Las 10 películas imprescindibles de Tim Burton

Repasamos la filmografía del director más macabro e influyente de Hollywood.
Las 10 películas imprescindibles de Tim Burton
Las 10 películas imprescindibles de Tim Burton
Las 10 películas imprescindibles de Tim Burton

Tim Burton (California, 1958) forma parte de ese elenco de característicos directores poseedores de un talento y un sello propio que le ha distinguido enormemente durante casi toda su filmografía, evitando asimismo en caer en recursos, estéticas e historias comunes a la hora de rodar y dirigir una película. 

Ir al cine para ver una película de Tim Burton es saber (en mayor o menor medida) a qué es a lo que el espectador se va a enfrentar durante al menos la próxima hora y media. Y a pesar de que en ocasiones las crecientes expectativas del público puedan ir más allá de los confines de la mente del director, este mismo ha demostrado tener un talento innato para distinguirse y ofrecer algo diferente a lo considerado estándar en todas y cada una de sus obras.

En esta recopilación repasamos los diez de los títulos más rocambolescos y estéticamente locos que el director ha tenido el placer de presentarnos:

Bitelchús (1988)

Cuando todo parece perfecto e idílico, Tim Burton se esfuerza por darle la vuelta y hacer de la perfección una aventura de vida y muerte, donde fallecer no significa el fin de los mundanos problemas del ser humano. Esta comedia de terror abarca las vidas de Barbara (Geena Davis) y Adam Maitland (Alec Baldwin), quienes tras sufrir un accidente de coche y morir, deben aprender a convivir con los nuevos inquilinos que han ocupado su hogar, la familia Deetz. 

En medio de toda esta vorágine de redecoración y caos, la gótica y excéntrica hija (Wynona Ryder) de los nuevos inquilinos (interpretados por Catherine O’ Hara y Jeffrey Jones), se ocupará de ayudar al matrimonio Maitland a encontrar una solución a los problemas que trae la eternidad. Así como a librarse de un fugitivo exorcista de humanos llamado Betelgeuse, quien con sus rudas y terroríficas tácticas buscará la manera de sembrar el caos y lo grotesco en el hogar familiar. Este papel sería interpretado por Michael Keaton, quien no pudo haber caracterizado mejor al rey del esperpento, aportando a este tipo de personajes cinematográficos una personalidad imposible de igualar.

Eduardo Manostijeras (1990)

De nuevo, el director nos muestra una realidad idílica, situada en los suburbios de Burbank (ciudad natal del director) donde destaca una fuerte estética ochentera de colores pastel, jardines que lucen impolutos y vecinos que de puertas para afuera muestran sus mejores apariencias.

En esta realidad completamente falsificada nos encontramos con Peg Boggs (Dianne Wiest), una vendedora de cosmética Avon que en su rutina laboral como comercial ambulante, acaba conociendo a Eduardo Manostijeras (Johnny Depp), a quien acoge gentilmente en su casa y presenta a su familia.

A pesar de los prejuicios que se forman en torno a su aspecto y personalidad, Eduardo revoluciona la vida, no solo del vecindario, sino también la de la familia al completo, y en concreto la de la hija mayor del matrimonio Bogg, Kim (interpretada por Wynona Ryder).  

El aspecto gótico fantástico de Eduardo y la caracterización de su personalidad, en colisión con el resto de elementos que aparecen en escena, resulta tan chocante como emocionante, convirtiendo esta película no solo en un clásico del director, sino que también del cine de finales del siglo XX.

Pesadilla antes de Navidad (1993)

Esta animación en stop motion, escrita por Burton y dirigida por Henry Selick, narra los sucesos de Jack Skellington (Jack Skeleton en versión española), un deprimido rey del terror con cuerpo de esqueleto, que en un esfuerzo por cambiar la rutina de Halloween anual, tratará de hacerse cargo de la Navidad, con terribles aunque fantásticas consecuencias, como no podría ser de otra manera.

