Las 10 peores películas basadas en series de TV

Pese a los pronósticos pesimistas, 'Los Pitufos 3D' ha resultado graciosa y disfrutable. Estos otros 10 'shows' míticos no tuvieron tanta suerte en su paso a la gran pantalla. Por YAGO GARCÍA
Las 10 peores películas basadas en series de TV
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Las 10 peores películas basadas en series de TV

Será por Neil Patrick Harris, por Hank Azaria o por los encantos de la Pitufina: cualquiera sabe. El caso es que (como ya habrás descubierto si la has visto, o si has leído nuestra critica) Los Pitufos 3D ha resultado ser una comedia veraniega, disfrutable e idónea para regresar a la infancia televisiva. Y menos mal, porque muchos fans de las creaciones del dibujante Peyo ya se temían que el filme fuera una clamorosa bosta de celuloide. Nosotros nos congratulamos por la película y por sus personajes (bueno, por Gargamel no tanto), ya que este balance positivo les ha librado de aparecer en este informe.

Tapándonos los ojos (y, a veces, la nariz), hemos confeccionado un Top con las peores películas basadas en series de TV: filmes que arruinaron nuestros shows del alma con espectacularidad mal entendida, con medios cuestionables o, sencillamente, con una absoluta falta de talento. Seguid leyendo si os atrevéis, y conoceréis 10 ejemplos de que, a veces, pasarse a la pantalla grande no es una buena idea.

Los Vengadores (1998)

La serie: Glamourosa, psicodélica y con una banda sonora inolvidable, Los Vengadores es la serie de culto británica por excelencia con permiso del Doctor Who. Sus explosivas agentes (Diana Rigg, Honor Blackman) y sus delirantes guiones siguen frescos como el primer día.

La película: Tenemos entre manos un show cien por cien británico, protagonizado por un señor con bombín y paraguas (Ralph Fiennes aquí) y por una exquisita espía amante del fair play (Uma Thurman, en la película). ¿Cómo arruinarlo para siempre en su versión cinematográfica? Pues encomendándoselo a un equipo cien por cien estadounidense que no entiende los chistes, montándolo con tijeras de podar (o eso parece: casi una hora de metraje se perdió antes del estreno) y recubriéndolo con un diseño de producción que hace bueno al de Batman y Robin. Lo más british de Los Vengadores, la película, fue la presencia como villano de Sean Connery. El cual, como es bien sabido, es un furibundo nacionalista escocés.

Perdidos en el espacio (1998)

La serie: Creada por el productor Irwin Allen (El túnel del tiempo, Viaje al fondo del mar), Perdidos en el espacio fue una adaptación fantacientífica de la novela La familia Robinson, con una alegre familia de astronautas y un robot muy simpático vagando de planeta en planeta. Durante su primer año en antena (1965), se merendó con patatas a Star Trek en los rankings de audiencia.

La película: Una marca conocida, niños y robots, William Hurt, Gary Oldman... Lanzada a bombo y platillo, Perdidos en el espacio podría haber sido un blockbuster, y estuvo a punto de alzarse con ese título cuando le arrebató a Titanic el primer puesto en las listas de recaudación de EE UU. Pero, como en tantos otros casos, sus cifras de entradas vendidas se desplomaron tras el primer fin de semana. ¿Un accidente en los reactores nucleares de la Júpiter 2? No: las malas críticas y el 'boca oreja' de sus primeros espectadores, revelando que al filme no había por dónde cogerlo.

Wild Wild West (1999)

La serie: Conocida en España y Latinoamérica como Las aventuras de Jim West, Wild Wild West nació en 1965 como una recreación western de las películas de James Bond. Cancelada cuatro años más tarde por su elevado coste, se convirtió en una pequeña leyenda.

La película: Convertir al agente especial West en un héroe afroamericano con el rostro de Will Smith era poco verosímil, pero justificable por el talento del actor. Poner a Kevin Kline como sidekick y darle la plaza de villano titular a Kenneth Branagh parecían grandes ideas, y los tráilers no paraban de prometernos espectacularidad digital a tutiplén. Sin embargo, tras pagar nuestras entradas descubrimos la triste realidad: por mucho que se esforzasen, los actores no podían compensar un guión de baja estofa y, sobre todo, un montaje hecho en el infierno que convertía en un penoso deber el seguimiento de la trama.

¡Ja me maaten...! (2000)

La serie: Primera y única presencia española en este anti-ranking, ¡Ja me maaaten! no comenzó como una serie propiamente dicha, sino como un conjunto de sketches en los programas del dúo humorístico Cruz y Raya. Juan Muñoz, el cincuenta por ciento del equipo junto a José Mota, daba vida en ellos a un patriarca gitano de gran corazón y conducta cuestionable.

La película: No sabemos qué le pasaba por la cabeza a Juan Muñoz cuando decidió llevar a la pantalla grande a su gitano Juan de Dios. Lo que sí sabemos es que el filme, además de alimentarse con tópicos raciales de dudoso gusto, contó con unos medios y un estilo dignos de una película de los Hermanos Calatrava o de un producto directo a vídeo VHS. Pese a todo, ¡Ja me maaaten...! contó con una secuela, El Ekipo Ja, en 2007. En ambas entregas, el experto en chistes de gangosos Arévalo ejerció como secundario de lujo (ibérico).

