Los 'hackers' de Sony exigen la retirada de 'The Interview'

Nuevas sospechas hacia Corea del Norte, filtraciones de datos... y David Fincher opinando sobre 'Star Wars'. Así ha quedado el culebrón más delirante del año en Hollywood.
Los 'hackers' de Sony exigen la retirada de 'The Interview'
Los 'hackers' de Sony exigen la retirada de 'The Interview'
Los 'hackers' de Sony exigen la retirada de 'The Interview'

El misterioso ciberataque sufrido por Sony Pictures a finales de noviembre sigue teniendo consecuencias: tras difundir en internet copias en alta calidad de varias películas (entre ellas, Corazones de acero, Mr. Turner y el remake de Annie), el grupo de hackers autodenominado 'Guardians Of Peace' (GOP) ha revelado parte de esa información clasificada de la que se apropió durante su acción, y que (se supone) podría perjudicar gravemente al estudio. Así mismo, también se ha hecho pública esa misteriosa 'exigencia' planteada por los GOP a los mandamases de Sony a cambio del fin de sus actividades. Y, según un comunicado que recogió The Wall Street Journal el martes, lo que exigen los hackers es que el estudio en "no exhibir la película terrorista que puede romper la paz regional y causar la GUERRA" (mayúsculas en el original).

El presunto mensaje de los GOP podría confirmar una de las teorías más disparatadas sobre el ciberataque: que, en realidad, detrás de los 'Guardians of Peace' se halla el gobierno de Corea del Norte. La 'película terrorista' de marras sería, de esta manera, The Interview, esa comedia en la que Seth Rogen James Franco interpretan a dos periodistas estadounidenses obligados a asesinar al líder norcoreano Kim Jong-un por un chantaje de la CIA. La hipótesis que responsabilizaba del hackeo al gobierno de Pyongyang había sido manejada por los consultores de seguridad de Sony, si bien con mucha cautela. Y tras el 6 de diciembre, cuando las autoridades norcoreanas emitieron un mensaje negando su vinculación con los hechos, los investigadores pasaron a centrarse en la posibilidad de que el ciberataque hubiera sido obra de empleados descontentos del propio estudio.

Tras este último comunicado de los GOP, no obstante, las cosas han cambiado. Para empezar, porque la ortografía y la gramática del texto parecen indicar que quienes lo han escrito tienen un conocimiento tirando a difuso del idioma inglés. Una traducción aproximada del muy macarrónico original nos deleita con frases tales que "parece que pensáis todo será bueno, si encontráis al atacante, mientras no reaccionando a nuestra demanda", "vosotros, Sony y FBI, encontrarnos no podéis, somos mucho perfectos" "el destino de Sony totalmente depende de la sabia reacción y medida de Sony". Con lo cual, o bien los GOP tienen su sede en el planeta Dagobah, o los integrantes del grupo distan de ser profesionales estadounidenses despechados.

Por otra parte, la retórica manejada en el mensaje, con sus referencias a la "paz regional", recuerda poderosamente a aquella que emplea el propio gobierno de Corea del Norte: tras el fin de la Guerra de Corea en 1953, y la división de la península coreana en dos estados, el gobierno de Pyongyang nunca ha firmado oficialmente la paz con sus vecinos sureños, cuyo territorio sigue considerando como ocupado por EE UU, e insiste en afirmar que un nuevo conflicto (contra el gobierno de Seúl, y también contra el de Washington) podría estallar "en cualquier momento".

El comunicado norcoreano del 6 de noviembre sólo añade más incongruencias a este potaje. En dicho texto, además de negar toda responsabilidad, el régimen de Kim Jong-un reiteraba su rechazo a The Interview, película que ya había motivado protestas norcoreanas ante la ONU, y a la que calificaba de "un acto terrorista destinado a herir la dignidad del Líder Supremo de la RPDCN [República Popular Democrática de Corea del Norte]". Según proseguía dicho texto, las sospechas sobre el origen del ciberataque responderían a una campaña de difamación por parte "del gobierno [de Corea] del Sur y sus amos estadounidenses". "EE UU y sus marionetas del Sur harían bien en reflexionar sobre sus propios pecados", insistía el mensaje, que describía el hackeo a Sony como "un acto virtuoso" inscrito en la "guerra sagrada" que "los múltiples seguidores de la RPDCN en todo el mundo" llevan a cabo contra todo aquel que ultraje a Kim Jong-un, a su gobierno y a la ideología Juché en general.

"Dile a Angelina que cierre la boca"

Dejando la retórica a un lado, lo cierto es que parte de la información obtenida por los 'Guardians Of Peace' tras el hackeo ya ha comenzado a hacerse pública. Entre los datos filtrados hasta el momento se hallan una lista con los salarios de los altos ejecutivos de Sony. La cual, como señala The Hollywood Reporter, no revela demasiado, puesto que incluye sólo los sueldos base y omite factores como los incentivos o el cobro de porcentajes de recaudación. Otra lista, que incluye datos confidenciales de 47.000 personas vinculadas a Sony, también se ha dejado ver: entre las celebrities que podrían verse perjudicadas por dicha filtración se hallarían Sylvester Stallone y el director Judd Apatow, entre otros.

Finalmente, los hackers divulgaron la semana pasada una correspondencia entre el guionista Aaron Sorkin, el productor Scott Rudin y la ejecutivo de Sony Amy Pascal, entre otros, a cuenta del biopic de Steve Jobs que finalmente producirá Universal con Danny Boyle en la silla de tijera. Además de revelar que el nombre de Tom Cruise había sonado para interpretar al fundador de Apple, dicho cruce de correos electrónicos permitía leer frases tan 'inspiradoras' como aquellas en las que Rudin calificaba a Angelina Jolie de "niñata sin talento": la señora de Pitt, por lo visto, había tratado de convencer a David Fincher para que renunciase a dirigir Jobs en favor de su largamente acariciada Cleopatra. Los e-mails se cebaban en "la demencia y el ego desbordado" de Angelina, animando a ésta a "cerrar la boca", y también derramaban denuestos contra la influyente productora Megan Ellison ("una lunática bipolar de 28 años", también según Rudin), apreciaciones sobre el tamaño genital de Michael Fassbender y, por cortesía del propio David Fincher, la opinión de que fichar a Adam Driver para Star Wars: El despertar de la Fuerza había sido "una idea terrible". 

Mensajes en inglés churrigueresco, datos privados circulando sin ton ni son por internet, una dictadura hereditaria y estalinista que ni confirma ni desmiente (pero sí aprueba) y, como guinda de la tarta, los nombres de dos celebrities tan excesivas como Cruise y Jolie. A estas alturas, la evolución del 'caso Sony' parece obra de un guionista particularmente demente quien, además, hubiera seguido los consejos de Seth Rogen para visionar The Interview, poniéndose hasta las trancas de marihuana antes de sentarse frente al teclado. Habrá que ver si el affaire vuelve a darnos sorpresas antes del estreno de la película en EE UU, que tendrá lugar el 25 de diciembre (en España la veremos el 13 de marzo). En todo caso, no hace falta esperar para saber que esta historia es ya uno de los culebrones más delirantes de la historia de Hollywood.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento