Las huelgas que sacudieron Hollywood

Pese a lo que quisieran las grandes productoras, Hollywood no siempre es una balsa de aceite. Desde los comienzos de la industria, las políticas laborales de los estudios han dado pie a varias acciones de protesta, de las cuales te ofrecemos los ejemplos más representativos.

Huelga de animadores en Disney (1941)

Duración: Cinco semanas.

Walt Disney era, las cosas como son, un negrero. Aunque pagaba bien a sus trabajadores, les hacía trabajar como bestias y nunca le dolieron prendas en despedir a las 'ovejas negras'. Por eso los animadores más izquierdistas de su estudio dejaron caer el lápiz en plena producción de Dumbo, poniéndole en un serio aprieto mientras se ganaban el apoyo del enemigo (es decir, de Chuck Jones, el creador de los Looney Tunes). El resultado: un despido masivo.

Huelga de actores (1960)

Duración: Seis semanas.

Esta protesta, la primera huelga importante de Hollywood, fue convocado por Ronald Reagan, presidente del Screen Actors Guild of America. Exacto: el mismo Reagan que, durante la época de la 'Caza de brujas' se había lucido como confidente para el senador McCarthy y sus esbirros. Y el mismo que, tras haberse alzado reclamando el derecho de los actores a pensiones y seguridad social, acabaría recortando al máximo las prestaciones sociales durante sus mandatos como gobernador de California, primero, y como presidente de los EE UU, después. Las vueltas que da la vida.

Huelga de guionistas (1960)

Duración: Cinco semanas.

Los escritores son los 'patitos feos' de Hollywood, como todos sabemos. Tal vez por eso sean el gremio cinematográfico que más paros ha experimentado. Antes esta huelga, que convocó el Writers Guild of America, un guionista cinematográfico no tenía derecho a cobrar ningún rédito por la emisión de su obra en TV.

Huelga de guionistas (2007 – 2008)

Duración: 14 semanas.

Los motivos de esta protesta (un quítame allá esos royalties) son casi irrelevantes si se los compara con sus repercusiones. Además de destapar un buen número de trapos sucios de la sociedad de la información, sobre todo referidos a las distribuciones en internet, la huelga atrajo la solidaridad de un buen número de estrellas, agrupadas en la campaña Speechless Without Writers (“Mudos sin guionistas”). Sus rostros hablan por sí mismos.