"Hijos de... Quentin": 10 películas que no existirían sin Tarantino

Con su revoltijo de artes marciales, cine negro y 'western', 'Bunraku' lleva la huella del genio de la gran mandíbula. Recordamos otros filmes que surgieron a su sombra, para bien y para mal. Por YAGO GARCÍA
"Hijos de... Quentin": 10 películas que no existirían sin Tarantino
"Hijos de... Quentin": 10 películas que no existirían sin Tarantino
"Hijos de... Quentin": 10 películas que no existirían sin Tarantino

Referencias continuas a las películas de artes marciales, ausencia de realismo, guiños a géneros de todo tipo (del kung fu al cine de gángsters, pasando por el western)... Nos va a perdonar nuestro compañero Nando Salvá, pero en todos los nombres que cita en su crítica de Bunraku parece que falta uno: es cierto que el filme es un revoltijo de rasgos de estilo y que (lo sentimos por el villano Ron Perlman) resulta bastante truñoso, pero al hablar de él nos resulta inevitable mencionar a Quentin Tarantino. De hecho, podemos definir la película que protagoniza Josh Hartnett como "un Kill Bill sin chicas guapas". Y quedarnos tan anchos, aunque salga Sandra Bullock.

Como el gran director que es, el hombre de la gran mandíbula arroja una sombra muy larga. La cual lleva proyectándose desde hace muchísimo tiempo, para bien y para mal. Como Bunraku parece haber aprovechado bastante mal su influjo, nosotros hemos enumerado 10 películas que no habrían sido posibles sin Tarantino. A continuación podéis conocerlas, y leer nuestras razones para definirlas así.

Trainspotting (1996)

La película: En su segundo largo tras Tumba abierta, Danny Boyle adapta la novela de Irvine Welsh convirtiendo a Ewan McGregor en cabecilla de una pandilla de yonquis escoceses.

Síntomas de tarantinitis: Con decir que a Boyle se le conocía por estas fechas como "el Tarantino británico" debería bastar. Pero también conviene señalar que, pese a las diferencias temáticas, Trainspotting nos recordó mucho a aquella Pulp Fiction que habíamos visto hacía tan sólo dos años, desde su banda sonora a base de hits a su desenfado formal abordando el mundo del hampa. Sólo que, aquí, las referencias visuales eran a los Beatles, no a Buddy Holly.

Lock & Stock (1998)

La película: A las órdenes de un tal Guy Ritchie, un grupo de aprendices de gángsters londinenses se ven envueltos en un monumental embrollo, con dos escopetas de colección y una mastodóntica cantidad de maría como epicentro.

Síntomas de tarantinitis: En argot inglés, decir "lock, stock and barrels" significa "todo lo que hay en la tienda". Y Ritchie, aquí debutante, se tomó la expresión a pecho. Porque, a diferencia de en Trainspotting, aquí los protagonistas sí son delincuentes profesionales, y desde el montaje (que salta en el tiempo según le conviene) a la estilización de las escenas, pasando por los secundarios coloristas (como olvidarse del Gran Chris -Vinnie Jones- y de Chrisito) huele a Quentin por los cuatro costados. En sus obras posteriores (especialmente en RocknRolla), Guy ha seguido el mismo modelo.

Boogie Nights (1997)

La película: Paul Thomas Anderson nos cuenta la historia de Dirk Diggler (Mark Wahlberg), el actor porno más famoso de los 70. Y de su monumental miembro, también.

Síntomas de tarantinitis: Con lo ególatra que es, si Anderson lee esto nos corre a gorrazos. Pero lo cierto es que, ya desde Reservoir Dogs, Tarantino fue pionero en capitalizar la nostalgia por los 70 que permeó los 90 (los cuales, para aumentar el embrollo, son la década de moda ahora). Esta película, llena de pantalones de campana y de actitudes chulescas, tiene mucho de su sello. Por no hablar del delirante ejercicio de cine dentro del cine que suponen las pelis guarras que protagoniza Wahlberg...

Corre, Lola, Corre (1998)

La película: Cuando su chico pierde el dinero de un gángster, Franka Potente debe reunir la pasta antes de que el muy gañán cometa un delito que puede costarle la vida. Todo depende de lo rápido que logre llegar a su destino...

Síntomas de tarantinitis: Como discípulo de Jean-Luc Godard que es (muy a pesar de su maestro), Tarantino siempre es consciente de que el cine es pura ficción, y que todo en una historia depende de la forma en la que la cuentes. Tom Tykwer, émulo alemán del genio, aplicó el mismo principio en esta película: la historia de la protagonista se nos cuenta de tres formas distintas, cada una con un desarrollo y un final diferente. Así, podemos ver que la misma premisa da pie a un drama, una tragedia y una comedia.

