Halle Berry confiesa cómo ganar el Oscar se convirtió en una desilusión y acabó haciendo 'Catwoman'

La estatuilla que Halle Berry ganó por 'Monster's Ball' fue histórica (sigue siendo la única actriz afroamericana protagonista premiada) pero no cambió su carrera.
Halle Berry confiesa cómo ganar el Oscar se convirtió en una desilusión y acabó haciendo 'Catwoman'
Halle Berry confiesa cómo ganar el Oscar se convirtió en una desilusión y acabó haciendo 'Catwoman'
Halle Berry confiesa cómo ganar el Oscar se convirtió en una desilusión y acabó haciendo 'Catwoman'

Halle Berry se considera en un buen momento de su vida. Los posts que compartió en redes sociales por su cumpleaños en verano así lo indican. Además, dentro de unos días presentará en el Festival de Toronto la que es su primera película como directora: Bruised, un drama sobre lucha libre profesional que también protagoniza.

Pero Berry sabe que los buenos momentos no siempre aseguran un gran porvenir. En una larga entrevista con Variety, la actriz recuerda lo que ocurrió tras otra aparente cima profesional que alcanzó pronto en su carrera: el premio Oscar como mejor actriz protagonista por Monster's Ball (2001), el dramón de Marc Forster que protagonizó junto a Billy Bob Thornton.

A principios de siglo, Halle Berry estaba posicionada para ser una de las grandes estrellas de las próximas décadas de Hollywood: venía de un taquillazo como Operación Swordfish y una saga en crecimiento como X-Men, iba a ser la próxima chica Bond en Muere otro día (2002) y acababa de ganar el prestigio crítico de Monster's Ball. No solo eso, sino un triunfo histórico en toda regla. Era la primera mujer afroamericana en ganar el Oscar como mejor actriz protagonista.

Sin embargo, ese subidón inicial acabo evaporándose rápidamente. Primero se dio cuenta de que el Oscar ganado no atrajo ofertas con forma de buenos guiones. "Pensaba que todos esos grandes papeles iban a empezar a llegarme, que grandes directores empezarían a llamar a mi puerta", recuerda Berry en la entrevista. "Pero no ocurrió. De hecho, se volvió incluso más difícil. Es lo que llaman la maldición de los Oscar".

Así que, a falta de buenas oportunidades con papeles relevantes y dignos de lucimiento dramático, la actriz intentó buscar consuelo en el lado más comercial de la industria. Jinx, su personaje en Muere otro día, tuvo un recibimiento tan positivo que los productores Barbara Broccoli Michael G. Wilson contemplaron la idea de darle su propio spin-off.

Habría sido algo tan relevante como una película de acción, nacida de la saga 007, con una mujer negra de protagonista. Pero MGM se echó atrás ante un presupuesto de 80 millones de dólares que consideraba demasiado arriesgado. "Fue una gran decepción", confiesa Berry. "Era demasiado adelantado a su tiempo. Nadie estaba dispuesto a destinar tanto dinero a una mujer negra como estrella de acción".

De la frustración a 'Catwoman'

"Como no pude hacer la película de Jinx, pensé que [Catwoman] era una gran oportunidad para tener a una mujer negra como superheroína. ¿Por qué no intentarlo?", prosigue la actriz con su relato. El problema con Catwoman (2004) fue que el filme dirigido por Pitof fue un fracaso abismal. No solo en términos financieros (apenas recaudó 82 millones de dólares frente a un presupuesto de 100 millones sin contar gastos de marketing), sino en artísticos: es una de las películas basadas en cómics peor valoradas de todos los tiempos.

"Había algo en la historia que no encajaba", recuerda ahora Halle Berry, haciendo referencia a cómo Catwoman debía enfrentarse a una empresaria cosmética encarnada por Sharon Stone. "Recuerdo tener una discusión [con los responsables]: ¿Por qué Catwoman no podía salvar el mundo como Batman o Superman? ¿Por qué ella solo salvaba a las mujeres de una crema antiarrugas que les destruía la cara? Pero yo solo era una mandada, no era el director, y poco podía hacer en ese sentido".

La catástrofe de Catwoman sepultó el tirón comercial de Halle Berry durante muchos años, en los que sus apariciones como Tormenta en las sucesivas entregas de X-Men fueron las únicas buenas noticias que recibía. Pero otra decepción peor la perseguía: no haber logrado abrir la puerta de la diversidad en los Oscar.

Primera y única

19 años después de su triunfo por Monster's Ball, Halle Berry sigue siendo la única actriz afroamericana con un Oscar como protagonista. Eso es algo que aún consigue atormentarla. "Es una de mis mayores desilusiones. La mañana siguiente pensé que había sido elegida para abrir un camino. Que después no haya venido nadie... Me pregunto si aquello fue de verdad un momento importante, o solo un momento importante para mí", reflexiona.

La actriz se sorprende de que candidatas muy sólidas nominadas en la categoría de mejor actriz protagonista durante los últimos años no hayan sido premiadas. "Estaba convencida de que Cynthia [Erivo] lo iba a ganar el último año [estaba nominada por interpretar a Harriet Tubman en Harriet, pero el premio fue para Renée Zellweger por ser Judy Garland en Judy]. Y que Ruth [Negga, nominada en 2016 por Loving] también lo tenía fácil [ganó Emma Stone por La La Land]", empieza a hacer memoria.

"Creo que ha habido mujeres que verdaderamente podían y deberían haberlo ganado, pero no ha sido así", concluye. "¿Por qué no ha sido así? No tengo la respuesta".

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