Las calaveras, esqueletos, vampiros, seres extraños y pálidos, muertos vivientes, brujos y personajes fantasmagóricos son varias de las criaturas que toman parte en este musical de estética gótico fantástica que tanto ha caracterizado a Tim Burton desde sus inicios (Vincent, Frankenweenie, etc.). Nos encontramos con este particular estilo del director, donde lo fantástico, lo terrible e incluso el tema de la muerte guarda una extraña similitud con la alegría, la vitalidad y la celebración constante, por medio de canciones y sucesos que acaban pareciéndonos más entretenidos y alegres que el mundo de los vivos o de lo común.

Mars Attacks! (1996)

Con todas las películas que se han rodado a lo largo de la historia a cerca de una posible invasión extraterrestre, Hollywood (y el mundo entero) necesitaba una que no fuera tan seria como sus precedentes. Entonces llegó Burton y se puso al frente de Mars Attacks!, basándose en una vieja colección de cromos y transformando sucesos tan trágicos como los que narraba el mismo Orson Welles en una comedia de ciencia ficción maravillosamente divertida y con un elenco de actores que tan solo con su presencia consiguieron convertir el largometraje en un éxito de la cultura popular.

La presencia de grandes del cine como Jack Nicholson, Glenn Close, Annette Bening, Pierce Brosnan, Danny DeVito, Sarah Jessica Parker o Michael J. Fox, o promesas futuras (por aquel entonces) como Natalie Portman, Jack BlackLukas Haas invitaron al público a las salas de cine y a pesar de que no fue un gran éxito ni recaudó todo lo esperado en EE.UU, la película se convirtió en un clásico de la ciencia-ficción para aquellos que también disfrutan con esa clase de comedia que llega a rozar lo absurdo.

Sleepy Hollow (1999)

Inspirada en el relato de terror La leyenda de Sleepy Hollow, escrito por Washington Irving, la película narra los misteriosos crímenes sucedidos en un pequeño pueblo del estado de Nueva York, donde el forense Ichabod Crane (Johnny Depp) es enviado a la aldea para investigarlos. Ambientada en 1799 y siendo fiel a una estética victoriana, tanto el pueblo como los personajes inspiran una constante sospecha que mantiene la emoción y la intriga sin decaer, a pesar de que tal vez con toda la evolución que ha vivido el cine de terror desde los noventa hasta ahora, este tipo de historias no causen las sensaciones que generan a día de hoy la nueva ola de terror.

Al fin y al cabo no deja de ser una película más sobre asesinatos en un pequeño pueblo, aunque acompañada por el talento del actor fetiche de Burton, quien aporta una personalidad al film que pocos consiguen darle a este tipo de largometrajes y que con los años, se ha ido convirtiendo en un elemento esencial en muchas de las películas del director.

Big Fish (2003)

Esta fantástica y emocionante historia, inspirada por la novela Un pez gordo de Daniel Wallace, reafirmó a Burton como un director maduro. Asimismo, ayudó nuevamente a catapultarlo hacia el éxito de lo extravagante y lo fantástico. La historia de la búsqueda y el conocimiento de un hijo hacia su padre es el tema principal de la película, donde la realidad y la ficción se mezclan de una manera tan deliciosa que el espectador acaba por querer creer en lo fantástico, de esta manera negando y rechazando voluntariamente la simple y fría realidad.

La emoción del reencuentro y el descubrimiento de algo tan mundano como una relación paternofilial no había sido narrada antes de manera tan sobrecogedora como se hizo con Big Fish, donde no solo la historia en sí, sino el magnífico reparto (Ewan McGregor, Albert Finney, Jessica Lange, Billy Crudup, Marion Cotillard, Steve Buscemi, Helena Bonham Carter o Danny DeVito), la estética de lo fantástico, el uso del color y de la imaginación hacen de esta una obra para el disfrute y la emoción de todos los públicos, invitándolos a soñar y a creer en lo increíble.

Charlie y la fábrica de chocolate (2005)

De nuevo, Tim Burton se embarca en un proyecto con Johnny Depp donde, como en otras ocasiones, este último consigue darle a la película ese toque especial con el cual no contaría si no estuviera entre los miembros del reparto. Caracterizando al famoso rey del chocolate Willy Wonka (creado por el novelista Roald Dahl), Depp consigue a través de sus dotes interpretativas que los nervios de los espectadores estén a flor de piel en todo momento, no sabiendo nunca qué es lo que se le ocurrirá hacer al dueño de la fábrica de dulces. Lo cual es natural, ya que la fábrica desde su cierre al público había generado todo tipo de rumores y sospechas en el pueblo donde se sitúa. Por tanto, su dueño no podía generar menos sentimientos contradictorios, así como tampoco su interpretación.

