más grande. La épica, se entiende. En cuestión de egos George Miller sabe que Alejandro G. Iñárritu no tiene rival. El veterano australiano asistió divertido a una carrera en la que siempre llevó la delantera. Seis Oscar –todos técnicos y uno para su esposa montadora– se quedó la cuarta entrega de una franquicia a la que pocos podían imaginar tal vitalidad. El mexicano comenzó a ensayar su discurso en el patio de butacas cuando vio como, por fin, Leonardo DiCaprio se quitaba un peso de encima y subía a recoger un premio que tanto se le resistía. Con la estatuilla en las manos descubrimos el verdadero motivo por el que Leo llevaba tantos años esforzándose: quería alertarnos del cambio climático en horario (Costa Oeste) de máxima audiencia. Ahora ya se puede retirar y dejar que los papeles buenos se repartan entre otros colegas de profesión. Si hacemos caso a Chris Rock, así los actores negros podrían optar a alguno.

Por cierto, Chris Rock. El presentador atacó la polémica sobre el monocronismo blanco de los Oscar de la única manera que podía hacerse con dignidad y honestidad: frontalmente. El mejor chiste sobre el tema que se apoderó de la gala sin embargo lo trajo un Sacha Baron Cohen, que rescató del olvido a su personaje Ali G. Lo hizo para homenajear a actores ninguneados por los académicos este año como "Idris Elba, Will Smith o ese tío negro tan molón de Star Wars: Darth Vader".

Cambiando la pizza de Ellen DeGeneres por las galletas de girl-scouts que debían vender sus hijas, o rechazando el número musical porque sabe que lo suyo es el monólogo-soflama, Chris Rock estuvo correcto hasta en sus mayores niveles de incorrección. Es muy difícil encontrar algo que objetar a su gala; tanto como destacar algún momento memorable. Puede volver cuando quiera. O no. ¿Alguien tiene el teléfono del vicepresidente Joe Biden? A juzgar por la ovación de los asistentes y teniendo en cuenta que el año que viene ya no tendrá trabajo, puede ser un buen relevo. Lástima que sea blanco. Habrá que ver qué tal van en Hollywood de diversidad en 2017.

Héroes anónimos, los realizadores y guionistas de la entrega de premios. Ha sido con diferencia la gala más ágil, rápida y moderna que uno alcanza a recordar. No hay más que ver la elegancia con la que liquidaron premios farragosos como el de Mejor Dirección de Fotografía –Emmanuel Lubezki hizo el triplete consecutivo– o el de Mejor Montaje. Se nota que alguien sensato ha querido diseñar unos Oscar realmente nuevos, un show más acorde a la generación de la ventana múltiple y los mensajes breves e impactantes. Grandísima idea lo de recortar los agradecimientos. También, dentro esta revisión de todo lo que supone la noche, dediquemos a Louis C. K. un hurra lanzando el puño al aire: había que tener valor para decir en voz alta lo que llevamos años pensando sobre la categoría de los cortos documentales y similares.

Hay motivos para pensar que se abre una nueva etapa con ganadoras como Alicia Vikander (La chica danesa) o Brie Larson (La habitación). La única concesión al pasado fue el Oscar a Ennio Morricone, que incomprensiblemente sólo tenía uno honorífico hasta hoy. Salió del palco de los viejos gruñones de los Muppets que ocupaba junto a John Williams para recibir uno de verdad por Los odiosos ocho. Ese detalle no lo tuvieron los académicos con Sylvester Stallone, y nos quedamos sin que dilucidásemos si estaba llorando o sonriendo al recoger un Oscar que parecía cantado por Creed. Se lo arrebató el británico Mark Rylance con la misma tranquilidad con la que le birló a Tom Hanks El puente de los espías.

Bueno, pues básicamente esto fue todo… Un momento. ¿No nos olvidamos de nada? A ver, el documental no, que fue para el excelente Amy (La chica detrás del nombre); Del revés (Inside Out)El hijo de Saúl cumplieron todos los pronósticos y fueron respectivamente Mejor Película de Animación y Mejor Película en Lengua Extranjera. En las categorías de guiónes, La gran apuesta se hizo con el de adaptado y el original fue a parar a Spotlight que, ah, sí, era eso lo que aún no habíamos dicho, sorprendió a todos convirtiéndose en la ¡MEJOR PELÍCULA DE LA NOCHE!

Esa fue la sensación, de despiste más que de sorpresa. Como si alguien hubiera adelantado a los velocistas por la calle exterior. En una noche en la que los responsables de Mad Max: Furia en la carretera y El renacido se marcaban de cerca en una carrera frenética, saltó la liebre. O la tortuga. Paradójicamente, cuando la crónica estaba casi escrita, fueron los periodistas de Spotlight los que obligaron a sus colegas de la realidad a parar las rotativas o, no seamos antiguos, renombrar las urls.

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