Más allá de Studio Ghibli: el trabajo detrás de Studio Ponoc

Cuando Ghibli flirteó con abandonar la animación, los talentos jóvenes de la compañía se marcharon a fundar otro estudio, el de 'Mary y la flor de la bruja': el Studio Ponoc.
Más allá de Studio Ghibli: el trabajo detrás de Studio Ponoc
Más allá de Studio Ghibli: el trabajo detrás de Studio Ponoc
Más allá de Studio Ghibli: el trabajo detrás de Studio Ponoc

Nada dura eternamente. Por eso, en 2014 Studio Ghibli cerró sus puertas a producir nuevas películas originales después de hacerse oficial el retiro de Hayao Miyazaki. Y si bien aquello no duró más tiempo del aburrimiento que le incitaba una jubilación atareada al cineasta –desde 2016 el estudio está produciendo la nueva película dirigida por Miyazaki, How Do You Live?–, los jóvenes del estudio se sintieron decepcionados ante la idea de no volver a trabajar nunca en una película.

Por esa razón, el productor Yoshiaki Nishimura junto con el director Hiromasa Yonebayashi decidieron abandonar el barco, dejar atrás Studio Ghibli y crear su propio estudio: Studio Ponoc.

Más allá de Studio Ghibli: el trabajo detrás de Studio Ponoc

Para entender su decisión hace falta comprender que Studio Ghibli siempre fue un proyecto cerrado, hecho a la medida de las ambiciones de unos pocos. Autores como Hayao Miyazaki, Isao Takahata y Joe Hisaishi tuvieron en Ghibli su campo de juegos en el cual hacer lo que quisieran sin tener que ajustar cuentas ante nadie. O ante casi nadie. Al fin y al cabo, sin el trabajo de productores míticos como Toshio Suzuki, que ha estado involucrado en la producción de al menos 15 de las películas del estudio, jamás hubieran conseguido levantar los no precisamente modestos presupuestos con los que siempre han trabajado.

Ahora bien, si siempre ha sido un estudio circunscrito al lucimiento de sus principales autores, ¿qué hay de los jóvenes talentos? Si bien tuvieron sitio para crecer, no lo tuvieron para florecer igual que sus mayores. Famoso es el caso de Gorō Miyazaki, hijo de Hayao Miyazaki, cuyas dos películas –Cuentos de Terramar, La colina de las amapolas– recibieron una recepción de crítica y público más bien tibia, además del menosprecio de su propio padre.

Más allá de Studio Ghibli: el trabajo detrás de Studio Ponoc

Pero aunque sea el caso más famoso, no es el único. Las estupendas Los susurros del corazón, de Yoshifumi Kondō, y Haru en el reino de los gatos, de Hiroyuki Morita, ambas con guion de Miyazaki, fueron un par de películas que pasaron sin pena ni gloria, siendo aún hoy piezas prácticamente desconocidas dentro de la filmografía del estudio, solo por no venir firmadas por ninguno de los grandes.

Por eso no resulta extraño que incluso Hiromasa Yonebayashi, director de dos películas intimistas y reflexivas que encandilaron a crítica y público como Arrietty y el mundo de los diminutos y El recuerdo de Marnie, sea básicamente un desconocido. Ya no digamos el productor de ambas, Yoshiaki Nishimura.

Más allá de Studio Ghibli: el trabajo detrás de Studio Ponoc

Ya fuera por el desinterés del público o por la propia estructura de Studio Ghibli, nadie fuera de la santa trinidad que conformaban Miyazaki, Takahata y Hisaishi parecía capaz de florecer en los jardines del estudio de animación más famoso del mundo. Y cuando decidieron cerrar las puertas a hacer nuevas películas, era lógico que el siguiente paso de los jóvenes que ya tenían cierta experiencia acumulada fuera buscar un nuevo lugar en el que pudieran crear su propio jardín.

Comenzando su actividad el 15 de abril de 2015, Studio Ponoc fue fundado bajo el talento de Studio Ghibli. Algo que quisieron transmitir ya desde su nombre, "medianoche" en serbocroata, porque Ponoc es un nuevo día para los que estuvieron en Ghibli.

Su primer trabajo, en cualquier caso, no fue una película. Primero hicieron un anuncio de televisión para la compañía ferroviaria West Japan llamado Summer Train. En él, Nishimura ejercería de productor, Yoshiyuki Momose (conocido por ser animador en Porco Rosso y El viaje de Chihiro) de director y Yuugo Kanno (compositor de las partituras de Psycho-Pass y JoJo's Bizarre Adventure) ejercería de compositor y productor musical. El resultado son 30 segundos preciosos, de una muy bien pulida animación, con un inconfundible toque Ghibli, incluso si su diseño de personajes es claramente diferente.

