Los momentos más humillantes de 'El hormiguero'

No sabemos si a Jesse Eisenberg le dura aún el enfado por su intervención en El hormiguero de Cuatro. De lo que sí estamos seguros, ahora que han pasado unos días, es de que el actor estadounidense exageraba, y mucho, al quejarse del tratamiento recibido en el programa. Porque, la verdad, al lado de las bromas que revisamos a continuación,  un "¡Condemor!" y unos falsos facebooks cachondos se quedan en mantillas. Veamos:

El fracaso comercial de Al límite, su tormentoso divorcio (por entonces aún no elevado al rango de escándalo) y el rechazo de sus colegas son poca cosa comparados con la ordalía que Motos hizo sufrir a Mel Gibson: ponerse unas gafas de culo de vaso y una putrefacta dentadura postiza, a semejanza del humorista de No te rías que es peor. El propósito del presentador (quien se puso los mismos complementos, cosa que le honra) era afear a la, a estas alturas, ex estrella australiana.

De origen cubano y chileno, Jorge García (el Hurley de Perdidos) se defiende medianamente con el castellano. De ahí que, conforme Pablo Motos hila chistes a cuenta de su sobrepeso, los caramelos de menta que -se supone- tomó Cynthia Watros (Libby) después de besarle, tampones enviados a su casa por error y otras lindezas, pueda verse cómo su habitualmente bienhumorado gesto se va tornando cada vez más estupefacto. El remate de la faena tuvo lugar más adelante, cuando el inefable Flipy se lió a soltar spoilers sobre la quinta temporada de la serie.

Latina y con sentido del humor, a Eva Mendes no le dolieron prendas en protagonizar una paródica telenovela junto a su compañero de Los otros dos, Will Ferrell. Al fin y al cabo, ella es actriz, y los actores actúan. Pero cuando le tocó aprender a cocinar un picantón a la cerveza, la cosa cambió. Porque, aparte de no ser cocinera profesional, la señorita Mendes es vegetariana y miembro de PETA, la asociación estadounidense pro-derechos de los animales, con lo que martirizar a un cadáver avícola frente a las cámaras no le hizo ninguna gracia.

La recordada intervención de Will Smith (otro que habla español a duras penas) marcándose El torito guapo con una soltura digna de El Fary tuvo secuelas. Para desgracia del propio Will, de su esposa, de su hijo Jaden y del mismísimo Jackie Chan, que habían acudido al programa para presentar The Karate Kid. Porque una cosa es emular al intérprete de La mandanga (quieras que no, un titán de la rumba), y otra muy distinta que te hagan entonar una canción de Los Payasos de la Tele.

Si la intervención de Jorge García en El hormiguero tuvo delito, la de su compañero en Perdidos Matthew Fox no se quedó atras. Y no porque el programa cargase las tintas en lo tocante al físico del actor (con él lo hubieran tenido difícil) o a sus hábitos higiénicos, sino porque Fox parecía preguntarse en todo momento qué era aquello, por qué él estaba allí y que tenían que ver los bailes de Marron con la serie que, por entonces, se despedía de la programación.