Ethan Coen: "¡Trump, yo soy tu poeta!"

Esta es la historia de un hombre. Un hombre de Minnesota, para más señas. Su nombre es Ethan Coen, y vosotros lo conoceréis como "la mitad de los hermanos Coen que no está casada con Frances McDormand". El caso es que, como sabréis, a Ethan y a su hermano Joel se les da bien escribir. Tienen dos Oscar de la especialidad, por Fargo y No es país para viejos, por si les hiciera falta demostrarlo. Pero resulta que, además de libretos para el cine, Ethan tiene otra vocación literaria: la de poeta. Y un destinatario claro para sus versos: cierto Donald Trump, que últimamente habita en la Casa Blanca de Washington.

De esta manera, desde el 19 de enero, Ethan Coen lleva aportando poesías a la edición EE UU de The Huffington Post, en las que habla del actual presidente de su país en un tono muy cariñoso. Versos como "Tiene algodón de azúcar en la cabeza / Y las putas se le mean encima en la cama. / ¡Oh, no! Vamos, él sólo admite / Que las mete mano. / Eso, y que se cuela en los vestuarios / Para tratar de verles las tetas a las chicas. / ¡Seamos justos!" lo demuestran. Y, a cambio de estas alabanzas (tan sinceras como la bombona de oxígeno de Anton Chigurh), Ethan Coen quiere apenas una tontería: ser nombrado poeta laureado de EE UU. Algo que ha solicitado en la carta abierta de rigor.

Si consigue su ambición, el menor de los Coen recibiría un estipendio de 35.000 dólares anuales, además de quedar comprometido a encabezar iniciativas para difundir la poesía (y la literatura, en general) entre el pueblo estadounidense. Una poltrona que te mueres, vamos. ¿Cuáles son sus argumentos para hacerse con ese chollo? Pues, según Ethan Coen, unos cuantos. Para empezar, que los poetas detentadores del puesto durante la administración de Barack Obama "son un desastre". "Algunos de ellos ni siquiera hacían poemas con rima", apunta, señalando que los suyos siempre riman. "Por esta razón, cuando deporten al actual poeta laureado, Juan Felipe Herrera [de origen mexicano], yo debería ocupar su lugar".

¿Más razones? Allá van: "Señor presidente, muchos me comparan con un Wallace Stevens moderno. Él era un poeta que se ganaba la vida como agente de seguros. A mí me recordarán como poeta, sin duda, pero me gano el pan por otros medios: soy guionista, productor y director en la industria del cine". Así pues, señala Coen, ficharle sería tender puentes hacia ese Hollywood tan levantisco. "Señor presidente, las artes son mucho más que Rembrandt y Meryl Streep", señala Coen. Y prosigue: "Puedo reclutar, comprometer, persuadir y mandar besitos a esa gente que a usted le parece un atajo de perdedores. Y tal vez lo sean. Pero son perdedores artísticos. ¡Y votan!".

¿Se dará por enterado Donald Trump? ¿Acabará cosechando Ethan Coen un puesto como artista cortesano? Dado que el presidente ha hecho caso omiso de sus demandas hasta ahora, lo dudamos, y es una pena. No sólo porque Trump se pierde a un fichaje de primera (¿os imagináis las recepciones oficiales organizadas en plan ¡Ave, César! o Arizona Baby), sino porque su poesía le daría mucho ambiente a la Casa Blanca.