Entonces, ¿qué es lo que tienen de similar con respecto de Studio Ghibli? Precisamente, aquello por lo que han sido más alabados: sus fondos.

Bajo la batuta de Kazuo Ohga (animador en Mi Vecino Totoro y La princesa Mononoke) y con la ayuda de Hideaki Anno (creador de Neon Genesis Evangelion y discípulo de Miyazaki) consiguieron convencer a una buena cantidad de los artistas de fondos de Studio Ghibli para formar Studio Ponoc. Esto último, la ayuda de Anno, se notará de hecho en cómo en su siguiente proyecto, su primer largometraje, llegará a buen puerto gracias a la colaboración de Studio Khara, fundado por Anno.

Más allá de Studio Ghibli: el trabajo detrás de Studio Ponoc

Mary y la flor de la bruja, la primera película de Studio Ponoc, condensa todo lo que nos cabe esperar de los herederos de Studio Ghibli. Un personaje femenino joven y fuerte, grandes dosis de magia y unos escenarios absolutamente fascinantes. Todo ello dirigido y escrito por Hiromasa Yonebayashi.

De hecho, la película surge del espíritu de Yonebayashi, más que de una intención consciente de imitar los usos del estudio al que pertenecían hasta hace no tantos años atrás. Tras sus dos películas anteriores, más introspectivas y melancólicas, se encontró de repente con que su hija no se sentía representada en su cine, lo cual le hizo querer hacer una película que también pudiera disfrutar ella.

De ese modo buscó entre novelas de fantasía y young adult alguna con la que lograra conectar. Pero todas ellas tenían un elemento que no le gustaba demasiado: la resolución siempre ocurría gracias a algún elemento mágico. Él quería una heroína fuerte que no necesitara de la magia para resolver sus problemas. Y eso lo encontró finalmente en Mary Stewart, la autora de La pequeña escoba, novela en la que se basa Mary y la flor de la bruja.

El resultado es una película familiar, que nos remite al cine de Miyazaki, pero todavía personal, que parece dirigida a un público alejado del grueso de las series de animación. Algo, sin duda, compartido con Studio Ghibli.

Pero su apego hacia unas formas más cercanas a lo que hacían en su antiguo estudio no significan que estén cerrados a otros públicos. Eso se demostró cuando trabajaron como estudio secundario, haciendo labores de dibujo y animación, para Blade Runner: Black Out 2022, un corto de animación que acompañaba a Blade Runner 2049 dirigido por Shinichiro Watanabe (director de Cowboy Bebop y Samurai Champloo, entre muchas otras series), demostrando que Studio Ponoc tiene una capacidad de adaptación envidiable. Incluso siguiendo de cerca los pasos del estudio del cual nacieron.

Entonces, ¿cuál será el futuro de Studio Ponoc? Parece ser que quieren seguir probando cosas diferentes y, de momento, están preparando una antología de cortos de animación llamada Teatro de cortos Ponoc. 

Con la intención de hacer varios volúmenes de un tema dominante cada uno, el primero será Héroes modestos y consistirá en tres cortos: Kanini & Kanino de Hiromasa Yonebayashi, Life Ain't Gonna Lose de Yoshiyuki Momose e Invisible de Akihiko Yamashita. El primero y el último más enfocados a la fantasía, la aventura y la acción, y el segundo de ellos en el drama realista. Y si bien iba a haber un cuarto corto, dirigido por el mítico Isao Takahata, su muerte este mismo año impidió que llegara a ser parte del proyecto.

Que Studio Ponoc tiene mucho de Studio Ghibli es innegable. Su idiosincrasia, gran parte de su equipo y su intención de dirigirse a un público diferente al que generalmente busca el medio son unas características que han heredado de una forma más que evidente. Pero tampoco se puede negar que sean dos animales diferentes. Cortados por un patrón similar, pero no idéntico. Ghibli siempre ha sido más melancólica, más encerrada en sí misma, mientras que Ponoc parece dispuesta a comunicarse con el resto de su entorno, yendo más allá de ser un mero sucesor del sueño de Miyazaki. Pues, al final, parece que después del mediodía llega un amanecer diferente al que nos cabía imaginar.

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