Michael Caine: Todo por la pasta

Es un actor genial, un icono del cine... Y un currante que nunca rechaza un papel bien pagado, aunque eso le lleve a trabajar con Steven Seagal.
Michael Caine: Todo por la pasta
Michael Caine: Todo por la pasta
Michael Caine: Todo por la pasta

"Primero, elije los buenos papeles. Si no te ofrecen ninguno, elige los mediocres. Y, si los mediocres no llegan, elige los que pagan bien". No lo decimos nosotros: este consejo para los actores del mundo llega de parte de Michael Caine, un señor que sabe de lo que habla. El veteranísimo británico, a punto de estrenar en España Mi amigo Mr. Morgan, tiene montones de filmes memorables en su carrera (El hombre que pudo reinar, Hijos de los hombres, Ha llegado el águila, Asesino implacable...), ha ganado dos Oscar como secundario (por Hannah y sus hermanas y Las normas de la casa de la sidra) y se mantiene lo bastante en forma como para que ese jovenzuelo llamado Christopher Nolan cuente con él en cada nuevo rodaje. Pero también es un profesional con el colmillo muy retorcido, de esos que nunca rechazan un contrato siempre que éste venga acompañado de un cheque sustancioso.

Con este ritmo estajanovista, gracias al cual su filmografía suma 160 títulos (y los que le quedan), Caine ha participado en muchos filmes del montón. También se ha dejado ver en otros tirando a penosos. Y, por último, ha aportado su talento a una larga lista de filmes de esos en los que nadie en su sano juicio se hubiera prestado a intervenir sin la promesa de un sueldo turgente. A continuación te ofrecemos una lista de estos últimos... avisándote de que, aunque los bodrios abundan, también hallarás un par de títulos sorprendentemente divertidos.

El enjambre (Irwin Allen, 1978)

Sir Michael es... Brad Crane, un aguerrido entomólogo en lucha contra unas abejas muy malas. Y muy numerosas, también. A su alrededor pululan estrellas veteranas en horas bajas, como Fred MacMurray, Richard Widmark o los mismísimos Henry Fonda y Olivia DeHavilland.

Y la película es... Un bodrio sin paliativos, y seguramente uno de los ejemplos más incalificables del cine de catástrofes de los 70 (aliñado con unas gotas de terror animal a lo Tiburón). Su mastodóntico metraje, casi dos horas y media, impide que sea un buen entretenimiento para los ratos tontos, y, visualmente hablando, su único interés viene dado por esos planos en 'abejavisión' que muestran el punto de vista de los insectos. Señalemos que, durante muchos años, Caine calificó a El enjambre como la peor película de toda su carrera. Lo cual no le impidió repetir a las órdenes de Allen un año después con la también muy objetable Más allá del Poseidón.

Ashanti (Ébano) (R. Fleischer, 1979)

Sir Michael es... David Linderby, científico estadounidense cuya esposa (Beverly Johnson) es secuestrada en África por una banda de traficantes de esclavos. Oh, cielos.

Y la película es... Atención, lectoras y lectores: duelo de titanes habemus. Porque, si este filme lo protagoniza un Caine en busca del cheque, y lo dirige un Richard Fleischer (Conan, el destructor) en modo igualmente alimenticio, su guión está basado en una novela de Alberto Vázquez Figueroa, el rey guanche del thriller sensacionalista para quioscos de aeropuerto. Y, como las superproducciones choriceras de los 70 eran así, el reparto tenemos a Peter Ustinov, Kabir Bedi (Sandokán) y Omar Sharif interpretando a árabes más o menos pérfidos.

La mano (Oliver Stone, 1981)

Sir Michael es... Tras un accidente de coche, el dibujante de cómics Jonathan Landsdale pierde la extremidad (la derecha, concretamente) que da título a esta película. Por si fuera poco con el cataclismo familiar y profesional que ello provoca, Jonathan descubre que el apéndice amputado va por ahí a su aire y matando gente.

Y la película es... Resulta, rezan las crónicas, que Michael Caine necesitaba dinero para instalar una puerta automática en el garaje de su casa. Y, en esa tesitura, su camino se cruzó con el de un joven guionista estadounidense que buscaba un prota famoso para su debut tras la cámara. ¿Pensabas que la conjunción de ambos factores iba a dar como resultado un bodrio? Pues va a ser que no: La mano es una cinta de lo más disfrutable, sobre todo por la sorpresa que supone ver al siempre comedido Caine desparramando y sobreactuando a las órdenes del futuro director de Platoon. 

Lío en Río (Stanley Donen, 1984)

Sir Michael es... Matthew Hollis, madurito en crisis matrimonial, y su hija (una Demi Moore pubescente) se van de vacaciones a Río de Janeiro acompañando a un colega recién divorciado (Joseph Bologna) y a su también joven y curvilínea vástaga Jennifer Johnson. Cuando la brisa marina, la samba malandrina y el calor tropical hacen su efecto, Matthew se ve inmerso en un tórrido romance intergeneracional con la adolescente.

Y la película es... Escandalosa y exitosa en su momento, Lío en Río queda ahora como una película muy circunstancial, muy olvidable y cargada a la postre con una insufrible moralina. Lo más triste de esta comedia, eso sí, no es la interpretación de un Caine en modo alimenticio, sino que supusiera un indigno testamento para el director de Dos en la carretera y Cantando bajo la lluvia.

