[Goya 2019] 'Carmen y Lola': El azul es un color calé

CINEMANÍA y Sala Equis proyectan esta semana las nominadas al Goya a Mejor Director Novel; hoy le ofrecemos la polémica ópera prima de Arantxa Echevarría.
[Goya 2019] 'Carmen y Lola': El azul es un color calé
[Goya 2019] 'Carmen y Lola': El azul es un color calé
[Goya 2019] 'Carmen y Lola': El azul es un color calé

[Esta semana, CINEMANÍA pasa revista a las nominadas a Mejor Director Novel en los Goya 2019. Recuerda que puedes verlas en el ciclo que organiza nuestra revista en Sala Equis (Duque de Alba, 4, Madrid)]

Si le preguntas a Arantxa Echevarría sobre La vida de Adèle, te dirá que “es un peliculón”.Pero está dirigida por un hombre, hay ahí una connotación sexual”, añade. La misma que ella quería eliminar de su primer largo, en el que estaba convencida de hablar del primer amor. “Pensaba que era un momento en la adolescencia tan abandonado… Nos cambia el cuerpo, no sabemos adónde vamos y, a la vez, tenemos que decidir qué queremos ser de mayores. Y justo en ese momento, nos enamoramos y creemos que ese amor va a ser para siempre”, cuenta.

Tenía claro el “qué”, pero no sabía el “cómo”. No sabía en qué contexto hablar del primer amor, a través de qué personajes… cuando vio la noticia de las primeras gitanas lesbianas que se casaban. “Era una foto de ellas de espaldas, nombres falsos, a la boda no había ido nadie. Quise sacar esa foto del periódico, darle la vuelta a esas chicas y ponerles nombres: una era Carmen y la otra era Lola”, explicaba la cineasta sobre el origen de Carmen y Lola, su ópera prima, en su estreno mundial en Cannes. En su caso, tener la idea para escribir una historia no facilitó nada, todo se complicó. “No sabemos nada del mundo gitano, llevan con nosotros 500 años y les hemos maltratado, ninguneado”, dice Echevarría.

La directora empezó por escribir un guion en abstracto, hablando del primer amor y después se fue por asociaciones gitanas buscando adolescentes gitanas homosexuales. “Me decían: ‘Aquí no vienen’. Y me quedé desolada, pensé que se había acabado todo hasta que un día maravilloso me di cuenta de que los adolescentes están en el anonimato de las redes y me metí en un chat con el nick de ‘Gitana Guapa’ –que luego acaba en la película–”, recuerda la directora.

Un día una chica le preguntó de qué familia era. “Le mentí, le dije que era Heredia de Orcasitas, pero a los 10 minutos le hablé de la película y ella se desconectó”, recuerda. “Yo me conectaba cada día, pensando que había perdido de nuevo mi oportunidad, hasta que al mes me escribió de nuevo. Estuvimos dos años chateando, me puso en contacto con otras chicas que iban leyendo todo lo que yo escribía, compartían sus historias conmigo: una se había escapado con la novia, volvió, el padre la obligó a casarse y se escapó de nuevo y ya no volvió”. Es el destino de la mayoría de estas chicas, obligadas a abandonar sus estudios, casarse y cuidar de sus hijos. “Y la película es light, porque no quería caer en el estereotipo”.

La película es la historia de cómo Lola, estudiante, grafitera a escondidas, se enamora de Carmen, ya pedida, a punto de casarse, y de cómo inician una relación inesperada juntas. Encontrar a Zaira Morales y Rosy Rodríguez, sus Lola y Carmen, fue también muy complejo, a punto estuvo de tirar la toalla de nuevo. “Vi 1.200 gitanos, y en Madrid hay cinco mil”, recuerda, y cerca están sus dos actrices a las que llama valientes y quiere proteger ante las críticas de su propia comunidad.

“La película es ficción porque cuando les pregunté a las chicas que me ayudaron si querían ser ellas y me dijeron que no, me di cuenta de que tenía que serlo, pero no quería perder la realidad que me habían transmitido”, dice Arantxa Echevarría. “Es ficción porque quería posicionarme y guiar al espectador, porque soy mujer y quiero contar esta historia desde el punto de vista de una mujer, y porque creo en que el cine tiene que ser social y político. Han Solo está muy bien, pero el cine tiene un poder: abre debate y creo que esta película lo hará, aunque será complicado porque la mujer gitana feminista me detesta, soy la paya instrusista. Querían que hiciera una película de gitanas abogadas para evitar clichés, pero a los 16 años no eres abogada. Yo quería hablar del despertar sexual que para mí también es una forma de empoderamiento”.

[Carmen y Lola se proyecta el martes 29 de enero a las 19.00 en Sala Equis –Duque de Alba, 4, Madrid–]

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