El actor empezó esta generosa tradición para mantener al equipo de rodaje a su lado cuando empezó a actuar en Estados Unidos, porque estaba avergonzado por no acordarse de sus nombres. "Es mi forma de sentirme bien. Cuando hice mi primera película en América, me avergonzaba de decir a los dos meses que no conocía el nombre de la mitad del equipo. Así que un viernes por la tarde pensé en comprar un décimo de lotería para cada uno y dárselos diciendo que era una tradición australiana, pero no lo es", contó el actor a BANG Showbiz durante una conferencia de prensa en el hotel Claridge's de Londres.
"Yo mismo me busqué la condena, porque desde ese momento nunca he tenido un viernes libre de rodaje. Si no me han llamado, encuentran una razón para hacerlo. ¡Les asustaba que si yo no iba, la mitad del equipo tampoco iría!". Después de comprar miles de décimos de lotería cada año, el actor de 42 años no recomienda que la gente juegue porque nadie ha ganado más de 110 dólares (80 euros). "Puedo decir que no compréis décimos de lotería. Yo lo he estado haciendo durante 10 o 12 años y la mayor cantidad que ha ganado alguien son 110 dólares", aseguró.
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