'Jason Bourne' da náuseas al público en China

Debido a una conversión chapucera a las tres dimensiones, el regreso del superespía Matt Damon deja al público chino con el estómago en la boca
'Jason Bourne' da náuseas al público en China
'Jason Bourne' da náuseas al público en China
'Jason Bourne' da náuseas al público en China

Hay que fastidiarse: justo cuando el Partido Comunista Chino se está pensando levantar la mano y suavizar sus cuotas de pantalla, dejando que se estrenen más películas de Hollywood en el país, un factor que nadie había previsto amenaza con agriar el romance entre la Meca del cine y el gigante asiático. Y no se trata de ninguna controversia ideológica, sino de algo tan natural como el ojo humano y su incapacidad para tolerar según qué excesos estereoscópicos: según The Hollywood Reporter, la versión 3D de Jason Bourne creada en exclusiva para el lanzamiento del filme en China está causando protestas de los espectadores, debido, aseguran estos, a que provoca nauseas y mareos.

El regreso de Matt Damon como el superespía amnésico se estrenó en China el martes, obteniendo más de 10 millones de euros durante su primer día en los cines. Pero esa carrera comercial podría venirse abajo si continúan las quejas. "Me sentí muy mareado durante las escenas de lucha", afirma un usuario de Weibo, la red social más popular del país. Y proseguía: "Era como una película de bajo presupuesto: tendré que verla de nuevo en 2D". El descontento del público ha llegado a causar protestas en Pekín y Shanghai, con los espectadores exigiendo que les devolvieran el precio de la entrada.

Ahora bien, si el estilo del director Paul Greengrass, con sus cámaras temblonas y su montaje fragmentado, no casa nada con el formato en tres dimensiones, y Jason Bourne se ha estrenado en 2D en el resto del mundo, ¿por qué los chinos la están viendo en 3D? Pues porque el formato estroboscópico es el más popular en el Reino del Centro: desde 2007, cuando Avatar se convirtió en un auténtico fenómeno social en el país, se han construido en China alrededor de 40.000 nuevas salas, un 80% de las cuales están pensadas para proyectar películas en 3D. Es más: Jason Bourne se ha estrenado en 149 cines de Pekín, pero sólo ocho salas de la ciudad la ofrecen en su formato original.

Así pues, todo apunta a que estas Bourne-vomitonas se deben a la conjunción de una película cuyo estilo no es apto para la proyección 3D y de una conversión chapucera al formato de tres dimensiones. El miércoles, la distribuidora Universal China lanzó un comunicado en Weibo prometiendo el lanzamiento de más copias en 2D, "para satisfacer las diversas necesidades del público". O, más bien, para salvaguardar sus estómagos.

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