Tiburón. La venganza (Joseph Sargent, 1987)

Sir Michael es... Hoagie Newcombe, residente en las Bahamas y piloto de profesión, se ha enamorado de Ellen Brodie (Lorraine Gray), viuda del añorado sheriff de Amity Island. Eso tiene un lado bueno, porque la señora parece corresponderle, y también un lado malo: como sabemos nosotros y Spielberg, hacerse amigo de la familia Brodie le convierte a uno en irresistible para todos los escualos asesinos en mil millas náuticas a la redonda.

Y la película es... Lo sentimos: hemos hecho lo posible para no tener que mencionar este despropósito, reconocido repetidas veces por Caine como uno de sus peores trabajos. Pero las cosas son como son, y ha habido que incluirlo en la lista. Si quieres más información sobre sus nefastos resultados, y sobre la razón crematística de nuestro hombre para protagonizarlo, consulta nuestro informe sobre cómo una mala cuarta parte puede hundir una franquicia para siempre.

Atraco a falda armada (Michael Winner, 1990)

Sir Michael es... Dos timadores en horas bajas (uno, Caine, y el otro nada menos que Roger Moore) descubren que 'casualmente' se parecen como dos gotas de agua a dos científicos responsables de un revolucionario descubrimiento. Por supuesto, el resultado es una comedia de intrigas y suplantaciones repleta de graciosos equívocos... O, más bien, de vergüenza ajena.

Y la película es... Lo único que puede decirse de Atraco a falda armada es esto: el filme resulta aún más bochornoso que su título español. No podía ser menos, tratándose de una producción del recientemente fallecido Menahem Golan (liquidado ya su emporio Cannon) y dirigida por el responsable de la saga Yo soy la justicia, ya al borde de la jubilación. Fíjate hasta donde llega el desastre, que ni siquiera el cameo de John Cleese consigue añadir unas pocas risas al conjunto.

En tierra peligrosa (Steven Seagal, 1994)

Sir Michael es... Michael Jennings, despiadado presidente de una compañía petrolera, no sabe en dónde se ha metido: un antiguo agente de la CIA (Seagal, claro está) convertido en experto artificiero quiere ajustarle las cuentas por sus malas políticas laborales, su desprecio para con las tribus de Alaska y su poco respeto al medio ambiente. Y es que, en el cine de acción de serie Z, también hay sitio para la ecología.

Y la película es... Siempre en busca de un jugoso cheque, Caine aceptó incorporarse a En tierra peligrosa después de que Anthony Hopkins y Jeremy Irons rechazaran su rol de villano. Una decisión, como habría de verse, nefasta: aparte de lo mal que lo pasó rodando en la gélida Alaska (nuestro héroe es más de playita, por lo que se ve), de esos rumores (desmentidos en su autobiografía) según los cuales Steven Seagal y él se llevaron a matar y de lo mal que le sienta la corbata de lazo, Caine obtuvo aquí unas críticas aún más desastrosas de lo habitual para un trabajo alimenticio. En el agregador Rotten Tomatoes, este filme y Tiburón: La venganza, son las dos únicas películas de su filmografía con un 0% de media.

Los Teleñecos en cuentos de Navidad (Brian Henson, 1997)

Sir Michael es... Todos conocemos la historia: en la nochebuena de 1843, el banquero Ebenezer Scrooge recibe la visita de tres espíritus que, a base de sustos, quieren convencerle de que sea menos tacaño y menos tirano con sus empleados. Sólo que, en esta película, el elenco de secundarios está compuesto por Gustavo, Gonzo, Fozzie, Miss Piggy y compañía.

Y la película es... Como saben Bill Murray (Los fantasmas atacan al jefe) y Jim Carrey, entre otros, protagonizar una adaptación del cuento de Charles Dickens puede poner tu carrera en serios apuros. De hecho, cuando se estrenó Los Teleñecos en cuentos de Navidad, muchos pensaron que la carrera de Caine había tocado fondo. Lo cual es una pena, porque, si bien está muy lejos de ser una obra maestra, el filme se las apaña para resultar entrañable y, sobre todo, para mantener bajos los niveles de bochorno.

Miss Agente Especial (Donald Petrie, 2000)

Sir Michael es... Tras toda una vida enseñando educación y buenos modales, Victor Melling se enfrenta al mayor desafío de su carrera: convertir en gracil damisela a una agente del FBI (Demi Moore Sandra Bullock) agraciada con la finura de un estropajo. De los de aluminio.

Y la película es... Estamos de acuerdo en que, por mucho que arrasase en taquilla, Miss Agente Especial no pasará a los anales del cine como una obra maestra. Pero también es inevitable señalar que los encuentros entre Caine y una Bullock aún no reivindicada como actriz poseen química y frescura.

La huella (Kenneth Branagh, 2007)

Sir Michael es... Andrew Wyke, aristocrático autor de novelas policíacas, maquina un juego letal para humillar a Milo Tyndle (Jude Law), el macarrilla de clase obrera que se acuesta con su mujer. Un momento: esto nos suena de algo, ¿no?

Y la película es... El hecho de que Brannagh y el guionista Harold Pinter se atrevieran a rehacer el clásico de 1972, dirigido por J. L. Mankiewicz y escrito por Anthony Shaffer, ya fue arriesgado de por sí. Ahora bien, que Caine se sumase a la jugada es algo que todavía no nos explicamos. Vale que el filme original fue uno de sus máximos triunfos como actor, que el papel de Andrew Wyke (Laurence Olivier en la versión anterior) es un caramelo para cualquier actor maduro y que, tras el remake de Alfie, Law parecía su sucesor natural en los platós británicos, pero un intérprete tan versado como él en los vericuetos del negocio debería haberse olido el desastre desde el comienzo. A no ser, claro, que le cegara el resplandor de una paga sustanciosa...

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