Algunos contratos de imagen están cargados por el diablo. Es habitual que actores y actrices famosos obtengan gran parte de sus ingresos anuales por la vinculación a marcas que los convierten en imagen oficial de sus productos, pero en ocasiones la naturaleza de lo anunciado puede volverse en contra de la imagen personal de la estrella; sobre todo ahora que se tiene el escrutinio de internet siempre alerta. Emma Watson lo está sufriendo ahora mismo.
La actriz de la saga Harry Potter firmó en 2011 un contrato con Lancôme convirtiéndose en imagen de la firma francesa de perfumería y cosmética. Saltemos en el tiempo al verano de 2014, cuando Watson recibió el nombramiento de Embajada de Buena Voluntad de la ONU y, tras un emocionante discurso que siempre recomendamos repasar, adquirió un sólido estatus público como representante popular del feminismo y la lucha por la igualdad de género. Hasta hace beatbox sobre ello.
Si juntamos ambos datos, llegamos al epicentro de las críticas que está recibiendo Watson esta semana en las redes sociales. No se trata de los habituales insultos trogloditas tildándola de feminazi (para los que tiene una respuesta estupenda, por cierto), sino de la revisión de una de sus campañas para Lancôme, fechada en 2013, donde anunciaba los siguientes productos cosméticos con evidentes retoques fotográficos que no sólo eliminan cualquier imperfección de su piel, sino que no dejan ni rastro de manchas o pecas.
El anuncio ha vuelto a circular tras ser rescatado por gal-dem en una serie de artículos dedicados a los peligrosos ingredientes de los productos para el blanqueamiento de piel. No sólo se destaca la peligrosidad del contenido, sino que se critica la constante promoción y exposición mediática de este tipo de cosméticos en mercados como La India, China, Corea del Sur, Indonesia, Latinoamérica y Brasil fomentando la asociación directa de belleza con la blancura de piel. Una vinculación racista que además de atacar la aceptación personal del color de piel de cada persona lleva a la utilización de componentes con altos riesgos para la salud como mercurio o hidroquinona.
Si, encima, la imagen de tu campaña de promoción de cosméticos así de controvertidos en mercados no occidentales es un supuesto símbolo mediático del feminismo (blanco), la mecha del cóctel explosivo no tarda en encenderse. A pesar de que Lancôme ha respondido a las críticas afirmando que los productos de su línea Blanc Expert no buscan "blanquear la piel", sino "ayudar a prevenir los puntos negros asociados al paso de la edad y la exposición al sol", este spot televisivo deja bien claro el enfoque que presenta su publicidad con términos como "suero blanqueador".
Emma Watson todavía no ha hecho ninguna declaración pública sobre la polémica. ¿Dirá algo sobre estos anuncios con tres años de antigüedad que ahora se han vuelto en su contra?
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