'Joker': ¿Por qué se iba Joaquin Phoenix del plató sin avisar?

¿Es malo para la salud mental interpretar a Joker? Eso puede discutirse: Jack Nicholson venía medio p'allá de fábrica, los problemas de Heath Ledger eran solo suyos y de las espantadas de Jared Leto en el plató de Escuadrón Suicida, mejor no hablar. Dicho esto, parece que a Joaquin Phoenix le causó cierta mella encarnar al Príncipe Payaso del Crimen en la película de Todd Phillips. Y el propio Phillips, recién llegado de ganar el León de Oro en Venecia 2019, ha hablado de ello en una entrevista con el New York Times (vía io9).

¿En qué consistían las excentricidades de Phoenix? Pues en nada especialmente desagradable, salvo que uno sea un actor, un técnico o un director y tenga prisa por cerrar el día y llegar a casa. El protagonista, explica Phillips, tenía la manía de irse del plató sin avisar. "En mitad de una escena, salía del plató y se marchaba, sin más. Y el otro actor pensaba que había sido cosa suya, el pobre, pero nunca lo era. Era siempre él [Phoenix], sencillamente no lo sentía".

Empatizar con el psicópata más desquiciado del Universo DC debe de ser difícil, así que es comprensible que Joaquin Phoenix se atascara de vez en cuando. Lo que no es tan justificable es que sus compañeros de reparto (y el resto del personal de la película) pagaran el pato de una manera tan poco decorosa.

Ahora bien: los desdenes de Phoenix tenían un límite, y ese límite se llamaba Robert De Niro. Según el NYT, el intérprete de Joker nunca paró en seco una escena si en ella intervenía también el actor de Taxi Driver. ¿Sería por la influencia de Toro salvaje en su vocación interpretativa, como explicó hace poco en Toronto? ¿O más bien porque una vaca sagrada como De Niro está de vuelta de todo y no se iba a dejar impresionar? Saque cada uno la conclusión que quiera.