La letra, con cine entra: 10 películas para la reforma educativa

Lectores, parece que con el nuevo gobierno de Mariano Rajoy no se va a perder una de las costumbres más arraigadas de la política española: la reforma educativa. Con el Ministerio de Cultura fusionado con el de Educación y Deportes, al mando del sociólogo José Ignacio Wert, la legislatura que ahora empieza nos traerá novedades como el Bachillerato de tres años, y sólo cabe especular cuánto afectarán a la docencia los previsibles recortes presupuestarios que se avecinan. Tras la llamada "marea verde" de profesores descontentos en la Comunidad de Madrid, está claro que el profesorado y los alumnos están revueltos, por decir algo. Así que, fieles a nuestro afán de servicio público, en CINEMANÍA proponemos 10 ejemplos muy cinéfilos de educación seria, disciplinada y con el ojo puesto en la excelencia del alumno.

Su propuesta: ¿Estás harto de la indisciplina en las aulas? ¿Es "la letra con sangre entra" tu refrán favorito? Pues no te puedes perder esta secuela de la ya de por sí desaforada Curso 1984. En el filme, las autoridades de EE UU la respuesta perfecta a la crisis de autoridad que nos invade: reemplazar a los enseñantes por las llamadas "unidades tácticas de educación". Es decir, por unos robots de diseño militar con más mala leche que un Terminator. Puedes verla gratis en YouTube.

Para subir nota: El dire del instituto donde se desarrolla la acción es nada menos que Malcolm MacDowell. Sí, el protagonista de La naranja mecánica. Cómo cambia la gente con la edad.

Su propuesta: Según parece, en breve viviremos un regreso al regreso al criterio de excelencia y a la exaltación del alumno más apto. Por lo tanto, sospechamos que a la autoridad competente le interesará revisar este filme del gran Kinji Fukasaku: si obligas a los alumnos a matarse entre ellos (bajo la supervisión de un Takeshi Kitano en chándal), no sólo obtienes una alternativa de lo más vistosa al examen de Selectividad, sino que además eliminas a unas cuantas docenas de futuros parados antes de que hagan feo en las estadísticas.

Para subir nota: Aunque no hayas visto Battle Royale, el rostro de la actriz Chiaki Kuriyama te sonará como Gogo Yubari, la colegiala asesina de Kill Bill.

Su propuesta: Aunque (con la feliz excepción del profesor Snape), el colegio Hogwarts siempre haya sido un cubil de docentes progres, esta entrega de la saga mágica rectificó sabiamente esa situación. Para empezar, tanto Daniel Radcliffe como sus amiguitos se enfrentaron al TIMO (Título Indispensable de Magia Ordinaria), un examen de grados más temible que Voldemort. Y, aún más importante, recibieron una lección de pedagogía a la antigua de manos de Dolores Umbridge (Imelda Staunton). Si la desafías, esta docente tan peripuesta te lo hará pagar con sangre. Literalmente.

Para subir nota: El TIMO (OWL en inglés) está basado en el GSCE, título británico equivalente, más o menos, a nuestro Bachiller Superior.

Su propuesta: Ahora que se nos alerta de la disolución del tejido social, con la muchachada organizando saraos políticos en vez hincar los codos, la medida adoptada aquí por el profe Jürgen Vogel puede causar pasión. Se trata de revivir la moral de los alumnos dotándoles de un emblema, de unos uniformes, de una causa común... De un movimiento, en definitiva. Ah, ¿pero era un experimento sobre la psicología del fascismo? Lástima, con lo bonito que parecía.

Para subir nota: La historia del filme está inspirada en un ejercicio realizado en un instituto de California en 1967.

Su propuesta: En cuatro palabras: "¡Ya sé kung fu!". Seguro que más de un alumno (y más de un profesor) ha envidiado la experiencia de Keanu Reeves, que adquiere todos los conocimientos necesarios para la vida en el mundo virtual sencillamente enchufando su cogote a una máquina. Eso sí que es un método pedagógico a base de memoria, como en los buenos tiempos.

