Novos Cinemas, un festival al margen de las reglas del juego

El certamen gallego se celebra del 11 al 16 de diciembre en Pontevedra
Novos Cinemas, un festival al margen de las reglas del juego
Novos Cinemas, un festival al margen de las reglas del juego
Novos Cinemas, un festival al margen de las reglas del juego

Al director del festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos, se le atribuye la frase “hay películas para todos”. Asumiéndola y dándole la vuelta, habría que añadir que, además, hay públicos para una misma película. Aprendido el reglamento que ordena los festivales internacionales de cine, los directores y programadores saltan a la arena del mercado y, hachazo viene, hachazo va, batallan con denuedo por la última película de Olivier Assayas o de Hong San Soo, olvidándose, casi de un modo grosero, de que el espectador que paga por su butaca en Sevilla jamás será el mismo que hace lo propio en Gijón.

Sirvan los festivales pequeños para contrarrestar este proceder tan ilógico como consolidado a base de repetirnos ese mantra que afirma que hay que criticar al juego, no al jugador (el enésimo eufemismo extraído del diccionario neo-con para desviar nuestra responsabilidad). Decía Platón que allá donde reina el amor no hacen falta las reglas, así que Novos Cinemas vive felizmente al margen de esas cuitas y no teme cruzar en su catálogo Apuntes para una película de atracos (2018), la nueva película in progress de León Siminani basada en las andanzas del Robin Hood de Vallecas, y Trinta Lumes (Diana Toucedo, 2017) ese híbrido entre documental y leyenda que, a pesar de su largo recorrido por festivales (Berlín, San Sebastián, Málaga, Filmadrid, …), compite en la Sección Oficial. Resulta interesante ver como un título ya estrenado en salas y otro con amplia trayectoria coincidan en un foro que, más allá de sus bases, piensa en su línea programática como salvaguarda para el espectador pontevedrés, que de ningún otro modo tendría acceso a estas dos obras. Es decir, hay públicos para las mismas películas. Y, claro está, hay películas para todos. De hecho, el certamen que dirigen el cineasta Ángel Santos (Las altas presiones), el productor Daniel Froiz (A estación violenta) y el programador Suso Novás, cuenta con hasta tres estrenos nacionales en un apartado principal compuesto por nueve títulos (la canadiense Fail to Appear de Antoine Bourges; la china Suburban Birds de Qiu Sheng y The World is Full of Secrets del estadounidense Graham Swon).

La novedad que anuncia su nombre obliga a Novos Cinemas tanto a rastrear los talentos emergentes -solo se proyectan primeros y segundos largometrajes- como a tomarle el pulso al cine contemporáneo, a tratar de adivinar hacia donde quieren ir esos realizadores a los que les queda todo el futuro por estrenar. El porvenir que nos auguran Sophia Antipolis (Virgil Vernier, 2018) y You have the night (Ivan Salatic, 2018) no es, digámoslo ya, muy halagüeño. El documental simulado que firma Vernier, situado en la ciudad que da nombre al filme (una suerte de Silicon Valley en la Provenza), se cierra con una secuencia en la que un sol justiciero quema la lujosa costa francesa, casi como si viéramos una fotografía sobrexpuesta. Antes, hemos asistido a una sucesión de bloques por los que han desfilado jóvenes de dieciocho años que necesitan pechos artificiales porque los reales no eran lo suficientemente perfectos (?), vendedores al por mayor de un más allá definitivamente mejor que la Costa Azul (??) o comandos paramilitares que patrullan las calles desiertas en busca del penúltimo enemigo inventado (???). Ni siquiera la más hermosa de las realidades es suficiente para quien está solo.

Si Vernier habla de una sociedad tan hipermoderna como agotada, Ivan Salatic nos muestra el álbum de fotos del fin del mundo. De su mundo. El cierre definitivo de los astilleros de Herceg Novi da carpetazo a un modo de vida que sume en la miseria más absoluta a los habitantes de la pequeña ciudad montenegrina. En la estela de otros filmes seleccionados, documental y ficción se disuelven para formar un compuesto fílmico en el que los encuadres mutilan a unos personajes incompletos (los cuerpos siempre cortados) y la composición del plano enrarece la hermosura de unos paisajes que se tornan funestos.

You have the night huye del énfasis -los problemas proletarios brotan con aterradora normalidad- tal y como sucede en Fail to Appear, un cartesiano relato carcelario que arranca como un documental observacional para desplegarse como un alegato en voz baja en favor de la desobediencia civil frente a un sistema burocratizado que no sabe cómo hacer frente a un pequeño gesto inesperado. Una demostración de que los jugadores pueden cambiar el juego (Novos Cinemas, por ejemplo, desplazó esta su tercera edición al invierno, dejando que la audiencia disfrute de las numerosas terrazas en las que, en el verano de Pontevedra, florece la gente).

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