Los elegidos (1999)

La película: Tras un infortunado encuentro con la Mafia, los muy devotos hermanos McManus (Sean Patrick Flannery y Morgan Reedus) deciden limpiar Boston de criminales a tiro limpio. Según afirman, Dios está con ellos.

Síntomas de tarantinitis: Uno de los aspectos de la 'Escuela Tarantino' es su capacidad para estirar los presupuestos como si fuesen chicle. Y este filme es prueba de ello: con un capital de de menos de 7 millones de euros (ajustados a la inflación) y una distribución minúscula, el director Troy Duffy se las apañó para convertir a Los elegidos en una de las películas más rentables de la historia de Hollywood gracias al boca-oreja y al dvd. Ahora bien: lo que nos aclara dónde están sus fuentes es el hecho de que los protas se obstinan en rezar antes de cada ejecución. ¿No te recuerda a aquel matón con la cara de Samuel L. Jackson y su "con gran ira y furiosa cólera"?

Matrix (1999)

La película: Los hermanos Wachowski se convirtieron en los niños bonitos de Hollywood gracias a este megahit cyberpunk con Keanu Reeves de protagonista. Las secuelas, en cambio...

Síntomas de tarantinitis: De acuerdo: imaginarse a Tarantino rodando una de ciencia-ficción es como imaginarse a un elefante surfeando en Tarifa. Pero repasemos los estilemas que Quentin puso de moda en Hollywood, y veremos que Matrix comparte la gran mayoría. ¿Historia laberíntica? Afirmativo. ¿Artes marciales? Afirmativo. ¿Musiquita guay? Afirmativo. ¿Personajes vestidos con ropa cool? Más afirmativo aún. Nosotros creemos que, sin los éxitos de Reservoir Dogs y Pulp Fiction, este filme lo habría tenido bastante difícil a la hora de ver la luz.

Viviendo sin límites (1999)

La película: Apuradas por los impagos del alquiler, Sarah Polley y Katie Holmes deciden aprovechar el hallazgo de un cargamento de pastis para montar un trapicheo guapo. Su historia nos será contada desde tres puntos de vista diferentes.

Síntomas de tarantinitis: "Como Pulp Fiction, pero con veinteañeros y en una rave". Esta es la definición más fácil de este filme, que aprovecha tics de la casa (el argot callejero, la discusión de las reglas criminales) al pie de la letra. Aun así, Viviendo sin límites resulta un filme bastante digno, y su guión es lo bastante laberíntico y lleno de sorpresas como para que no nos sintamos estafados. Al menos, no demasiado.

Ocean's Eleven (2001)

La película: Nueva versión de La cuadrilla de los once (1967) que cambia a Frank Sinatra, Dean Martin y el resto del Rat Pack por George Clooney, Brad Pitt Matt Damon, Julia Roberts y otros ídolos del momento como banda robacasinos.

Síntomas de tarantinitis: Esta sí que es buena: antaño rival de Quentin por el título de director más indie del mundo, Steven Soderbergh se nos pone posmoderno y decide samplear a su antagonista. Aunque el autor de Contagio es un cineasta demasiado personal como para que su filme parezca un calco, las huellas tarantinianas se ven en él, empezando por la premisa (remakear un filme desastroso para mejorarlo y corregirlo) y acabando por los trajes y las gafas de sol.

Ases calientes (2008)

La película: Un mago muy sinvergüenza (Jeremy Piven, El séquito) se ha metido en líos con la Mafia. Cuando un padrino ofrece un millón de dólares como recompensa por su cabeza, el FBI tomará cartas en el asunto.

Síntomas de tarantinitis: Los dosmiles llegaban a su final, Tarantino (que preparaba Malditos bastardos) iba ya a otro rollo... Y esta coproducción británico-estadounidense se quedó con las sobras, ofreciendo un laberinto de enredos delincuentes, violencia y hip hop a cargo de Joe Carnahan (El Equipo A). Con la presencia de Ryan Reynolds entre sus escasos méritos, Ases calientes cantaba a distancia como un plato recalentado.

Carne de neón (2010)

La película: Cuando su madre prostituta sale de la cárcel, el joven matón Mario Casas trata de demostrarle que es un hombre de provecho de la única forma que ella podría entender: montando un puticlub.

Síntomas de tarantinitis: Aunque la escuela de Tarantino no ha acabado nunca de cuajar en España (no menciones a Álex de la Iglesia, por favor, lo suyo es otra cosa) Paco Cabezas logró resultados bastante aceptables en su debut largo. Aunque su taquillaje no acompañara, esta película califica como un buen exponente (aunque algo tardío) de las constantes que se hicieron famosas con Pulp Fiction.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento