Muere la actriz francesa Mireille Darc

A poco que supiera buscarse la vida, un actor o una actriz podía hacer de todo en la Francia de los 60: desde futuros clásicos de la Nouvelle Vague hasta comedias destrozonas, irreverentes y (en apariencia) intrascendentes. El caso de Mireille Darc es un buen ejemplo: la actriz, que falleció ayer en París a la edad de 79 años, participó tanto en El gran rubio con un zapato negro (Yves Robert, 1972), una descacharrante parodia del cine de espías, como en Week End (1968), aquella película en cuyo final Jean-Luc Godard proclamaba que el cine había muerto para los restos.

Nacida en Toulon, en el seno de una familia tan humilde como disfuncional, Darc cambió su apellido natal (Aigroz) por un "Darc" que evocaba a Juana de Arco. Y, al igual que la santa guerrera, convirtió su cabello corto en seña de identidad. Sus primeros trabajos importantes en el cine tuvieron lugar a las órdenes de cineastas como Roger Vadim (A pierna suelta) y Georges Lautner (Los gangsters no se jubilan), y acompañando a actores tan rematadamente galos como Louis de Funès y Jean Gabin.

En 1968, rodando Jeff, Darc tuvo la suerte (o la desgracia, según se mire) de enrollarse con Alain Delon, que sería su pareja hasta 1983. Durante los 80, su estrella fue declinando, hasta que encontró tierra de asilo en la TV. Allí desarrolló la práctica totalidad de su trabajo durante las dos últimas décadas, trabajando a la vez como realizadora, guionista y fotógrafa. En 2016, Mireille Darc sufrió dos hemorragias cerebrales, cuyas consecuencias han acabado llevándosela.