Las escenas post créditos de Marvel, de peor a mejor

Cuando empezaron, apenas eran bromas. Pequeños ganchos incluidos para recompensar a los fans más fieles, o para tomarle la temperatura a la posibilidad de futuras secuelas. Pero su popularidad fue aumentando, y ahora son ya una institución del Universo Marvel. Las escenas post créditos de la Casa de las Ideas llevan acompañándonos desde hace ya casi 10 años (asúmelo: Iron Man se estrenó en 2008) y ya se van mereciendo un ranking en condiciones. Aquí lo tienes.

¿De qué va? Tras escuchar de nuevo eso de "Yo conozco a un tío que conoce a un tío…", los señores de Marvel nos cuelan sin avisar una escena de la (entonces inminente) Capitán América: Civil War. Vale que, cuando se estrenó Ant-Man, todo el mundo estaba deseando ver esa película, pero esta decisión se nos antoja de una pereza que asusta.

¿De qué va? Sola, aburrida y comiendo mousse de chocolate, Jane Foster se lleva la alegría del siglo cuando su novio asgardiano aterriza en su azotea. Si bien tiene su aquel saber que Elsa Pataky (la pareja de Chris Hemsworth) reemplazó a Natalie Portman para el beso, la escena aporta bien poco.

¿De qué va? Pues, básicamente, del doctor Selvig (Stellan Skarsgård) echándole un vistazo al Tesseracto. Con lo bien que nos cae Joss Whedon, admitamos que sus intromisiones en este filme fueron bastante torpes. Y, en esta escena, eso se nota bastante, colando un macguffin de Los Vengadores con un pretexto más flojo que un chicle usado.

¿De qué va? Vale: Thanos es el titán loco, el amante de la muerte y el papá adoptivo de Gamora y Nébula. Y verle por primera vez en una pantalla fue un subidón. Pero, por mucho que Josh Brolin se esforzase por poner cara de malo, su intervención en este filme fue más rutinaria que cósmica. Sobre todo porque no venía a cuento con la historia, ni por asomo.

¿De qué va? ¿Cuál es la mayor especialidad de Benicio Del Toro en las películas Marvel? Salir en las escenas post créditos: en esta ocasión, moló bastante verle aparecer por primera vez como el Coleccionista, pero ni los fans se enteraron demasiado de quién era ese señor, ni los veteranos experimentaron el rush de ver a un personaje de culto entrando en escena.

¿De qué va? El barón Mordo (Chiwetel Ejiofor) se nos ha vuelto malo, y el primero en pagar el pato de su recién descubierta supervillanía es el pobre Benjamin Bratt. La escena es tensa y está bien rodada, cosa que la libra de irse a la cola de nuestra tabla. Por lo demás, nada destacable.

¿De qué va? Saber que vamos a tener una nueva versión de Avispa, con los rasgos de Evangeline Lilly, mola: eso es un hecho. Pero, ¿dónde se ha visto que la heroína más fashion de Marvel, con su mastodóntica colección de disfraces diseñados por ella misma, vaya a aparecer en cine con un solo uniforme? ¡Que venga Kevin Feige inmediatamente!

¿De qué va? Tras perder a sus activos en el gobierno de EE UU, Hydra (con el barón Strucker -Thomas Kretschmann- al frente) decide que hay que sacar a los gemelos a pasear. Fíjate en los rostros de Elizabeth Olsen y Aaron Taylor Johnson en esta escena, y descubrirás cómo Whedon es un maestro en hacernos sentir penita y miedito a la vez.

¿De qué va? Sí, es una chorrada enorme. Pero, tras el desastre de Howard, un nuevo héroe (1986), ver de nuevo a Howard el pato en pantalla grande (¡y tomándose un copazo!) nos confirmó que James Gunn es un fan ejemplar. Bonus por mostrar a Benicio compungido... y a Cosmo (el perro-astronauta soviético) enjugándole las lágrimas a lametones.

¿De qué va? La despedida de Jon Favreau de Marvel no ha pasado a la historia como una de las obras maestras del estudio, precisamente. Pero, aunque fuese una imposición de Whedon y Feige (cuando aún se llevaban bien, ¿lo recuerdas?), este primer vistazo al poderoso Mjölnir fue la confirmación definitiva de que la Casa de las Ideas iba en serio con eso de crear un universo para sus héroes en el cine.

