El juego de 'El señor de los anillos' que siempre quisiste es pirata

Visto desde la distancia, no parece que 1997 fuera un año demasiado feliz: Bola de dragón llegaba a su fin, Universal quería volver a destrozarnos el corazón con la quinta parte de En busca del valle encantado, la BBC estrenaba los Teletubbies y para colmo, Eurovisión empezaba a introducir el televoto. Sin embargo, nada de eso nos parece tan triste como saber que aquel fatídico año, la compañía de videojuegos SEGA decidió dejar de fabricar la MegaDrive, aquella videoconsola negra que marcó a varias generaciones de niños y que fue responsable de que más de uno se peleara en el patio del colegio tras una discusión sobre si eran mejores los juegos de la Super Nintendo o de la consola de SEGA.

Pero como la heroína eterna que fue, la consola de SEGA se resistió a morir, teniendo múltiples vidas póstumas en sitios tan lejanos como China, Rusia o Brasil, donde llegarían a fabricarse modelos exclusivos. Sí, tal cual, de la MegaDrive al Cid Campeador solamente hay un paso. Y es que su popularidad entre los chavales de medio mundo fue tan grande que desde el primer momento había aparecido un mercado de juegos piratas, tanto en forma de duplicados de poca calidad (incluyendo los clásicos cartuchos de muchos juegos en uno), como de empresas que creaban títulos para la consola sin haber sido autorizados por SEGA, y que llegaron a desarrollar juegos más allá de ese 1997 para así paliar la falta de novedades en los mercados donde la MegaDrive seguía teniendo presencia.

La lejana Taiwán fue uno de los centros neurálgicos de creación de estos juegos. Allí, empresas rarísimas con nombres como Gamtec o Chuanpu creaban productos cuyas temáticas iban desde la estrategia basada en la historia de Asia a raquíticas versiones para MegaDrive de los juegos de Super Mario.

En algún momento, a finales de la década de los 90, una de esas empresas medio fantasmas hizo aparecer un juego “ilegalmente” basado en un cómic japonés llamado Tenchi wo Kurau y que ya había tenido sus versiones en el mundo del videojuego, especialmente con un juego para Nintendo llamado Tenchi wo Kurau II. En un alarde de originalidad, este juego taiwanés para MegaDrive se llamó Tenchi wo Kurau III: Sangoku Gaiden (Tun Shi Tian Di 3: Sam Guo Wai Chuan)) y llevaba el subtítulo de Chinese Fighter para que aquellos que no comprendían ni el chino ni el japonés tuvieran algo a lo que agarrarse cuando querían referirse al juego.

Como en muchos de estos casos, no existen datos ni de los creadores del engendro ni casi de cómo era la carátula que lo acompañaba, pero a tenor de cómo fue expandiéndose por oriente, es sencillo imaginar que esta especie de Street Fighter con guerreros asiáticos y efectos robados de otros juegos, le diera bastantes alegrías a los vendedores que lo ofertaban en comercios que escapaban al control de SEGA.

Así, en plenos años 2000, con la MegaDrive cogiendo polvo en los trasteros de medio mundo  pero viviendo una segunda juventud en estos mercados que ahora se encontraban con el problema de que ya no había juegos nuevos, Glorysun, otra empresa de Taiwán (esta sí está perfectamente identificada) cogió el código original de aquel Chinese Fighter y le dio un lavado de cara a los gráficos para poder vender lo que ni el eje espacio-tiempo ni el merchandising habían conseguido: desarrollar el juego de El señor de los anillos - El retorno del rey para la MegaDrive.

Bueno, o algo así, porque el resultado era un juego todavía más aberrante -si es que eso era posible- que aquel en que se basaba. Tras un incomprensible texto en inglés que pretendía situarte en la sinopsis de la película, el jugador podía elegir entre una serie de personajes a cada cual más estrafalario: un Medio Orco bastante feo que lanza bolas de fuego, un Frodo alto y cachas de cuyos pies salen ondas de energía, un Legolas llamado “Logolas” que usa una espada de un modo un tanto navajero, un Aragorn con el que lloraría la madre de Viggo Mortensen, un Uruk-hai semidesnudo y una Eowyn karateka experta en lanzar cuchillos. Todos sustituían a los antiguos luchadores del Chinese Fighter, heredando muchos de sus movimientos y golpes, pero introduciendo nuevos gráficos y nombres para que aquello se pareciera en algo al universo de Tolkien y Jackson.

¿La lógica del juego? Absolutamente ninguna. Solamente darte de leches con otro de los personajes de la franquicia. Y por si te quedabas con ganas de jugar todavía más, el juego alargaba y alargaba su duración a base de sacar una y otra vez a los mismos personajes pero vestidos de otro color (primero podías enfrentarte a un Frodo vestido de rojo, luego vestido de azul, después de verde y así ir echando la tarde poco a poco).

Lejos de ser juzgados por la convención de Ginebra o por el recién inventado televoto de Eurovisión (eso ya sería muy cruel), los taiwaneses de Glorysun le cogieron el gusto a esto de rehacer juegos de MegaDrive para que parecieran ligados a películas famosas. Así, se vinieron muy arriba vendiendo juegos a ambos lados de los Urales y hoy, haciendo recuento, sabemos que se ha visto su logotipo en un Harry Potter y la cámara secreta, un Buscando a Nemo, un Los Increíbles o hasta una versión de La guerra de las galaxias que no es otra cosa que un Eliminate Down al que le han cambiado la pantalla de inicio. Es más, sabemos que no contentos con la operación hecha con el Chinese Fighter, lanzaron al menos otro videojuego más basado en El señor de los anillos.

En Rusia, este fenómeno de los juegos refritos de MegaDrive ha tenido tantísima fuerza que se ha mantenido vigente hasta nuestros días. A veces hasta parece que tienen un tipo pendiente de cada película famosa para ver qué juego de los años 90 es el que mejor se adapta a ella a base de cambiarle los gráficos. De hecho, es posible ver desde juegos de Transformers 3 a Gru: Mi villano favorito 2, pasando por Monstruos S.A., Avatar o Piratas del Caribe 3. Hasta han cogido el clásico juego de Captain America & The Avengers y parece que sin ninguna vergüenza que le han dado un lavado a los textos para que parezca una adaptación moderna de Los Vengadores. Todo ello ilegal y lo más increíble, para una consola que no se fabrica desde 1997, hace casi 20 años.