¿Y si 'Frozen' hubiera sido una película de animación tradicional?

El filme helado de Disney empezó a desarrollarse hace unos cuantos años, ni siquiera como proyecto de animación digital.
¿Y si 'Frozen' hubiera sido una película de animación tradicional?
¿Y si 'Frozen' hubiera sido una película de animación tradicional?
¿Y si 'Frozen' hubiera sido una película de animación tradicional?

Hay mucho que adorar en Frozen, incluso si el efecto inevitable de su elevación a fenómeno mundial de masas lleva al agotamiento y la saturación. Sin embargo, y por mucho que se esté intentando, aún no sabemos cuál es el máximo número de veces que un ser humano puede escuchar Let It Go. 

Ahora que se estrena Frozen II, y que las aventuras heladas de Elsa, Anna, Olaf y compañía vuelven a nuestras vidas, hemos de recordar con pesar la mayor pega de la primera entrega de Chris Buck Jennifer Lee: su aspecto visual. Porque, si bajamos el volumen de las canciones de Kristen Anderson-Lopez Robert Lopez, la verdad es que lo que nos queda con Frozen es una película de apariencia bien dañina para la vista.

Mientras que no hay queja posible en cuestión de fondos, tacto de texturas, cabellos y tejidos de ropa o copos de nieve hiperrealistas al milímetro, el diseño de los personajes humanos que habitan Arendelle resulta de lo más decepcionante. Al menos, a quien busque una visión que no resulte tan fácil de intercambiar con los protagonistas de cualquier otra película animada de gran estudio estrenada en la última década.

Impresión que se acrecenta al ver los bocetos y diseños que se barajaron para la película cuando, hace varios años, todavía era un proyecto de animación tradicional. Los publicó el dibujante Cory Loftis en su tumblr y los recoge Inside the Magic, aunque en el libro The Art of Frozen se pueden encontrar muchos más. En estos dibujos encontramos la visión preliminar del número musical El amor es una puerta abierta, la persecución de los lobos y el primer diseño del monstruo de nieve Merengue que crea Elsa.

¿Cuáles crees que tienen más personalidad? ¿Estas propuestas o el resultado final de la película? Y este es el motivo por el que Frozen (y, por extensión, su secuela Frozen II), a pesar de los buenos momentos, del brillo de la nieve y el aullido del viento, tiene complicado llegarnos al corazón. Siempre nos hace pensar en un "¿Y sí...?".

¿Y si 'Frozen' hubiera sido una película de animación tradicional?
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