¿De qué va? En una palabra: ¡Wakanda! El viaje de Chris Evans y Sebastian Stan a la utopía africana y tecnológica ha sido uno de los momentos más puramente marvelianos de la gran pantalla. En palabras de Pantera Negra (Chadwick Boseman): "Que vengan si se atreven...".

¿De qué va? Si Guardianes de la galaxia Vol. 2 cayó tan bien en esta casa fue, en parte, por su uso de las escenas post créditos como punchlines cómicas, más que como herramientas de marketing. Esta escena, eso sí, anticipa la presencia de Adam Warlock, uno de los héroes más raros de Marvel: pena que no vaya a estar en Avengers: Infinity War.

¿De qué va? Tras llevarse al río a su 'Capi' de su alma, el pobre Bucky Barnes constata que se ha convertido en una pieza de museo… literalmente. Breve, intensa y contenida a la vez, esta escena sirve de resumen a las mejores virtudes de su filme.

¿De qué va? El pobre Steve Rogers (Evans) ha descubierto su condición de reliquia viviente en uno de los mejores finales del estudio. Menos mal que aquí llega Nick Furia (Samuel L. Jackson) para proponerle una terapia ocupacional llamada "los Vengadores". A partir de aquí, el Universo Marvel de cine quedó totalmente encarrilado.

¿De qué va? Stephen Strange (Benedict Cumberbatch) no es sólo el maestro de las artes místicas: también es un anfitrión intachable. Lo de ofrecerle un té a una deidad nórdica fue un pequeño patinazo, pero a nosotros nos encantaría saber qué hechizo usa para rellenarle la jarra a Thor…

¿De qué va? Como sabe Peter Parker, un gran poder conlleva una una gran cantidad de morro para que tía May (Marisa Tomei) no se entere de que a su sobrinito le gusta trepar muros. Más allá del gracejo de la escena, y del regalito sorpresa de Tony Stark, nos quedamos con ese jamesbondiano "Spider-Man will return" que tanta alegría nos dio.

¿De qué va? Si bien la segunda aventura de Star Lord y su pandilla galáctica pecó de sobredosis post créditos, hay que decir que sus epílogos apostaban más por el humor y por atar cabos sueltos de la historia que por servir como herramientas de marketing. En la escena que nos ocupa, eso se nota, porque la regañina al Groot adolescente es a la vez un gag muy currado y un buen resumen de la moraleja del guión.

¿De qué va? Seguramente, algunos empleados de Marvel aún tragan saliva cuando escuchan las palabras "Edward Norton". Lo cual no es óbice para reconocer que esa aparición de Tony Stark, vacilándole al general Ross con la idea de formar un equipo de gente rara, nos moló infinito.

¿De qué va? Entre los pecados de Marvel, hay dos que destacan por derecho propio: no haberle dado más ocasiones a Shane Black como guionista y director, y no haber aprovechado más la química entre Robert Downey Jr. y Mark Ruffalo. Revisa este epílogo (con un Stark dándole la brasa a un Bruce Banner muy consternado) y entenderás por qué.

¿De qué va? "Eso sería como cortejar a la muerte", decía el secuaz de turno. Y, entonces, los fans veteranos lo entendimos todo de golpe. La sonrisa de ese Thanos que se revelaba por primera vez nos resultó adorable, no decimos más.

¿De qué va? Los has visto luchando entre ellos. Los has visto dirimir sus diferencias mediante diálogos memorables. Los has visto salvar al mundo... Y, ahora, los ves tan cansados que no pueden ni hablar, cenando kebabs en un garito cutre de Brooklyn. ¿Seguro que tus amigos y tú nunca habéis protagonizado un momento como este?

¿De qué va? De por sí, esta escena reúne muchas condiciones para petarlo: la presencia de Samuel L. Jackson como Nick Furia y la promesa de que Los Vengadores estaba gestándose son dos de ellas. Pero lo mejor de todo es saber que, por entonces, el Universo Marvel de cine era una pura entelequia, y que Kevin Feige y Jon Favreau decidieron incluir esta sorpresa al final del filme para ver si el público (y los ejecutivos) mordían el anzuelo... Ni Stan Lee y Jack Kirby en sus mejores tiempos hubieran imaginado una jugada así.

¿De qué va? En dos palabras: Baby Groot. Sencilla, sin palabras y con una canción de los Jackson 5: así da gusto.