El mensaje fascista de ‘El club de la lucha’ y otras 19 cosas que no sabías

Se cumplen 20 años de esta obra maestra y para celebrarlo recopilamos 20 curiosidades sobre el filme más chungo de David Fincher
El mensaje fascista de ‘El club de la lucha’ y otras 19 cosas que no sabías
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El mensaje fascista de ‘El club de la lucha’ y otras 19 cosas que no sabías

A los espectadores nos pasa a menudo que cuando hay una película que nos gusta mucho nos cuesta verle el subtexto si este promulga ideas contrarias a las nuestras. Pueden ser mensajes terroríficos pero ya nos encargamos nosotros de obviarlos o darles la vuelta. Y entre las cosas que probablemente no sabías (o no querías saber) de El club de la lucha hay algunas un pelín incómodas.

Hace 20 años que se estrenó en cines esta cosa subversiva y oscura, desagradable, sexy y a la vez bañada de una fealdad casi hipnótica. Y después de estos 20 años, la que estaba llamada a ser la película de una generación aburrida y consumista sigue de actualidad, o no hemos aprendido nada o quizá no es esa su grandeza y es otra, de la que ni siquiera David Fincher tenía la menor idea (porque al final estos hallazgos se consiguen sin querer), más relacionada con el asfixiante aire fascista al que está virando Europa. O quizá no y todo son manías conspiranoicas.

Vamos por partes:

1 STARBUCKS 

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Hay una taza de Starbucks en cada toma de la película. Cuando Fincher se lo contó a los responsables del marketing de la cadena de cafés, éstos se pusieron muy contentos, les encantó la broma y entendieron el chiste. Lo único que no les hizo gracia fue que en la escena final una cafetería Starbucks se destruyera por completo, así que eso no le dejaron hacerlo. Lo que nos lleva a pensar que no entendieron el chiste, claro.

Este easter eggs es importante porque machaca la idea de acabar con el consumismo. Una idea que se repite una y otra vez durante la película como si fuera un mantra budista (luego volvemos al tema del budismo).

2 LA TURRA DE TYLER Y LA ESTRELLA DEL ROCK

El personaje de Edward Norton es El Narrador y el de Brad Pitt es Tyler Durden, ya consolidado como uno de los alter ego más famosos de la historia del cine. Pues bien, durante todo el metraje Tyler da bien la turra sobre cómo nos han engañado (ellos, ¿quiénes? no lo sé) para que nos convirtamos en esclavos de las cosas que poseemos. Todo se resume en este alegato de Tyler:

“La publicidad nos hace desear coches y ropa, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Crecimos con la televisión, que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados”

Esta perorata maravillosa que no deja de repetirse y de visualizarse una y otra vez en pantalla (recordemos los vasos starbucks) terminará no significando nada, volveremos a ello... Mientras, mola descubrir que cuando dice ‘estrella del rock’ mira directamente a Jared Leto, actor que poco antes acababa de fundar su banda 30 Seconds to Mars.

3 ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA

Desde el punto de vista filosófico El club de la lucha tiene varios marcos, pero el más significativo es el que se relaciona con Así habló Zaratustra, de Nietzche. El filósofo menciona las tres transformaciones que el hombre ha de lograr para conquistar su libertad.

Las iremos viendo poco a poco.

4 EL NARRADOR ES EL CAMELLO

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El personaje de Edward Norton ha cargado durante toda su vida con decisiones más cercanas a lo que uno debe hacer en vez de pensar en lo que uno quiere hacer. Ha ido a la universidad, ha conseguido un trabajo bien remunerado, tiene un piso estupendo lleno de muebles de Ikea… Todo son valores occidentales para sentirnos realizados. Sin embargo, El Narrador se aburre de su vida, se aburre tanto que tiene insomnio y ya no sabe cuándo está despierto o cuando está dormido.

La metáfora del camello de Nietzsche que se explica claramente en los primeros minutos de metraje.

5 TESTÍCULOS 

Para luchar contra el insomnio El Narrador se apunta a varios grupos de ayuda, el de enfermos de cáncer, tuberculosis... pero el que más le satisface es el de los hombres sin testículos. Allí conoce a Bob, un tipo al que tras la pérdida de sus testículos y el tratamiento posterior le han salido tetas. El Narrador le abraza y comienza a llorar, y llora tanto que se le cura el insomnio y por fin puede dormir como un bebé. Necesita sentir las tragedias de los demás para poder vivir en paz. Y  en este caso los dramas tienen que ver con el papel del hombre en en la sociedad moderna, el hombre al que su mujer le puso los cuernos, el hombre que sufre porque no pudo tener hijos pero ahora su mujer los tiene con otro, el hombre que ha fracasado en su vida laboral por no tener huevos (literalmente, además). En definitiva el hombre expulsado del sistema por ser poco hombre.

