Las 6 imprescindibles de Jose Coronado

De galán a policía corrupto con 'rocanrol': repasamos los mejores papeles del protagonista de 'Fuego'.
Las 6 imprescindibles de Jose Coronado
Las 6 imprescindibles de Jose Coronado
Las 6 imprescindibles de Jose Coronado

Hay actores que se ganan a pulso su estatus mítico, suscitando aplausos y parabienes prácticamente por respirar. Y también los hay que, siendo sobradamente grandes y talentosos, necesitan lanzarnos de cuando en cuando un recordatorio para que tengamos eso presente. A lo largo de su carrera, José Coronado García ha pertenecido al segundo grupo, por suerte o por desgracia: dotado con una variedad de registros muy superior a lo que sus detractores están dispuestos a admitir, este madrileño de 59 años (muy bien llevados) ha sido siempre uno de los talentos más versátiles de nuestro cine, algo que la crítica y el público no siempre han tenido en cuenta. Ahora que Coronado estrena Secuestro, la nueva película de Mar Targarona, nosotros recordamos cinco filmes y una serie que todo el mundo debería ver antes de hacer chistes fáciles sobre yogures.

Jarrapellejos (Antonio Giménez Rico, 1988)

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Felipe Trigo, escritor naturalista y algo sensacionalista, se inspiró en el tremebundo crimen de Don Benito para su novela publicada en 1914. Adaptando  al cine esta historia de asesinatos, violaciones y caciquismo en la España de la Restauración borbónica, Giménez Rico no sólo obtuvo una película bastante estimable, sino que también reunió eso que suele llamarse 'un reparto de lujo'. Jarrapellejos contó con los talentos de Antonio Ferrandis (dispuesto a hacerte olvidar para siempre a Chanquete mediante su rol de terrateniente), Juan Diego, Aitana Sánchez-Gijón, Miguel Rellán y un Coronado que, en su segundo trabajo para la pantalla, bordaba uno de esos papeles de sujeto torvo que caracterizarían su carrera.

Brigada central (serie, 1989-1990)

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Olvidemos por un momento los chistes fáciles (aunque aquello de "Gritada central" tuviera su punto de razón) y admitámoslo: la serie basada en los relatos policíacos de Juan Madrid sabía compaginar la tensión de un buen noir con ese ambiente entre burocrático, rancio y desesperado que transpira una comisaría española durante el turno de madrugada. Y, en ella, Coronado se lució de lo lindo interpretando a Lucas, ese pasma cuya cultivada finura contrasta absolutamente con el Flores de Imanol Arias y el torturador Marchena de Patxi Andion, entre otros gañanes con placa y pistola. Puestos a buscar los cimientos de una versión castiza de The Wire, deberíamos fijarnos en este show, gracias al cual nuestro hombre obtuvo un TP de Oro al Mejor Actor de Reparto.

Anita no pierde el tren (Ventura Pons, 2001)

Identificado para los restos con la serie Hermanos de leche, en el mejor de los casos (y, en el peor, con Yo soy esa, la película que protagonizó junto a Isabel Pantoja en 1990), Jose Coronado pasó la segunda mitad de los 90 en lo que podríamos llamar un hiato creativo. Sin embargo, los comienzos del presente siglo nos permitieron recordar a ese actorazo que siempre había sido (y es): mientras Goya en Burdeos le procuró su primera nominación al Goya (de la segunda, y de esa tercera en la que estás pensando, hablaremos en breve) y la muy reivindicable Cascabel le hizo acercarse a un cine menos convencional, esta comedia llevó consigo una auténtica delicia. Es decir, la interacción entre nuestro hombre (albañil macizo y con excavadora) y la inmarcesible Rosa María Sardá, aquí interpretando a una taquillera de cine en plena crisis existencial.

La caja 507 (Enrique Urbizu, 2002)

Ojo, señores y señoras, porque aquí toca hablar de una colisión de magnitudes astronómicas: la de Coronado (por entonces encabezando la serie Periodistas, su tercer triunfo catódico) con Enrique Urbizu, el director que mejor partido ha sabido sacarle con su cámara. Junto a un también espectacular Antonio Resines, nuestro actor se gana los galones de robaescenas con su rol de Rafael Mazas, un policía corrupto cien por cien urbiziano, en un thriller cuyo eje gira en torno a un tema tan 'nuestro' (entonces, y ahora) como la especulación inmobiliaria. Así las cosas, La caja 507 no sirvió sólo para que José Coronado aspirase por segunda vez al Goya comoActor de Reparto, sino también para que el público dejara de asociar su rostro a las palabras "L Cassei Inmunitas". Un triunfo, vaya.

La vida de nadie (Eduard Cortés, 2002)

¿Fue 2002 un año de oro para la carrera de Jose Coronado? Se ve que sí: mientras La caja 507 sirvió como recordatorio de sus habilidades innatas para el thriller, esta película de Eduard Cortés (nominada a tres Goya, entre ellos Mejor Director Novel) dejó claro que sus registros van mucho más allá. Inspirada en una historia real y terrorífica (la misma que, un año antes, le había inspirado El empleo del tiempo al francés Laurent Cantet), La vida de nadie puso a Coronado en el rol de un señor muy burgués cuya muy perfecta vida se basa en mentiras y estafas. ¿Podíamos tomarnos en serio a un Coronado totalmente desprovisto de glamour, de violencia y de crapuleo? Pues se ve que sí...

No habrá paz para los malvados (Enrique Urbizu, 2011)

Tras La vida mancha (su película de 2003, también con Coronado como protagonista), Urbizu esperó ocho años antes de volver a un plató. Y, cuando lo hizo, fue para ofrecerle a su actor fetiche el papel de Santos Trinidad, ese policía al que, nada más comenzar la película, vemos armar tremenda escabechina en una discoteca tropical. Laberíntica, irregular y memorable, empeñada en sacarle todo el partido posible a la difícil arquitectura de la coincidencia, No habrá paz para los malvados quedó desde el mismo día de su estreno como uno de los mejores thrillers del cine español, consiguiendo que los críticos hicieran la ola y granjeándole a su protagonista un muy merecido Goya al Actor Principal. Cualquiera hubiese dicho que aquel tipo que empezó su carrera como galán y sex symbol acabaría dando lo mejor de sí al interpretar a un desecho humano... Pero el rocanrol es lo que tiene.

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