La digitalización, una oportunidad para el cine europeo

La transformación digital de Europa está en marcha y a las industrias culturales y creativas les corresponde desempeñar un papel esencial en ella. En 1896, la invención del cinematógrafo por los hermanos Lumière situó diestramente a Francia y Europa en la vanguardia de una revolución tecnológica y de una nueva página de la historia. Estamos viviendo una época fecunda para las innovaciones, impulsada y respaldada por el desarrollo de las tecnologías digitales. Debemos aprovechar adecuadamente estas oportunidades para que esta nueva revolución se lleve a cabo en beneficio de los ciudadanos.

En lo que se refiere al acceso a las obras audiovisuales europeas, la situación actual es desfavorable. El vídeo a la carta es una forma de ampliar las audiencias de las obras, pero en él solo está disponible un 47 % de las películas europeas que se estrenan en las salas europeas, frente al 87 % de las películas estadounidenses. Este hecho muestra que aún hay margen de mejora en lo que respecta a la circulación de las obras, algo tanto más paradójico cuanto que Europa alberga tesoros de creatividad que se plasman, por ejemplo, en los 2.124 largometrajes producidos en 2016.

Conscientes y orgullosos de la creatividad de nuestras fuerzas vivas, nos corresponde actuar para que las obras europeas encuentren el público que se merecen. La transformación digital encierra un potencial importante para reforzar los efectos positivos de la cultura, tanto en el plano económico como en el social. Ese es precisamente el reto de nuestra estrategia #Digital4Culture: sacar partido de esta fructífera conexión entre tecnologías digitales y cultura. Para ello, se ha previsto una serie de iniciativas europeas destinadas a garantizar un acceso amplio y más democrático a la cultura, el acceso a la financiación y el desarrollo de competencias, así como la promoción, la comercialización y la valorización del patrimonio cultural.

Con este propósito se ha presentado en Lyon, en el marco del Festival Lumière, el prototipo de inventario de películas europeas, un instrumento transparente que permitirá a cualquier agente del sector audiovisual acceder a datos sobre la disponibilidad de películas en línea a través de los servicios de vídeo a la carta de los Estados miembros. Los objetivos del inventario son muy claros: facilitar el acceso a las obras cinematográficas y aumentar la transparencia y la visibilidad de las películas europeas en el mercado del vídeo a la carta; encontrar nuevas salidas comerciales para las películas europeas; hacer posibles nuevos modelos comerciales y herramientas de acceso para la expansión del mercado en línea. Nuestro reto exige, en primer lugar, un balance claro y con cifras de la situación, gracias al cual los profesionales, productores, distribuidores o servicios de vídeo a la carta podrán adaptar sus actividades y mejorar la presencia de obras europeas en línea.

Más allá de esta iniciativa, la ambición europea consiste en construir un ecosistema favorable a los creadores para nutrir, conservar, hacer crecer y atraer nuevos talentos. Este marco beneficioso requiere la revisión de los servicios de comunicación audiovisuales ultimada estas últimas semanas y la refundición del derecho de autor, empresa que movilizará a los interesados y facilitará la conclusión de licencias que permitan un mayor acceso a los contenidos.

Además, la propuesta legislativa sobre cables y satélites facilitará el acceso transfronterizo a los programas de televisión y radio en línea, lo que constituye una medida muy concreta para los ciudadanos europeos.

Así pues, todas nuestras acciones europeas convergen, complementando y reforzando las medidas adoptadas por el sector y a escala nacional. La diversidad, la creatividad, la conservación del patrimonio y la competitividad de las industrias son facetas de la difusión de una Europa de la cultura que deseo sea más potente en esta era digital y esté siempre al servicio de sus ciudadanos.