El 'test' de Bechdel: cómo saber si una película es machista

En 1986, la dibujante de cómics Alison Bechdel sugirió una prueba para detectar el machismo en el cine. Hoy, su broma ha pasado a ser un fenómeno en internet. Por YAGO GARCÍA
El 'test' de Bechdel: cómo saber si una película es machista
El 'test' de Bechdel: cómo saber si una película es machista
El 'test' de Bechdel: cómo saber si una película es machista

Todo comenzó en 1985, como una broma en una tira cómica. Más concretamente, en Dykes To Watch Out For (Unas bollos de cuidado en su edición española), el tebeo en el que la artista de cómics, y lesbiana militante, Alison Bechdel enfrentaba a un cásting de mujeres gay con malas pulgas contra un mundo de hombres. La historieta, inspirada por su amiga Liz Wallace, se titulaba The Rule (La regla), y en ella la autora describía un sencillo sistema para comprobar si un filme es machista o no. A continuación, podrás leer la página de marras (en inglés; pulsa para verla en grande), y además te ofrecemos una traducción de sus tres requisitos:

test_alison_bechdelA) En la película tienen que salir dos mujeres, como mínimo.

B) Esas mujeres tienen que hablar entre ellas.

C) El tema del diálogo no debe ser un personaje masculino.

¿Sencillo, verdad? Pues en estos 26 años la cosa ha llegado a un extremo que la propia Bechdel, ahora famosísima gracias a su tebeo autobiográfico Fun Home, no podía ni prever. Conocido como el "Test' de Bechdel", este sistema se ha generalizado tanto en internet que cuenta con páginas web dedicadas a aplicarlo a los estrenos de la temporada. La más concurrida, The Bechdel Test Movie List, cuenta con casi 3.000 filmes en su base de datos, clasificándolos en función de cuántos apartados de esta medida aprueban.Sitios de cine tan conocidos como Film School Rejects le dedican artículos, y en blogs feministas se acusa a las escuelas de cine de presionar para que no se utilice. Ahora bien, ¿sirve realmente de algo esta prueba? Y, de ser así, ¿convendría actualizarla después de tanto tiempo? En CINEMANÍA queremos averigüarlo.

"Yo me planteo el 'test de Bechdel' como una actividad divertida", nos cuenta Raquel (Lucas) Platero. Esta activista sabe de lo que habla, porque conoce personalmente a la autora ("Alison tiene que estar flipando con todo esto", bromea) y, cuando leyó el cómic original en 1986, ni se imaginaba que iba a armar tanto ruido. "Cuando me lo encontré, lo primero que pensé fue un reconocimiento, algo así como '¡ah, claro!", nos cuenta. "Era algo que se le podía ocurrir a cualquiera con cierta conciencia en esa época".

Por otra parte, Platero también reconoce que los planteamientos del test "son algo muy de la primera y la segunda ola del feminismo, centradas en las cuotas de representación: el test exige que se represente a las mujeres, porque son un grupo excluído, pero ahora bien, ¿qué hacen esas mujeres?". Según nos indica nuestra interlocutora, "cuando se ha dado mayor protagonismo a las mujeres, o a los gays, se ha reparado en los sectores más privilegiados de esos grupos. Es como decir 'quiero que haya más mujeres en la política', y encontrate con que esas mujeres son como Margaret Thatcher", indica.

La productora de cine Rut Suso, que trabaja en películas feministas desde su empresa Volando Vengo, nunca ha oído hablar del Test de Bechdel, pero reconoce aplicarlo inconscientemente cada vez que va al cine. "Me parece muy divertido, y maravilloso", nos dice cuando se lo describimos, para después añadir: "Cuando ves una película, muchas veces te tienes que quitar las 'gafas' del feminismo para disfrutar de una película: en el cine comercial se repite siempre lo de 'mata al malo y salva a la chica', con personajes masculinos en primer plano y mujeres que repiten siempre los mismos roles". Por su parte, la escritora y periodista Carolina Velasco, que sí conoce la prueba, nos dice: "Nunca me han gustado las películas en las que sólo salen tíos, y cuando conocí el test me llamó la atención que alguien se hubiese molestado en analizarlo".

Ahora bien: como señalaba Platero, la medida de Bechdel es hija de su tiempo, y también es muy perfeccionable. Por no hablar de un aspecto que puede ser espinoso: ¿qué ocurre si un filme cuya calidad satisface tanto a hombres como a mujeres no pasa la prueba? En The Bechdel Test Movie List, sin ir más lejos, el caso de Drive ha causado bastante polémica. ¿Puede una espectadora feminista disfrutar con esa película? Rut Suso reconoce preferir el "cine social, en el cual una historia en la que sólo haya hombres no tiene por qué ser machista", y afirma que mientras que El Havre (un filme en el que sólo aparecen dos mujeres, que no llegan a dialogar) "me parece positivo, porque apunta a valores universales", un director tan 'de mujeres' como Pedro Almodóvar le resulta "machista y casi misógino: en La piel que habito, por ejemplo, el sexo no consentido entre Antonio Banderas y Elena Anaya aparece representado desde una óptica totalmente masculina".

"Yo puedo criticar todo lo que quiera sobre la representación de las lesbianas, pero me he tragado entera la serie L por muchos estereotipos que tenga", aporta con humor Platero. Y prosigue: "Personalmente, me encantaría ver más filmes sobre chicos transexuales no operados, pero aquí lo que entra en juego es nuestra capacidad de reinterpretar, de disfrutar del cine y de 'reescribir' lo que ves". Nuestra interlocutora se despide aconsejando que pruebas como esta se empeen para analizar "la representación de otras minorías, como los migrantes o los gitanos, y de un punto cualitativo, no sólo cuantitativo: si se repiten o se replican estereotipos". Carolina Velasco, por su parte, concluye por todo lo alto: "A mí, cada vez me gustan más las películas de Hayao Miyazaki y de Studio Ghibli: puede que él sea un tío, y que sus protagonistas sean princesas, pero son princesas que se sacan ellas solas las castañas del fuego".

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