O sea que todo ese rollo del consumismo que contábamos antes no tiene nada que ver con comprar cosas que no necesitamos, si no con la supuesta pérdida de masculinidad que nos ha proporcionado esta forma de control capitalista.

La lucha del Narrador y Tyler se centra, sobre todo, en devolver a los hombres su identidad de machos, devolverles el control que han perdido frente a las mujeres, devolverles, en definitiva, sus testículos.

6 MARLA Y EL MAQUILLAJE

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Edward Norton y Brad Pitt dieron clases de hacer jabón y también dieron claes de boxeo para prepararse sus papeles. No fueron los únicos la maquilladora se hartó a ver vídeos de boxeadores para maquillar a los actores después de las palizas.

Eso sí, para el maquillaje de Marla, el personaje que también aparece en esos grupos de ayuda como otro parásito de las tragedias y que al final termina por definir el sentido de la vida de El Narrador, Bonham Carter pidió que la pintaran con la mano izquierda. Al parecer, en su cabeza, Marla debía tener un maquillaje errático.

7 TYLER APARECE CINCO VECES ANTES

Mientras en la mente de El Narrador se va generando el personaje de Tyler, su alter ego libre y guapo que hace la guerra al consumismo, este aparece mediante rápidos frames en cinco momentos de la película: En el portal de su casa, en la fotocopiadora, en el club de los hombres sin testículos, en el hospital y en un anuncio de Bridgeworth Suites.

8 TYLER ES EL LÉON

¿Quién o qué es Tyler? Según Nietzsche, Tyler es el león. Y el león lucha contra el dragón. El yo quiero contra el tú debes. Tyler es el encargado de acabar con la carga (las jorobas del camello) del Narrador, lo que le impedía vivir plenamente.

Durante todo el metraje Tyler se encarga de destruir todas las responsabilidades del narrador. Solo así podrá nuestro protagonista encontrarse a sí mismo y ser completamente libre.. Y una vez se llega al vacío moral, ¿qué? Retomamos más tarde.

9 EL CLUB DE LA LUCHA

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El camino hacia la libertad comienza con una pelea. Recordemos que estos hombres despojados de su masculinidad necesitan volver a sentirse machos. La violencia es una de las claves, sentir dolor es sentirse vivo. Según Tyler el consumismo no es propio de los cazadores-recolectores como sí lo es, la violencia.

Y así, con un par de bofetadas comienza el germen de lo que luego se convertirá en un grupo terrorista de carácter anarquista pero movido por un auténtico fascista. Ya llegaremos después. Ahora lo importante es que Tyler y el narrador montan un club para que los chicos se peguen un rato a la salida del cole y así soltar sus frustraciones.

10 GOLPE EN LA OREJA

El primer golpe que le da Edward Norton a Brat Pitt es real. Se suponía que debía darle en el hombre pero justo antes de rodar Fincher le susurró al oído a Norton que golpeara a pitt en la oreja. Norton lo hizo y de ahí la reacción de Pitt que finalmente se quedó en el montaje final: “¡¿Me has golpeado en el oído?!”. 

11 PASTA DE BRAD PITT

No os sintáis mal por Brad Pitt, el actor cobró 17,5 millones mientras que Edward Norton recibió 2,5 millones.

12 FUE AL DENTISTA A QUE LE PARTIERAN EL DIENTE

Otra de las cositas que se cuentan de Brad Pitt durante la preparación de su personaje es que fue al dentista a posta para que le rompieran uno de los dientes frontales y darle a su personaje un rollo más macarra.

13 UN POCO DE MACHISMO

“Somos una generación de hombres criados por mujeres. Me pregunto si otra mujer es lo que necesitamos de verdad”. 

Cuando El Narrador y Tyler comienzan a intimar surgen las conversaciones sobre sus padres, que les abandonaron de críos y rehicieron su vida con otras familias. De ahí nace la crítica de una supuesta feminización de la cultura occidental, falsa por supuesto, que empuja a estos tipos a pelarse para sentirse libres, para sacar su lado primitivo y dar rienda suelta a su agresividad.

