Las declaraciones en las que Lars Von Trier afirmaba comprender a Adolf Hitler declarándose "nazi" le han salido muy caras al director de Melancholia. La junta de directores del certamen francés acaba de emitir un comunicado declarando persona non grata al cineasta danés, vetando su presencia a perpetuidad en la Croisette. En el documento, los directores "lamentan" que Cannes haya servido de plataforma para expresar "comentarios inaceptables, intolerables y contrarios a los ideales de humanismo y generosidad que residen en la misma idea del festival".
Pese a ello, prosigue, Melancholia no será retirada de la competición, con lo que (en el más extremo de los casos) podría suponerle a Von Trier su segunda Palma de Oro tras la cosechada en 2000 por Bailar en la oscuridad.
Recordemos que esta no es la primera asonada que el danés protagoniza en Cannes: el año pasado, durante la presentación de su muy polémica Anticristo, Von Trier se autoproclamó "el mejor director de cine del mundo", despertando reacciones de rechazo visceral por parte de sus detractores. Por otra parte, en un certamen tan presidido por el glamour, el cineasta (cuyo miedo a volar es conocido) insistió durante muchos años en presentarse a bordo de una autocaravana que (según su propia confesión) apestaba a gasóleo.
La pregunta está en el aire: ¿tan indignados están los responsables de Cannes por las declaraciones de Von Trier, o le agradecen en el fondo esta excusa para librarse de él y de sus golpes de efecto?
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