Luis Posada, el hombre que puso voz a tu infancia

¿Qué tienen en común Leo DiCaprio, Jim Carrey, Johnny Depp y la momia travesti de ‘Tadeo Jones 2: El secreto del Rey Midas’? Su actor de doblaje en España
Luis Posada, el hombre que puso voz a tu infancia
Luis Posada, el hombre que puso voz a tu infancia
Luis Posada, el hombre que puso voz a tu infancia

Las entrevistas telefónicas siempre tienen algo de fracaso. Por la lejanía, por transcribir a toda prisa, y, sobre todo, por no poder ver al entrevistado. Ni sus gestos, ni la manera de sentarse o la ropa con la que ha venido vestido, sus dejes, sus muecas, todo aquello que no dicen sus palabras. Pero con Luis Posada los ojos sobran. No echo de menos el cara a cara en ninguna de nuestras conversaciones telefónicas previas al estreno de Tadeo Jones 2: El secreto del Rey Midas, película en la que interpreta a una momia travesti, personaje estrella de la saga. No lo echo de menos porque, en el momento en el que descuelga el teléfono, toda mi atención se centra en su voz. Una voz que contiene incontables horas de Ace Ventura, La Máscara, Jack Sparrow o Jack Dawson, que se cuela desde el otro lado del teléfono devolviéndome de manera misteriosa mi infancia frente a la televisión.

Empezaste de casualidad. ¿Alguien te había dicho antes que podías vivir de tu voz?

Mis padres se conocieron haciendo radioteatro y, con el tiempo, pasaron a hacer doblaje. La radio fue una buena cantera para los primeros actores de doblaje. De pequeño conocí el mundillo y me parecía muy divertido, pero yo era muy tímido, no pensaba dedicarme a esto. Sin embargo, con 20 años estuve trabajando de chico de los recados en rodajes y, en un uno, me pusieron una frase para doblar. Aquello fue como una inyección. Desde aquel momento decidí que quería hacer eso. Entré en el mundillo en un momento en el que no había tantos actores de doblaje jóvenes y empezaron a salirme oportunidades.

¿Recibiste algún tipo de formación o has sido autodidacta?

He sido autodidacta. He aprendido viendo y haciendo. Hasta hace 15 años prácticamente no existían las escuelas de doblaje.

¿Cuál fue tu primera película con un personaje protagonista?

Gremlins. Fue la época en la que los supervisores de doblaje de las distribuidoras americanas querían voces jóvenes para personajes que eran niños o jóvenes. Hasta entonces ese doblaje lo habían hecho adultos, pero en este momento cambió la tendencia. Yo entonces era muy joven, muy inexperto, así que hice un doblaje que ahora me parece hecho de puntillas… Lo escucho y no me reconozco.

También has sido John Lennon en Forrest Gump.

Yo soy muy rockero, así que me encantó la experiencia aunque era un papel muy pequeño. Para entonces, ya había hecho muchos protagonistas. Pero, durante muchos años, una cosa no estaba reñida con la otra. Podías doblar a actores protagonistas por la mañana y por la tarde, lo que nosotros llamamos “ambientes”. Antes esas categorías no estaban tan delimitadas, éramos profesionales de esto y hacíamos lo que nos tocase.

¿Cómo queda un doblador asociado a un actor?

Hay dos formas de que esto ocurra. O te lo asigna un director de doblaje o te lo asignan en un casting. Llega una segunda película de ese actor y te vuelven a asignar su doblaje. A la tercera, entra la inercia. Antes lo que funcionaba era el boca a boca y ahora es internet. Cuando lo has doblado más de una vez es porque los estudios consideran que esa voz y esa cara encajan bien. No hay más que eso, porque no existe ni exclusividad ni ningún protocolo. Simplemente se mantiene porque el espectador se acostumbra.

Hay un componente de suerte muy grande en que se te asocie a un actor cuya carrera va bien.

