Muere el director de fotografía Michael Chapman ('Taxi Driver') a los 84 años

Este domingo fallecía debido a un fallo cardíaco Michael Chapman, prestigioso director de fotografía cuya carrera se remonta a principios de los 70. Lo anunciaba su mujer, la guionista Amy Holden Jones (guionista de films como Mystic Pizza o Una proposición indecente), y el fallecimiento tenía lugar en su domicilio de Los Ángeles, cuando Chapman contaba con 84 años. Apodado "el poeta de las aceras" por su personalísima visualización de los espacios urbanos, ganó dos Oscars a lo largo de su trayectoria.

Nacido en Nueva York en 1935, Chapman se inició en el cine como operador de cámara, teniendo como maestro nada menos que a un titán como Gordon Willis. Trabajó a sus órdenes dentro de El padrino en 1972, y tuvo el mismo puesto en Tiburón de Steven Spielberg (1976) y El casero (1970), dirigida por Hal Ashby. Precisamente fue este último cineasta quien le dio la oportunidad de debutar como director de fotografía, sucediendo en El último deber (1973).

A este trabajo le siguieron en 1976 La tapadera (protagonizada por Woody Allen) y, sobre todo, Taxi Driver. La icónica película de Martin Scorsese se benefició de su talento a la hora de recrear aquel Nueva York opresivo por el que conducía Travis Bickle, y bastó para convertirle en un nombre imprescindible de este Nuevo Hollywood. Volvería a trabajar con Scorsese en 1978 dentro de El último vals (organizando un sofisticado juego de cámaras en torno a la actuación de The Band), y dos años más tarde en Toro salvaje.

Por su labor en la tormentosa biografía de Jake LaMotta, Chapman obtuvo su primer Oscar, poniéndose por última vez a las órdenes de Scorsese en Bad, el videoclip de Michael Jackson. A finales de la década de los 70 trabajó en La invasión de los ultracuerpos y Las pandillas del Bronx, ambas firmadas por Philip Kaufman, e iniciados los 80 quiso debutar él mismo como director. Así, en 1983 dirigió La clave del éxito con Tom Cruise, y en 1986 El clan del oso cavernario, con Daryl Hannah.

La oscuridad de sus primeros trabajos fue aligerándose con el paso de los años, retomando su labor como director de fotografía en Los fantasmas atacan al jefe (1988) y Cazafantasmas II (1989), así como en Jóvenes ocultos (1987). En la siguiente década formó parte del equipo de Poli de guardería (1990) y Space Jam (1996), y ganó su segundo Oscar gracias a El fugitivo (1993), de Andrew Davis.

En los compases finales de su carrera coqueteó con la ciencia ficción y la fantasía en Evolution (2001) y Un puente hacia Terabithia, siendo este film de 2007 su último trabajo.