Para subir nota: Para desarrollar las secuelas de Matrix, los hermanos Wachowski solicitaron el consejo del filósofo francés Jean Baudrillard. El cual les mandó, educadamente, a hacer puñetas.

Su propuesta: Vale, el "dar cera, quitar cera", el salto de la grulla y los bonsáis quedan muy bien en el encuadre. Pero si lo que buscamos es una teoría pedagógica solvente para los tiempos modernos, debemos fijarnos en el sensei John Kreese, veterano de Vietnam injustamente considerado como el villano de la historia. En lugar de la pánfila charla del Señor Miyagi, el dueño del dojo Kobra Kai nos transmite mensajes tan certeros como: "la piedad es para los débiles". ¿Querías motivación? ¡Pues toma tres tazas!

Para subir nota: Los productores ofrecieron el papel de Kreese a Chuck Norris, quien se negó al considerar que el personaje ofrecía una imagen negativa de las artes marciales.

Su propuesta: Con el futuro tan neoliberal que nos espera, los conocimientos de finanzas y administración de empresas se perfilan como cruciales. Lo cual nos lleva, inevitablemente, a acordarnos de esta aventura juvenil de Tom Cruise. El jovencísimo Tom aplicaba sus conocimientos de Economía en este filme tan ochentero, obteniendo rápidos y píngües beneficios gracias a un negocio de prostitución. Después de eso, un máster en las más selectas business schools como ESADE debe estar chupado. Y escalar el edificio más alto del mundo, también.

Para subir nota: El final original del filme, cambiado por los productores a última hora, era mucho menos optimista que el que llegó a los cines. Puedes verlo en los extras del dvd.

Su propuesta: Tras quedarnos pasmados con la eficiencia y la profesionalidad de Uma Thurman en la primera parte de este díptico, muchos nos preguntamos cómo había conseguido esa chica tan dulce convertirse en una máquina de matar. La segunda entrega nos dio la respuesta: poniéndose en manos de Pai Mei, legendario villano del cine de kung fu reconvertido en profe por Quentin Tarantino. No tenemos más que recordar el parche en el ojo de Elle Driver (Daryl Hannah) para recordar que a Pai Mei no hay alumno 'difícil' que se le resista.

Para subir nota: Según filmes como Los vengadores de Shao Lin, Pai Mei podía contraer sus partes íntimas dentro del abdomen, para así hacerse inmune a los golpes bajos. Ufff...

Su propuesta: De manos de Stanley Kubrick, siempre meticuloso, nos llega el modelo de escuela que la nueva Europa necesita. Y esta se halla... En Parris Island, el centro de entrenamiento de los marines estadounidenses. Para instructores como el sargento Hartman (R. Lee Ermey), todos sus alumnos son iguales: "no desprecio a nadie porque sea negro, judío, latino o chicano. Todos sois igual de insignificantes", afirma el docente. Parece un poco duro, pero mira lo felices que parecen los chicos cantando "aquí mi fusil, aquí mi pistola".

Para subir nota: R. Lee Ermey fue instructor de los marines durante 11 años, antes de ejercer como asesor en películas como Apocalypse Now.

Su propuesta: En los títulos anteriores hemos aprendido como convertir a nuestros alumnos en unos chicos responsables, disciplinados y competitivos, como el mercado laboral manda. Pero, ¿qué hacer si estos, pese a todo, se niegan a aprender? Aunque parezca mentira, la propuesta más solvente llega de manos de un juerguista como Robert Rodriguez. Porque, en esta película, el amiguete de Tarantino nos propone un método de enseñanza superior infalible, de cerebro a cerebro (alienígena).

Para subir nota: El cachondo de Rodríguez contrató para una escena de la película a la banda del instituto donde estudió George W. Bush, por entonces aún candidato.