El gobierno canadiense no quiere el 'dinero Spock'

Para tratarse de un mundo en el que no existe el dinero (no hay más que recordar la tendencia del capitán Kirk a hacer simpas en Star Trek IV: Misión, salvar la Tierra), la relación de la saga Star Trek con las cosas pecuniarias es, cuanto menos, peculiar. Sobre todo, quién lo iba a decir, en Canadá. Si, a principios del verano, el país natal de William Shatner emitía monedas conmemorativas para celebrar el 50 aniversario de la saga, ahora está pidiéndoles a sus ciudadanos que dejen de spockizar los billetes.

¿A qué nos referimos con lo de "spockizar"? Pues ojo, porque tiene miga: resulta que los billetes de cinco dólares canadienses lucen el retrato de Sir Wilfrid Laurier (1841-1919), séptimo primer ministro del país de la hoja de arce. Y, por cosas del destino, resulta que el tal Sir Wilfrid tenía un rostro bastante vulcaniano, de pómulos altos y mirada penetrante. Así pues, desde la muerte de Leonard Nimoy en febrero de 2015, los trekkies canadienses están dedicándose a alterar los billetes en cuestión, pintándolos para convertir la imagen del prohombre en la del primer oficial del Enterprise, añadiéndoles en algunos casos el lema "Larga vida y prosperidad". 

Gracias a una noticia publicada por Boing Boing, este homenaje extraoficial tiene de los nervios al Banco de Canadá. Según ha explicado la entidad en un comunicado, spockizar los billetes no es ilegal de por sí, pero "disminuye la seguridad de los billetes y reduce su seguridad". Además, advierte, "puede impedir que los billetes sean usados en transacciones" y, por último, constituye un atentado a "una fuente de orgullo nacional". 

Si bien nosotros no cuestionamos los méritos políticos de Sir Wilfrid Laurier (aunque sentimos admitir que tuvimos que entrar en Wikipedia para ponernos al día sobre su carrera), esta historia deja claro a cuál de sus conciudadanos valora más el pueblo canadiense. De modo que, si el gobierno del país y su banco central quieren evitar que la gente pintarrajee los billetes, la solución es muy sencilla: darle su propio billete a Leonard Nimoy. Así, además, se asegurarán de que los trekkies numismáticos de todo el mundo quieran tener uno en casa.