El Pedro Almodóvar más íntimo en 'Dolor y gloria': estas son sus revelaciones más personales

Ha sido una de las grandes triunfadoras en el Festival de Cannes. Además de la gran acogida del público, Dolor y Gloria vuelve a casa con dos premios: el de Mejor actor, por la interpretación de Antonio Banderas, y el de Mejor música original, por la banda sonora compuesta por Alberto Iglesias. Así, el cineasta ha ofrecido en el festival francés su película más íntima y personal, en la que muestra su autorretrato a través de su alter ego, a quien da vida el actor de La piel que habito o El mexicano.

En este título, Almodóvar retrata la dificultad de separar la creación de la propia vida, algo que el propio director sufrió (y que incluso le llevó a plantearse dejar el cine) poco antes de rodar Julieta. Salvador Mallo es el personaje ficticio de esta cinta, un director que se enfrenta a un momento en el que no puede seguir rodando porque su cuerpo le provoca dolores insoportables y su memoria le juega malas pasadas. Aunque no es una autobiografía, Dolor y Gloria sí es una introspectiva que oculta aspectos íntimos y personales del laureado productor.

El dolor. Antonio Banderas se mete en la piel de Salvador Mallo, un director de cine que sufre tinnitus, que provoca pérdida de audición. Se trata de una de las dolencias más conocidas de Almodóvar. Lo mismo ocurre con la fotofobia y es que es raro ver al productor sin sus gafas oscuras.

Las muestras físicas del daño. Mallo posee una cicatriz que le atraviesa la espalda que, igual que el dolor espiritual, también tiene el propio director debido a una operación de espalda. Ambos también comparten las migrañas y dolores de cabeza.

El papel de la cultura. Hay varias referencias culturales en la cinta, entre ellas, el título que Salvador le da a su nuevo proyecto: El primer deseo, en alusión al Deseo, la productora que Almodóvar fundó con su hermano para grabar La ley del deseo.

Almodóvar y McNamara. Pedro Almodóvar y Fabio McNamara formaron un grupo musical durante La Movida. En Dolor y gloria también hay referencias al respecto, cuando el personaje de Asier Etxeandía le recuerda al de Antonio Banderas que tiene unas revistas de los 80 donde el director aparece vestido de mujer.

Un bicho raro. Penélope Cruz da vida en esta cinta a la madre del director que se cuestiona las actitudes de su hijo. El propio Almodóvar ha reconocido que, durante su infancia, siempre se le consideró como un bicho raro.

Las lavanderas.  La escena de las lavanderas en el río, en la que aparece Rosalía cantando, es un recuerdo de la infancia de Agustín, hermano de Almodóvar.

Personajes de relevancia. El padre del director, fallecido en 1980, aparece en la película, en concreto, en una foto en la mesilla de noche. También se habla de Chavela Vargas, cuando el protagonista se reencuentra con un amante con el que recuerda los momentos vividos junto a la cantante. El productor ha asegurado que, en su vida, Chavela es parte de su familia.

Los habituales de Almodóvar. El realizador español vive en la calle Pintor Rosales, en Madrid, donde también ubica al protagonista de la cinta. Otra de las localizaciones conocidas por el director y usadas en esta cinta es la filmoteca, donde, en la vida real, se reencontró con Carmen Maura en un ciclo de cine. En el filme, sirve de escenario para el acercamiento entre los personajes que interpretan Antonio Banderas y Asier Etxeandía. Este último es la encarnación de varios actores con los que el director ha tenido malas experiencias.

Una réplica exacta de su casa. Salvador Mallo vive en un piso que es una reproducción del hogar madrileño del director. Los muebles, los jarrones, la cocina y el lavabo, entre otros objetos, son los del propio Almodóvar. Las obras de arte que allí aparecen también le pertenecen, excepto una, y, de esta forma, se descubre (y así lo hace saber el personaje de Etxeandía) que la casa del realizar es todo un museo, tanto en la ficción como en la realidad.