'Los Goonies' y otras ocho películas de aventuras con niños (y no tan niños)

El recuerdo del pirata Willy el Tuerto, tesoros ocultos, gadgets de los más curioso, la familia de villanos los Fratelli, especulaciones urbanísticas y sobre todo mucha, mucha aventura. ¿Quién le iba a decir al director Richard Donner y a Spielberg, como productor, que Los Goonies iban a convertirse en todo un clásico y un título de referencia?

Y quién se lo iba a decir teniendo en cuenta que en el momento de su estreno, en verano de 1985, ni fue un especial éxito de taquilla ni cosecharon críticas especialmente amables. Tampoco los premios Oscar se acordaron de nominarla para nada. Pero la pandilla de chicos y chicas más famosa del cine vuelve a los cines. Dosis de nostalgia, y de sabor ochentero, a raudales con el reestreno en 135 salas, y remasterizada en 4k, desde el 14 de agosto. Seguramente no ha habido ni habrá nadie como Los Goonies, ni habrá secuela que les haga justicia, pero podemos citar algunas películas que también merecen un reconocimiento, mayor o menor, en todo esto de las aventuras iniciáticas protagonizados por niños o ya adolescentes. Historias con las que identificarse para unos, nostálgicas para muchos otros. Podrían ser unas cuantas más, pero lo dejamos en una selección de ocho.

Fue el particular Stranger Things para el cine de J.J. Abrams, pero su repercusión se quedó a medio gas. Reciente el final de la serie Perdidos (y los varapalos de los fans a su insatisfactorio final), Abrams quiso rendir homenaje a esas películas ochenteras con las que tanto había disfrutado de joven. La acción tenía lugar en una pequeña localidad de Ohio, a finales de los 70, y no faltaban ni secretos gubernamentales, ni alienígenas ni zombis (los de la película que intentaban rodar sus jóvenes protagonistas en super 8).

La propuesta de David M.Evans nos hizo viajar más atrás, hasta los 60 en un relato que prácticamente tenía todo lo que se puede esperar de una película de estas características. Sus protagonistas eran unos muchachos apasionados del béisbol y, como gran archienemigo, la "bestia" encarnada en el perro Hércules propiedad de un vecino, Herb Muller (James Earl Jones). Muy disfrutable y a reivindicar.

Triunfando como guionista (en los Gremlins, El secreto de la pirámide o la misma Los goonies), y tres años antes de arrasar con Solo en casa, el debut de Chris Columbus en la dirección pasó muy desapercibido. Por suerte allí estaba el VHS (y las Betamax o 2000) para descubrirla. También una película ideal para dejarnos encandilar por su protagonista, una por entonces jovencísima Elizabeth Sue de 23 años, o con las correrías de un grupo de chicos y chicas (solos fuera de casa) en medio de la jungla de asfalto nocturna de Nueva York.

Drácula, el monstruo de Frankenstein, la Momia, el hombre lobo y la criatura marina de la Laguna negra son los nuevos vecinos de una pequeña población. Su misión, la de dar con un poderoso amuleto; y la de los jóvenes muchachos protagonistas, impedirlo. Dirigida por Fred Dekker, era otra de esas propuestas ochenteras entrañables y apañadas, pese a sus limitaciones, además de un homenaje a los clásicos monstruos de Universal.

Y volvemos la vista aún más hacia atrás, a finales de los 50. Stephen King demostró que no solo sabe escribir novelas fantásticas o de terror. Su libro The Body (El cuerpo), con cuatro amigos de 12 años en la (ficticia) población de Castle Rock, Oregón, en el verano de 1959, tuvo una magnífica adaptación en la película dirigida por Rob Reiner. Aventuras, sí, y también una de las mejores historias que se han contado sobre el concepto más puro de amistad o el hacerse adulto (si es que alguna vez lo llegamos realmente a ser). Entre su reparto, Corey Feldman y River Phoenix (prematuramente fallecido en 1993, a los 22 años) y unos títulos de crédito finales al son del inolvidable Stand By Me de Ben. E. King. ¿Cómo?... ¿Qué aún no la has visto?

¿Quién dijo que la televisión no es educativa? Los extraterrestres que pululaban por la película de Joe Dante aprendían muchas cosas, sobre el idioma o las costumbres de la Tierra, gracias a añejos programas y series de la pequeña pantalla. Con ellos contactaban unos críos que cumplían el sueño de muchos chicos, el de construir su propia nave espacial con la que viajar a las galaxias. También producida por Spielberg, se estrenó en verano en Estados Unidos (y en las Navidades en España), y fue un estrepitoso fracaso comercial. Pero pasó a ser otro título de culto e incluso se habla de realizar una posible serie para... televisión.

Más dulces y angelicales chavales, o tal vez no tanto. "¡Mata al cerdo! / ¡Golpéale! / ¡Aplasta a la bestia!" canturreaban un grupo de chicos británicos, perdidos en una isla cerca de Australia después de que su avión fuera derivado durante la II Guerra Mundial.

Y esta historia no tiene nada que ver con ninguna de las anteriores de la lista. De la candidez y camaradería inicial hasta su giro hacia el terror, cuando las reglas y cortesías del mundo "civilizado" se derrumban y, en su lugar, florece el lado más salvaje y primitivo de la conducta humana. Aunque sean "solo uno niños", la sociedad que empiezan a construir no parece tener cabida para los más sensibles o débiles. La novela de William Golding tuvo su mejor adaptación en la producción británica de 1963 dirigida por Peter Brook. Imprescindible.

Y finalizamos con el colosal taquillazo de Spielberg (y una de sus obras maestras). No solo cautivó al público y la crítica, también puso en boga la temática de aventuras con niños (y no tan niños) en los 80.