Morricone pop: las canciones del maestro, de Mina a Metallica

Además de bandas sonoras formidables, el compositor escribió temazos que han interpretado desde las divas pop más fabulosas hasta los metaleros más encallecidos.
Morricone pop: las canciones del maestro, de Mina a Metallica
Morricone pop: las canciones del maestro, de Mina a Metallica
Morricone pop: las canciones del maestro, de Mina a Metallica

La carrera de Ennio Morriconeque nos ha dejado a los 91 años, estuvo llena de bandas sonoras monumentales. Y no solo de ellas. A lo largo de su larga y prolífica trayectoria, il maestro también trabajó a menudo con cantantes pop. Durante sus años de máxima actividad, cuando ya era un gran compositor pero todavía no había alcanzado el estatus de monstruo sagrado, Morricone compuso para ellos, y sobre todo para ellas (trabajar en un país tan lleno de divas como Italia, es lo que tiene), melodías que en muchos casos hicieron historia de la música popular. Eso, por no hablar de los temas vocales que a veces incluyó en sus bandas sonoras.

Así pues, recordando a Morricone no solo podemos invocarle como el genio que volvió aún más inolvidables las películas de Sergio Leone, Dario Argento, Terrence Malick Brian De Palma, sino también como el colaborador y/o inspirador de artistas tan dispares como Mina, Pet Shop Boys Metallica. Eso solo por mencionar a los destinatarios originales de sus composiciones, porque si tuviéramos que listar las versiones y reinterpretaciones varias, no pararíamos. Valgan estos ejemplos para demostrarlo.

Pel di carota (Rita Pavone, 1963)

Cuando el cine apenas había aprendido a contar con su talento, Morricone ya cosechaba megahits como esta composición (firmada a medias con Franco Migliacci) para la niña prodigio del pop italiano. Con un ritmo muy ferroviario y una energía que es puro punk antes del punk, Pavone y Morricone se cachondean aquí de quienes se metían con la chavala por su pelo de zanahoria y su rostro lleno de pecas: "Mejor tener la cabeza roja que la cabeza vacía", afirman, y se quedan tan anchos.

Se telefonando (Mina, 1966)

Dice la leyenda que Morricone y la 'Tigresa de Cremona' (seguramente, la diva pop más importante que ha dado Italia) se desafiaron mutuamente con este tema. Si el músico entregó una partitura que, tras la breve introducción, repite una y otra vez la misma melodía en un crescendo para el recuerdo, Mina hizo los honores con una de sus interpretaciones más aclamadas, si no la que más, rebosante de una intensidad que no palidece con los años. ¿El resultado? Un himno para los restos que han interpretado desde Françoise Hardy Nek, pasando por el mismísimo Franco Battiato. 

Una stanza vuota (Ennio Morricone - Lisa Gastoni, 1966)

Entre la voz insinuante de la Gastoni, el arreglo de guitarra cien por cien morriconiano, esos tresillos de piano (¡inspirados por el sonido de una máquina de escribir!) que interrumpen el estribillo en pleno clímax y esos coros aterciopelados, podemos decir que esta canción para la BSO del thriller Frente al amor y la muerte huele a perfume caro y bajos instintos. Un ejemplo del alto voltaje que podía alcanzar Morricone cuando abordaba el formato de canción pop sin abandonar sus orquestaciones locas.

Uccellacci e uccellini (Domenico Modugno, 1966)

Dispuesto a todo, el Morricone de los 60 era capaz de experimentos tan locos como esta chaladura para Pajaritos y pajarracos, uno de los filmes más indescifrables (que ya es decir) de Pier Paolo Pasolini. Contando con la voz de Domenico Modugno (otro rey de la canzione italiana, famoso por hits como Volare), el músico de Roma y el director friulano escribieron para él una canción… cuya letra son los créditos del filme, insertados en una melodía muy cubista y multiforme. Bien mirado, así los fans podemos usarla para hacer karaoke.

Deep Down (Ennio Morricone - Christy, 1968)

La producción sesentera de Morricone abunda en innovaciones a escape libre, y también en composiciones muy aptas para momentos de martini, yate y minifalda. Entre estas últimas destaca esta maravilla compuesta para Diabolik, la locura pop de Mario Bava. Las voces de la cantante pop Christy y de la soprano Edda Dell'Orso (otra colaboradora imprescindible del compositor) forman la ambientación perfecta para ejercer de supervillano con mucho estilo.

Vamos a matar, compañeros (Ennio Morricone, 1970)

El spaghetti western y los temazos apoteósicos no son incompatibles, algo que Morricone demostró sobradamente con este temazo para Los compañeros, peliculón revolucionario de Sergio Corbucci. Además de por su letra tan coreable, escrita por el propio cineasta en un castellano bastante aceptable, Vamos a matar, compañeros resulta memorable como recordatorio de la simbiosis entre el compositor y el grupo vocal I Cantori Moderni, que proveyó de voces a muchos de sus mejores temas.

Here's To You (Ennio Morricone - Joan Baez, 1971)

Sacco y Vanzetti, la película de Giuliano Montaldo sobre el juicio y la condena a muerte de dos anarquistas italianos en EE UU, tal vez no sea el mejor ejemplo de cine político de los 70. Sin embargo, su banda sonora nos trajo esta colaboración entre Morricone y la reina del folk, imprescindible en toda playlist militante que se precie. Si tras escucharla sigues pensando que Joan Baez es solo la ex de Bob Dylan, háztelo mirar antes de que Hideo Kojima (que ha contado con el tema en las bandas sonoras de la saga Metal Gear) envíe a sus comandos a tu casa.

It Couldn't Happen Here (Pet Shop Boys, 1987)

De Neil Tennant Chris Lowe pueden decirse muchas cosas, pero no que les guste tirar a lo fácil. Por ejemplo, cuando tuvieron la ocasión de colaborar con Morricone para su disco Actually, no le encargaron un tema con ecos de spaghetti western o de dramón suntuoso, sino una canción rematadamente siniestra que sirvió como tema principal para una película homónima más parecida (por lo malrollera) a los trabajos de Terence Davies que a los de Sergio Leone.

The Ecstasy of Gold (Metallica, 1984-...)

¿Estamos haciendo trampa aquí? Pues sí, pero por una buena causa. Porque, si los reyes del thrash metal llevan usando este hito de la BSO de El bueno, el feo y el malo como intro para sus conciertos desde 1984, y si han interpretado el tema en directo de forma muy competente (a veces, enlazándolo con Enter Sandman), pues se dice y ya está. Ojo a esos coros del público, aportando unas disonancias con las que el propio Morricone apenas pudo soñar.

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