Música con poderes: Las mejores BSOs del cine de superhéroes

De John Williams y Superman a Danny Elfman y Batman: detrás de cada gran aventurero, siempre hay un gran compositor (o varios)
Música con poderes: Las mejores BSOs del cine de superhéroes
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Música con poderes: Las mejores BSOs del cine de superhéroes

A lo mejor aún es pronto para decirlo con seguridad, pero Joss Whedon parece haber entrado como un ciclón en DC. De momento, el sustituto de Zack Snyder ha decidido reemplazar a Junkie XL por Danny Elfman como máximo responsable musical de Justice LeagueY, recordando que Elfman fue uno de los compositores que definieron el género con sus trabajos para Tim Burton, a nosotros nos ha dado por preguntarnos cuáles son las mejores BSOs del cine de superhéroes.

Tras devanarnos los sesos, aquí está nuestra lista, ordenada de menos a más favoritas. Ojo: para simplificar las cosas, hemos optado por incluir sólo trabajos originales, y no BSOs recopilatorias. Así que los Guardianes de la galaxia no van a pasar por aquí (tampoco es que les haga mucha falta).

El caballero oscuro

Autores: Hans Zimmer, James Newton Howard

Los detractores de Hans Zimmer afirman que las composiciones del alemán no seducen al público: lo golpean hasta someterlo. Aun así, su trabajo junto a Newton Howard en esta película se valió de esa agresividad para ofrecer momentos muy memorables. Mientras el estadounidense se encargaba de las partes más poéticas de la BSO, el alemán se tiró el órdago con los nueve minutos de Why So Serious?: esos subgraves pueden hacer con tus tímpanos lo que Joker hizo con Gotham City.

Supergirl

Autor: Jerry Goldsmith

Lo que son las cosas: durante su larga carrera, Jerry Goldsmith sólo trabajó en dos filmes de superhéroes… y ambos resultaron tremendos fracasos. Una pena, porque las partituras del compositor estuvieron a la altura de su leyenda. La Sombra tendría todo el derecho del mundo a figurar en esta lista, pero a nosotros nos resulta más entrañable la música de Supergirl, que elude las fanfarrias machaconas en favor de la ligereza y el humor. Ay, si el filme hubiera estado a la altura…

X-Men 2

Autor: John Ottman

Lo sentimos por Michael Kamen, responsable sonoro de la primera X-Men, pero su sucesor en la franquicia apostó por lo clásico… y la jugada le salió bien o muy bien. Mientras que Kamen había tratado de hacerse el moderno, incorporando ritmos programados que le sentaban a su partitura como a Lobezno unos bigudíes, Ottman apuesta aquí por una instrumentación más tradicional y por temas más reconocibles.

Rocketeer 

Autor: James Horner

Rocketeer ha quedado como una de las películas más infravaloradas del género. Especialmente, si tenemos en cuenta que se estrenó a la sombra del Batman de Tim Burton. Pero, con el tiempo, está siendo reivindicada, algo que también alcanza a su BSO. Si bien James Horner no era un compositor del que uno esperase sutileza y moderación (a sus trabajos para James Cameron nos remitimos), aquí entregó una partitura evocadora, melódica y de un clasicismo muy adecuado al filme.

Capitán América: El Soldado de Invierno

Autor: Henry Jackman

Las cosas, como son: Marvel no se ha caracterizado por ofrecer BSOs memorables. Algo en lo que tendrá que ver su costumbre de cambiar de compositores como Iron Man de armadura. Y, si esta es una de sus partituras más dignas de mención, se debe a que Jackman esquiva muchos tópicos de la música superheroica: en vez de atronarnos con fanfarrias, el compositor apuesta por acentuar el tono de thriller. Y, además, entrega Taking A Stand, uno de los temas favoritos del fandom.

Iron Man

Autor: Ramin Djawadi

Ahora, es fácil subestimar el impacto que muchos sintieron cuando Iron Man se estrenó en 2008. Un impacto al que la música de Djawadi ayudó muchísimo. El compositor de Juego de tronos Westworld nos hacía levitar con una partitura que combinaba la orquestación clásica con el sonido electrónico y, sobre todo, con unos riffs de guitarra como catedrales, empastados a la perfección con todo lo anterior. Metal pesado, vaya.

