Desde la muerte de Carrie Fisher en 2016, la duda ha estado ahí: ¿qué hará Star Wars con Leia Organa? El sábado, J. J. Abrams desveló la incógnita, anunciando en un comunicado que la líder rebelde regresará a las pantallas mediante el uso de planos descartados de El despertar de la Fuerza. Según el director, la medida cuenta con el apoyo de Billie Lourd, hija de Fisher y actriz también en los últimos filmes galácticos. Pero hay una opinión que teníamos muchas ganas de conocer: la de Mark Hamill, amigo y compañero de Fisher desde 1977.
"Tengo una sensación agridulce enfrentándome a mi último capítulo sin ella: es sencillamente irremplazable", confiesa el intérprete de Luke Skywalker en Twitter. "Me consuelo pensando que no será reemplazada y que le habría encantado este derroche mundial de afecto de todos aquellos que la quisieron cuando se enteraron de la noticia", concluye el actor, añadiendo el hashtag "#CarrieOnForever".
Acto seguido, John Boyega replicaba a su mensaje con una respuesta muy afectuosa: "Lo superaremos, papá".
Con el añadido digital de Fisher, el Episodio IX seguirá la estela de Rogue One: Una historia de Star Wars, filme que 'resucitó' tecnológicamente a Peter Cushing para que interpretara de nuevo al Grand Moff Tarkin. Recordemos, además, que Rogue One nos mostró a una Leia rejuvenecida (papel que, en realidad, corrió a cargo de la actriz noruega Ingvild Deila). ¿Una despedida en condiciones para un icono de la saga, o un precedente peligroso para que los estudios aprovechen la imagen de actores muertos?
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