Las aventuras de Rocky y Bullwinkle (2000)

La serie: Poco conocida en España, pero todo un fenómeno en EE UU, este show fue uno de los primeros trabajos de animación en seducir a un amplio público adulto.

La película: Tras Una terapia peligrosa y Los padres de ella, todos sabíamos que Robert DeNiro veía su futuro en la comedia. Pero nada nos preparó para ver al protagonista de Taxi Driver vestido de nazi de opereta, con Rene Russo y Jason Alexander como secuaces y persiguiendo a un alce y una ardilla en animación digital 3D. No es que la premisa fuese ridícula (al fin y al cabo, 'Bobby' es actor, y eso va implícito en el oficio) sino que su resolución en la pantalla no nos arrancó una mísera carcajada. Y oír a DeNiro haciendo bromas a costa del "¿Me estás hablando a mí?" nos arrancó lágrimas, directamente.

Los Ángeles de Charlie: Al límite (2003)

La serie: Legendaria máquina generadora de sex symbols con coartada policíaca, generó una adaptación muy potable (Los Ángeles de Charlie) en 2000.

La película: Insistimos: la primera entrega en cines de Cameron Diaz, Lucy Liu y la jefa Drew Barrymore como los Ángeles tenía mucho pase gracias a su humor desprejuiciado, a lo bien que se desenvolvía el trío protagonista en las escenas de acción y a su asumida condición de escaparate para las protas. Ahora bien: la secuela sólo nos permitió comprobar lo listo que fue Bill Murray (secundario de lujo en la peli de 2000) poniendo tierra de por medio antes de que el barco se hundiera del todo. Ni siquiera los cameos de John Cleese y de miembros de las Pussycat Dolls (quienes, reconozcámoslo, siempre alegran la vista) consiguieron mejorar el conjunto, y el director McG sufrió el primer bajón importante de su carrera.

Embrujada (2005)

La serie: Madre de todas las sitcoms con coartada fantástica, este programa protagonizado por la simpar Elizabeth Montgomery pasó ocho años (de 1965 a 1972) convenciéndonos de que las brujas son buenas personas. Y si saben mover la nariz, más.

La película: El fichaje de Nicole Kidman como la hechicera Samantha nos hizo dar palmas con las orejas, y las incorporaciones de Will Ferrell, Shirley McLaine, Michael Caine y Jason Schwartzman prometían muchísimo. Sin embargo, ni el aire sofisticated de la película ni sus flojas piruetas narrativas (la Kidman interpreta a una bruja que protagoniza un remake de la serie original) pudieron añadir magia a un proyecto muy necesitado de ella. Con un director más ágil que la siempre sentimental Nora Ephron, es posible que el filme hubiese valido la pena.

Expediente X: Creer es la clave (2008)

La serie: Turirurí-tu-riiii... Si la sintonía de Expediente X te pone los pelos como escarpias, es que creciste en los 90 y experimentaste de primera mano este serial, precursor de Perdidos, Fringe y otros misterios paranormales de culto.

La película: Aunque Expediente X: La película (1998) no fue ninguna maravilla, y la serie original llevaba cancelada una década larga, el showrunner Chris Carter no dio su brazo a torcer y consiguió rodar (en pantalla grande) la largamente pospuesta continuación de su historia. Además, como el dinero manda mucho, los protagonistas David Duchovny y Gillian Anderson se tragaron su legendario odio mutuo y consintieron en volver a actuar juntos. Pero la película llegó tarde (tardísimo, más bien), y su falta de energía le hizo poco bien a un mito que, por entonces, ya era poco más que un recuerdo.

El mundo de los perdidos (2009)

La serie: Orientado a un público infantil, pero rigurosamente documentado, este serial setentero se ganó su estatus de culto en EE UU gracias a sus dinosaurios animatrónicos y a una premisa fantástica bien entendida.

La película: Querido Will Ferrell: como en CINEMANÍA te apreciamos mucho y nos partimos de risa con tus pelis (y tus sketches para Funny Or Die!) tenemos un consejo que darte: ¡no protagonices más adaptaciones de series! Si en Embrujada el error fue convertir un original lleno de optimismo y humor blanco en una cosa así como posmoderna, aquí el fallo consistió en privar a la historia de su sentido de la maravilla transformándola en un recital de humor ganso con reptiles gigantes, algo que ni el carisma de su comediante en jefe pudo remediar.

Airbender: El último guerrero (2010)

La serie: Conocida en España como Avatar: La leyenda de Aang, este amerimanga de estética nipona pero origen estadounidense tiene seguidores en todo el mundo, gracias a su inteligente apropiación de los códigos del anime.

La película: Triunfadora de excepción en los últimos premios Razzie, Airbender (el cambio de título fue una necesidad para no ofender a James Cameron) ha supuesto la última paletada de tierra sobre el prestigio de su director, M. Night Shyamalan. Algunos (nosotros, por ejemplo) consideramos que no es tan horrible como la pintan, pero una penosa conversión al formato 3D, ese guión que avanza a trompicones y, sobre todo, la drástica eliminación del sentido cómico del original le granjearon el odio de los fans de la serie. Una pena, porque tiene escenas de artes marciales muy chulas.

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