Charlie Bucket (Freddie Highmore) es un niño proveniente de una familia humilde que gana un billete dorado para visitar la famosa fábrica de chocolate de Willy Wonka. Acompañado por su abuelo (David Kelly) y un elenco de niños tan mimados como maleducados, Charlie accederá a un mundo de color, dulces y fantasía que colisiona con su realidad diaria.

Podría decirse que Charlie y la fábrica de chocolate fue uno de estos proyectos que llevaba el nombre de Tim Burton escrito en la frente, ya que había demostrado con anterioridad lo bien que transforma y transporta a la gran pantalla esta clase de historias fantásticas.

La novia cadáver (2005)

La novia cadáver fue dirigida por Tim Burton y Mike Johnson, rodada en stop motion y contando con las voces de Johnny Depp, en el personaje de Victor Van Dort y Helena Bonham Carter en el de la novia cadáver, de nombre Emily. Pudiendo parecer una historia macabra y de terror, Burton volvió a darle la vuelta a la situación en este largometraje como tan bien ha demostrado saber hacer en otras ocasiones.

Nos encontramos con dos mundos antagónicos, el de los vivos y el de los muertos. Y es curiosamente el primero de estos el que no tiene vitalidad, ni luminosidad, ni emociones, mientras que el segundo desborda sensaciones y sentimientos, jolgorio, colores y alegría pura. Esta dualidad que es presentada al espectador en todo momento puede interpretarse como una reflexión sobre lo mucho que el ser humano llega a restringirse mientras vive y la gran fiesta que puede llegar a ser la muerte al no depender de los prejuicios, formalismos y apariencias que la vida obliga a perpetuar. Sin duda alguna, esta obra es un clásico del estrafalario director la cual añadir a esta lista de imprescindibles, además de un homenaje a la pura imaginación.

Alicia en el país de las maravillas (2010)

Una vez más Tim Burton se embarca en la aventura de llevar al espectador ni más ni menos que al país de las maravillas, lugar de naturaleza fantástica, con una escenografía y decorados de ensueño y respetando en cierta medida la obra del autor original de la historia, Lewis Carroll.  

No son pocas las películas que han sido creadas en torno a este cuento infantil de 1865, pero tal vez la obra de Burton es hasta la fecha la más realista y lograda de todas. Cuando se supo que la historia iba a ser tomada por el director estadounidense no hubo duda alguna de que este proporcionaría lo mejor de sí para transportarnos dentro de la madriguera y vivir con Alicia las aventuras que vimos desde niños con el clásico de Disney de 1951. Al igual que ocurrió con las actualizaciones de Charlie y la fabrica de chocolate o Dumbo, era una de estas películas que necesitaban el sello de Tim Burton para que triunfara por todo lo alto y deleitara a nuestros ojos con el imaginario escenificado.

Big Eyes (2014)

Estando acostumbrados al derroche de fantasía e imaginación habitual en las películas de Tim Burton, Big Eyes supuso un soplo de aire fresco para su filmografía. El largometraje narra la historia (basada en hechos reales) de la artista Margaret Keane (Amy Adams) y su marido Walter Keane (Christoph Waltz), el cual se adjudicó la autoría y el éxito de las obras de su mujer a lo largo de los años 60. Margaret Keane fue la creadora de numerosas obras que retrataban a niños y niñas de enormes ojos y que resultaron un completo éxito en el mercado del arte de aquél entonces.

No contando con tantos elementos fantásticos como en otras obras de Burton, este film relata la fuerza y la voluntad de una mujer ante la farsa que resulta su marido, a quien debe enfrentarse para poder encontrarse a sí misma y triunfar por sus propios méritos. Es una historia sobre feminismo y empoderamiento a la que Burton le dio ese toque tan característico de sus películas, aunque a simple vista resulte una de las “más normales” del director.

En definitiva, Burton ha aportado a todas sus obras ese toque personal del que hablamos y por el cual es tan reconocido en el mundo del cine.

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