Es muy aleatorio. Tiene que coincidir que tengas la suerte de que piensen en ti para doblar a un actor y que se convierta en algo habitual. En mi caso esa suerte se ha multiplicado por tres, porque los tres actores con los que me han asociado son muy agradecidos de doblar y son muy reconocibles. Tanto Leo DiCaprio, como Johnny Depp y Jim Carrey han tenido carreras importantes.

¿Has conocido a alguno de los tres?

Sólo he tenido ocasión de conocer a Jim Carrey. Vino a presentar Dí que sí y le pedí a Warner, que era la distribuidora, que me permitiesen conocerlo. Cuando le dije que llevaba doblándole 20 años, me contestó: “¡Hemos crecido juntos!”. Cuando llevas tanto tiempo doblando a un actor, sin quererlo, lo has estudiado muchísimo, y puedes anticipar muchos de sus gestos. Se establece una relación casi familiar, y a veces, hasta una especie de síndrome de Estocolmo… Yo con Jim Carrey lo he pasado muy bien y muy mal por lo expresivo que es. En algunos doblajes he adelgazado tres kilos porque en la película no paraba de moverse. Es el actor que más me demanda, pero también me ha hecho descubrir muchas facetas de mí.

 ¿Y qué pasa cuando, como en el caso de Jim Carrey, los actores hacen menos películas?

Mi vida laboral depende de los actores a los que doblo. La carrera de Jim Carrey no está en su mejor momento. La de Johnny Depp, tampoco, aunque hace nada me lo haya vuelto a pasar bomba haciendo la nueva de Piratas del Caribe. Sigo doblando a DiCaprio, aunque también lo dobla David Robles y depende de la distribuidora si lo hace él o lo hago yo. Por ejemplo, yo le doblé en El renacido y él, en El lobo de Wall Street.

¿Cómo es doblar a John Cusack?

Tiene un punto muy contundente, como esa seguridad que demuestra en Alta fidelidad. Junto con Johnny Depp, son los que menos me obligan a forzar la voz porque nuestros timbres son los que más se parecen. Johnny Depp hace más personajes y a veces me demanda más, si tuviese que quedarme con uno sería con él por esa amplitud de registros. Quién me hubiera dicho a mí que iba a ponerle la voz a uno de los piratas más históricos del cine, salvando a los clásicos, claro. Es genial que un día haga eso y otro día un vampiro, y al siguiente, otro papel totalmente distinto.

¿Y Owen Wilson?

Es más lánguido, más surfero, quejumbroso, inseguro, aunque todo le hace gracia. Intento buscar algo frágil en él, con el humor en segundo plano. Nosotros tenemos que estar pendientes de si en la versión original el personaje tiene algún tipo de acento… A veces hemos intentado ponerles acentos de España, pero siempre ha funcionado fatal, así que intentamos buscar equivalentes. Un don del actor de doblaje es ser capaz de escuchar una melodía y reconvertirla en su idioma para que el espectador reciba esas sensaciones. Mantener el espíritu del texto original en esa translación.

También doblas a Adrien Brody…

A Adrien Brody me encantó doblarle en El pianista. Él me gusta porque tiene un punto de atormentado, de sufrimiento interno. Cuando me adapto a él siempre me lleva a ese lado oscuro. Tiene un punto de voz grave, aunque lo dice desde el reposo y el sosiego. Cuando tienes perfeccionada la técnica de doblaje ya no miras a las bocas de los actores sino a sus caras, que es lo que hace el espectador.

¿Es muy distinto doblar a un personaje de animación como el de Tadeo Jones 2?

Sí, aunque los personajes de animación cada vez son más expresivos, siempre te permiten más riesgo, experimentar más. Es un proceso más creativo, no te basas en un actor sino que creas el personaje tú. En este segundo Tadeo, David Alonso y Enrique Gato querían un personaje muy histriónico y la voz de Jim Carrey les encajaba bien, por eso pensaron en mí e incluso lo escribieron con eso en mente. Después de ver la peli sí que veo algunos homenajes a mi carrera de doblador, desde La máscara hasta Titanic.