En este punto la revolución de Tyler tiene como enemigas a las mujeres casi más que a las empresas de producción en cadena.

14 UN POCO DE NIHILISMO

La popularidad de El club de la lucha y Tyler comienza a expandirse por ciudades, estados e incluso países. Justo en ese punto Tyler ya ha despojado de toda responsabilidad al Narrador que por fin empieza a disfrutar de la auténtica libertad como ser humano completamente independiente de las cosas materiales, de los sentimientos de culpa judeocristanos y de las inseguridades impuestas por la racionalización del sistema económico.

Y ahí se asoma al vacío moral del que hablábamos en el punto 8. De aquí podemos lanzarnos al budismo o al nihilismo. Podemos abrazar las enseñanzas de Buda y meditar, conocernos mejor, sentirnos en sintonía con la naturaleza o podemos abrazar a Shopenhauer y bañarnos en el pesimismo más absoluto porque total qué más da si vamos a morir.

Esta segunda opción, la elegida por Tyler, desemboca en las ideas más peligrosas posibles.

15 UN POCO DE FASCISMO

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Del club de la lucha nace un club mucho más exclusivo, Proyecto Caos, cuyos miembros padecen maltrato para poder entrar en él, se rapan el pelo, visten igual, trabajan como hormigas y hacen y dicen lo que manda Tyler, su líder.

O sea, que esa lucha contra el capitalismo y la alienación de los consumistas se transforma en un régimen fascista y dictatorial de carácter violento.

La metáfora de Nietzsche que comenzaba con el camello y seguía con el león está a punto de sufrir la última transformación mientras el personaje de Norton se asoma al abismo.

16 SEXO EN PRIMARIA

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Mientras la historia se desarrolla en El club de la lucha, Fincher deja pequeñas muestras de mala baba en el guión.

En la obra original de Palahniuk, Marla le dice a Tyler tras echar un polvo: “Oh, Tyler. Quiero tu aborto”. Es tan negra esta frase que Laura Ziskin, ejecutiva de Fox, le insistió para que cambiara el guión, el director estuvo de acuerdo siempre y cuando solo iba a cambiar esa línea una sola vez. Ziskin aceptó y cayó en su trampa. La línea de guión acabó siendo “No me han follado así desde la escuela primaria”. 

17 EL NARRADOR EVOLUCIONA AL NIÑO

Y llegamos al final de Así habló Zaratustra.

El Narrador acaba por ser consciente de que el león ha destruido absolutamente todo lo que componía su vida. Pero el león no ve nada, solo destruye, así que tras observar como sus decisiones le llevan a montar un comando fascista en todo el país decide independizarse de Tyler.

Ya es consciente de que Tyler es su alter ego creado por su propia imaginación y él solo es un niño con el poder de crear todo lo que desee. Todos los edificios se derrumban, los valores capitalistas que están frente a él también caen y dejan atrás a la figura de Tyler que ya no es necesaria. Al final la autodestrucción conlleva la evolución.

18 EL AMOR

¿Y qué es lo que quiere el Narrador ahora que es libre de elegir? Quiere a Marga, todo ha sido por Marga. Todo comienza y termina con ella.

19 EL PENE

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Y así acaba El club de la lucha, con El Narrador y Marla de la mano estrenando una nueva era (o eso creen ellos) mientras Fincher nos cuela un fotograma con unos enormes genitales masculinos, que al final es de esto de lo que más habla la película.

20 ¿QUÉ FASCISMO ELIGES?

El Club de la Lucha es una obra maestra porque sigue perdurando en nuestras cabezas 20 años después quizá porque hoy estamos en la misma encrucijada: el fascismo galopante en europa, genitales masculinos compadeciéndose de ellos mismos, el consumismo entendido como arma deshumanizante (cuando probablemente disfrutar de nuestros pequeños caprichos sea lo que nos haga más humanos)...

Fincher, claro, se defendió de varias de estas ideas: “Me encanta eso de que puedes tener fascismo sin ofrecer ninguna dirección o solución. El fascismo insiste en ir en una dirección particular, pero esta película no podría estar más lejos de ofrecer ningún tipo de solución”.

¿No es esto quizá más peligroso aún? En cualquier caso todavía podemos elegir el fascismo que más nos convenga. El de la producción en cadena de Starbucks o el de los ataques violentos de Proyecto Caos.

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