Muere Krzysztof Penderecki, compositor de 'El exorcista' y 'El resplandor'

El compositor polaco ha muerto a los 86 años tras una larga enfermedad, y después de dar negativo en COVID-19.

El compositor y director de orquesta Krzysztof Penderecki ha fallecido a los 86 años, dejando tras de sí un gran legado, que supone algunas de las partituras más importantes de la música contemporánea. Algunas de sus piezas ganaron especial relevancia popular al emplearse en películas tan reconocidas como El exorcista, de William Friedkin, o El resplandor, de Stanley Kubrick.  

Penderecki fallecía este domingo en su casa de Cracovia en Polonia, tras un larga enfermedad, y rodeado de su familia, como informaba en un comunicado la Asociación Ludwig van Beethoven. Aunque en un inicio se manejaba la hipótesis de que hubiera podido contraer el COVID-19, después de que su cuidador diera positivo, las pruebas del compositor resultaban negativas.

Penderecki nació en Debica, Polonia, el 23 de noviembre de 1933. De abuelo alemán y abuela armenia, su padre le trasladó desde bien pequeño su gran gusto por la música, puesto que este tocaba el violín. El polaco estudió violín y composición en el Conservatorio de Cracovia, donde fue profesor y posteriormente rector. También ejercería la enseñanza en la Escuela Universitaria de Música de Yale.

Reconocido como uno de los grandes innovadores de la música sinfónica en la segunda mitad del siglo XX, Penderecki escribió ocho sinfonías, cinco óperas y una gran cantidad de piezas orquestales, conciertos y coros. Su huída de la ortodoxia musical, afinidad por la atonalidad y propensión a la acumulación atrevida de sonidos le granjeó gran reconocimiento al inicio de una carrera que en las últimas décadas acabaría derivando hacia un romanticismo tamizado.

Penderecki en el cine

En cuanto a la música de cine, la gran aportación de Krzysztof Penderecki fue su banda sonora para El manuscrito encontrado en Zaragoza (1965), la poliédrica obra maestra de Wojciech Has en la que volcó toda su experimentación sonora. En años posteriores colaboraría con más cineastas polacos (como Andrzej Wajda, en Katyn, 2007), e incluso en producciones francesas como Je t'aime, je t'aime (1968), de Alain Resnais.

William Friedkin utilizó varias de sus piezas musicales para El exorcista (1973), con una inspiración claramente religiosa y que fue condenada de forma abierta por el Vaticano. Penderecki pronto llegó a convertirse en un compositor muy querido a la hora de crear atmósferas tensas y opresivas en el cine. Sobre todo después de que sus trabajos atonales fueran usados para crispar los nervios por Stanley Kubrick dentro de la selección musical que forma la banda sonora de El resplandor (1980).

Quien siempre se mantuvo fiel a Penderecki fue David Lynch, con muchas de sus piezas musicales entre sus composiciones predilectas y utilizadas en diversos títulos. Desde la orquestación irritante de Kosmogonia que se filtra en Corazón salvaje (1990) a la selección de obras que se escucha en Inland Empire (2006) o la memorable aparición del Treno a las víctimas de Hiroshima en la secuencia de la explosión atómica de la tercera temporada de Twin Peaks (2017).

Ese treno, compuesto para ser interpretado por 52 instrumentos de cuerda frotada, también lo empleó Alfonso Cuarón en el clímax final de Hijos de los hombres (2006), y se ha escuchado también en la serie Black Mirror (2017); Martin Scorsese, un poco más original, recurrió a la Sinfonía No. 3 del compositor al elegir música para Shutter Island (2010). En 2001, Penderecki  fue reconocido con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y también tiene en su haber hasta cinco premios Grammy.

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