¿Cuáles son los tiempos para doblar una película?

Depende mucho. De la cantidad de personajes, de la duración de la película… El doblaje en sala suele durar una semana, con horarios de 13 horas diarias. Es un trabajo muy intensivo. Los dvds y la series se doblan en tres días, a otro ritmo porque los presupuestos son menores. Ahora ya no, porque hay menos trabajo, pero en los 80 y 90, esta intensidad de trabajo hacía que por la mañana pudiese estar doblando a DiCaprio y por la tarde, a Jim Carrey.

¿Cuáles dirías que son las claves del oficio?

Tienes que aprender a imitar al máximo la interpretación del actor, adaptarte a su tono de voz y expresión facial. No hay una metodología exacta, cada uno usa sus recursos. A nivel de sincronía sí que buscamos las letras labiales (b, m y p), ahí encajamos para que parezca que esa boca está diciendo lo que decimos. Esa técnica la llamamos encajar en boca, pero lo más difícil para mí es comunicar. Nosotros devolvemos en nuestro idioma lo que el actor dice en la versión original.

¿Cuántas fases hay en el doblaje de una película?

Básicamente, la distribuidora le encarga el doblaje a un estudio de doblaje, y de ahí, pasa a un traductor. De ahí pasa al director de doblaje o a un adaptador para que encaje en boca. Es decir, para que reduzca las sílabas (sobre todo en la lengua inglesa), para que cuide el estilo de lenguaje y, sobre todo, para que mantenga la esencia del texto original. Luego, el director de doblaje hace el casting. Hay voces asociadas a actores de otros doblajes que se respetan, pero no hay un protocolo. Depende de la distribuidora.

¿Los actores de doblaje veis las películas antes de doblarlas?

El director de doblaje ha visto la peli entera. El actor de doblaje no la ha podido ver, en el 90 por ciento de los casos. Esto ocurre así desde que existe internet, antes sí que podíamos ver las películas antes. Ahora llegamos a la convocatoria de doblaje y es el director quien nos contextualiza, nos explica el personaje. Grabamos takes, tomas de 30 segundos, aunque va más por líneas de diálogo que por tiempo. Ensayamos escuchando la película en versión original. Después, quitan el sonido y lo ensayamos así hasta que estemos preparados y, entonces, es cuando se graba. Cuando yo empecé, en el año 83, los actores de doblaje de la película grabábamos juntos, pero según avanzó el sonido, nos iban separando para grabarnos en pistas distintas para mejorar la mezcla de sonido. Esto dificulta el trabajo, no trabajar con más actores. Besarte tú solo, pelearte tú solo…

¿Tú ves cine en versión original o doblado?

Para mí, el cine en versión original es la forma más pura de ver el cine. Pero, a día de hoy, mi impresión es que la preferencia del público español es de consumo doblado.

¿Crees que es una profesión poco valorada?

Siempre ha sido una profesión muy poco conocida. En cuanto a la polémica del cine en versión original y doblado, para mí es tan sencillo como que hay quien prefiere la versión original y otra, la doblada. Es decir, son maneras compatibles de ver cine. Son pocos los que culpan al doblaje de que no haya más proyecciones en versión original. Es una polémica en la que ni entro ni salgo, pero sí que me gusta desmentir que somos una secta que entramos en los museos y robamos películas y las doblamos en secreto. Yo soy un actor de doblaje profesional y hay una distribuidora que me llama y me contrata porque su película doblada, de momento, da más beneficios de taquilla. Luego está la otra polémica, porque en el propio mundo de los actores se nos considera una raza aparte. Porque acercamos producto internacional y si no lo hiciésemos la gente iría a ver más cine español. Yo pienso que a esto habría que buscarle otra solución, no veo campañas así en traducciones literarias o teatro.

Tadeo Jones 2: El secreto del Rey Midas se estrena el 25 de agosto.

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