No sólo Disney: otros cuentos de hadas son posibles

Tienen más de 300 años de historia y jamás pasan de moda. Los cuentos de hadas en el cine no son propiedad de Walt Disney –aunque al padre de Mickey Mouse le debamos haberlos popularizado en el séptimo arte–, y el estreno de la nueva versión de Bella durmiente, de Adolfo Arrieta, dos semanas después de que haya aterrizado en la cartelera La bella y la bestia de Disney, demuestra que son muchas las maneras de acercarse a las leyendas de los hermanos Grimm, Charles Perrault y demás.

En CINEMANÍA ya hemos reivindicado otros cuentos de hadas en el cine que nada tienen que ver con los facturados por el tío Walt, y ahora, con el estreno de la cinta de Arrieta, hilamos más fino para presentar las adaptaciones de clásicos infantiles más inesperadas que ha dado el universo cine.

‘La bella durmiente’ en el cine de autor

Adolfo Arrieta es el último de los cineastas de arte y ensayo que se ha reformulado el cuento de Perrault. En su filme, que hoy se estrena, el príncipe es un amante de tocar la batería y se ha marcado como objetivo entrar en el reino de Kentz, con la ayuda de una arqueóloga de la UNESCO, para confirmar si la princesa de la que hablan las leyendas vive postrada en un sueño eterno o no.

Catherine Breillat, por su parte, también se fijó en el cuento de Perrault para proponer en 2010 una mirada algo más perversa. La cineasta francesa enriquece el argumento de La bella durmiente con elementos de La reina de las nieves, la fábula de Hans Christian Andersen, en incluso con toques de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, con el fin de hablarnos en clave onírica del despertar sexual de la protagonista.

‘La sirenita’, según Miyazaki

Ponyo es una princesa pez de color dorado enamorada de Sosuke, un niño de 5 años que vive en un acantilado de olas furiosas y vistas de ensueño. Así plantea el maestro Hayao Miyazaki su versión sui generis de La sirenita, de Hans Christian Andersen, en Ponyo en el acantilado; una vuelta al universo infantil que también disfrutamos los adultos.

Hal Hartley, Sarah Polley y ‘La bella y la bestia’

Bella y bestia son, pero no tal y como nos los ha presentado Disney. Para Hal Hartley, el icono del cine indie anglosajón de los 90, Bella tiene el rostro de Sarah Polley, se llama Beatrice y trabaja como reportera en un programa de televisión algo amarillista. En un viaje hacia Islandia sufre un accidente de avión y acaba siendo rescatada por una criatura (Robert John Burke). No Such Thing (2001) es mitad cuento de hadas, pero también mitad fábula de terror en consonancia con el Frankenstein de Mary Shelley.

Blancanieves en el ‘college’

Con permiso de nuestra Blancanieves, la preciosa adaptación torera y en blanco y negro de Pablo Berger, nos hemos querido detener en la curiosa versión moderna del cuento de los hermanos Grimm en Una novata en un cuento de hadas (2007). Intrigas y rivalidad femenina en el college, una historia de amor y los siete enanitos como si hubieran salido de La revancha de los novatos (Jeff Kanew, 1984).

‘La cenicienta’ de Tex Avery

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Una Cenicienta de mofletes lozanos, una hada madrina que aparece en un furgón de policía, una diligencia como carroza y un príncipe que se presenta en el baile de gala cuando la alfombra azul se desenrolla sobre las escaleras. Bienvenidos al universo pop y loco de Fred y Tex Avery, que se lanzaron a realizar su propia versión del cuento en 1938 bajo el título Cinderella meets Fella.

‘Inteligencia Artificial’, el Pinocho futurista

David (Haley Joel Osment) es un niño robot cuyo máximo deseo es convertirse en un niño de verdad. No es Pinocho, pero tampoco hay demasiadas dudas en que Steven Spielberg, según el guión de Stanley Kubrick, a su vez basado en el relato de Brian Aldiss, se basó en el cuento de Carlo Collodi en Inteligencia Artificial. “Si me convierto como Pinocho en un niño de verdad, ¿podré volver a casa?”, dice en un momento el melancólico pequeño protagonista.

‘Barba Azul’, de George Méliès a Catherine Breillat 

Ya en 1901, George Méliès, el padre del ilusionismo cinematográfico se atrevió con la leyenda de Barba Azul, el desalmado que coleccionaba los cadáveres de sus antiguas mujeres, y es uno de los cuentos clásicos de Perrault más adaptados, de George Cukor a la Nippon Animation. La última adaptación la realizó la francesa Catherine Breillat, en una historia de dos hermanas contra un hombre de oscuras intenciones. Y con Lola Créton.