El protegido

Autor: James Newton Howard

Algunas de las mejores BSOs del cine de superhéroes no han aparecido bajo el amparo de Marvel, ni bajo el de DC, sino asociadas a filmes que trabajan en los márgenes del género. Por ejemplo, M. Night Shyamalan trazó una historia novedosa en El protegido, y la acompañó con composiciones redondas (o casi) a cargo de su compositor habitual. Sólo por el contraste entre los temas más oscuros y los más épicos (un reflejo de la dualidad que sirve de eje al guión), esta banda sonora ya valdría la pena.

Spider-Man 

Autor: Danny Elfman

Extremadamente tímido, extremadamente nervioso, con un sentido del humor muy puñetero... pero, también, con una determinación implacable. Efectivamente: si Danny Elfman no hubiera existido para ponerle música a sus aventuras, el Trepamuros hubiera tenido que inventarlo. Una pena que el compositor y Sam Raimi se llevasen a matar, partiendo peras a la altura de Spider-Man 3. Está claro que esa película no ganó para sustos.

Thor

Autor: Patrick Doyle

Está claro que Thor no es, ni de lejos, la mejor película de Marvel. Pero, al menos, el fichaje de Kenneth Branagh para dirigirla tuvo un lado positivo: el irlandés se trajo consigo a Patrick Doyle, su compositor de cabecera. Oyendo piezas tan libres de tópicos vikingos y tan románticas (en el mejor sentido) como Earth to AsgardThor Kills the Destroyer, uno siente rabia al constatar que la película no fue digna de ellos.

Hellboy

Autor: Marco Beltrami

Las películas de Guillermo del Toro no suelen ajustarse a los parámetros actuales del cine fantástico. Y sus BSOs, tampoco. Preparando esta partitura, el director animó a Marco Beltrami (con quien ya había trabajado en Mimic) a que se la planteara como una ópera, con la mayor cantidad de registros posible. Y el compositor hizo honor a esa orden entregando una banda sonora que puede ser picaresca, tenebrosa, violenta… para, de golpe, volverse tan evocadora como en Hellboy and Liz. 

Capitán América: El primer vengador

Autor: Alan Silvestri

20 años después de estrellarse con Rocketeer, Joe Johnston pudo volver al género de superhéroes para presentarnos a uno de los emblemas de Marvel. El resultado fue una película automáticamente entrañable, cuya BSO se parece mucho a su protagonista: clásica, ingenua, un tanto dada a la depre y, sobre todo, sin ninguna carta escondida en la manga. Si a eso sumamos que incluye Star Spangled Man (with a Plan), pues ya tenemos todas las razones para quererla.

Superman

Autor: John Williams

Algunos la considerarán un hito, y les bastará con oír las primeras notas de su fanfarria inicial para sentirse kryptonianos. Otros la considerarán el momento en el que John Williams comenzó a repetirse como el ajo, renunciando a la versatilidad para entregar sólo temas pegadizos a ritmo de marcha. Pero, si bien no es tan arrolladora como la de Star Wars, ni tan jocosa como la de En busca del Arca perdida, esta partitura fue durante mucho tiempo la música por antonomasia de los superhéroes en el cine. Y su épica sigue haciéndonos volar.

Batman 

Autor: Danny Elfman

Allá por 1990, los superhéroes no eran un género de cine (o, si nos ponemos puntillosos, un subgénero del cine fantástico): eran una entelequia. Calcúlese, pues, el paralís que le entró a más de uno cuando Tim Burton entregó este filme, que no sólo transportaba a 'Bats' a la pantalla grande, sino que también lo hacía con desbordante creatividad... y con la ayuda de un Elfman cuyos "la-la-lás" aún no se habían convertido en tópico. Aún hoy en día, muchos espectadores siguen identificando al Señor de la Noche con el tema principal de la película (empleado también en Batman: La serie animada). Y pensar en qué hubiese ocurrido si Prince se hubiera encargado en solitario de la BSO sigue siendo una tentación…

Los Increíbles

Autor: Michael Giacchino

Efectivamente: nuestra banda sonora favorita para una película de superhéroes viene de una película que, sin ánimo de exagerar, es posiblemente el mejor trabajo del género. Al igual que la cinta de Brad Bird, la BSO de Los Increíbles es clásica, colorista, dinámica imprevisible, llena de citas a los clásicos (con esos arreglos que parecen de Quincy Jones) y capaz de adaptarse como un guante a multitud de situaciones y estados de ánimo. Y, sobre todo, funciona sin problemas como obra autónoma... aunque recordar la película ayuda, por supuesto, a disfrutarla.

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