Dios vende entradas

Éxitos de taquilla en EE UU como 'Son of God' y 'God's Not Dead' marcan el repunte del cine religioso el año de las superproducciones bíblicas 'Noé' y 'Exodus'.
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El cine religioso siempre ha estado ahí como uno de los subgéneros más persistentes a lo largo de la historia del medio. Desde los inicios mudos del cinematógrafo hubo películas dedicadas a contar la Pasión y tribulaciones de Jesucristo, mientras que el Antiguo Testamento era fruto de colosales espectáculos de masas cortesía de Yahvéh, firme aliado de Cecil B. DeMille en aquello de empezar una película con un terremoto y de ahí hacia arriba. En 2014 tenemos programados dos potentes ejemplos del ideario demilliano aplicado a la superproducción bíblica con la inminente Noé, de Darren Aronofsky, y a finales de año con Exodus, de Ridley Scott, que retomará la figura de Moisés encarnándola en Christian Bale. La primera de ellas, además de prometer espectacularidad pasada por agua y sin precedentes, ya ha generado sus primeras tensiones entre grupos cristianos y en países islámicos debido a su tratamiento de la historia de Noé. Porque, como Scorsese, Godard o los Monty Python bien saben, una de las características propias del cine religioso es su capacidad para levantar polvaredas de polémica, ya sea buscándola o sin pretenderlo.

Claro que no siempre sucede así. Principalmente cuando el filme en cuestión es devoto al máximo. No hablamos de superproducciones épico-bíblicas ni de películas que aportan perspectivas atrevidas sobre temas de fe y creencias, sino de todo lo contrario: otro tipo de cine religioso que funciona tan bien como ilustración del pensamiento de los fieles que consigue un éxito de nicho considerable y asegura su renovación cíclica en la cartelera. Es decir, hace dinero. Hasta el punto de protagonizar determinados fenómenos taquilleros, como ha sucedido en EE UU en dos ocasiones distintas durante el último mes.

La primera fue Son of God, primera película protagonizada por Jesucristo en una década (concretamente desde La Pasión de Cristo de Mel Gibson, un exitazo de taquilla en 2004), que en su fin de semana de estreno (el 28 de febrero) consiguió más de 25 millones de dólares, quedando segunda en el ránking y no a demasiada distancia de Non-Stop (Sin escalas), el thriller aeronáutico protagonizado por Liam Neeson. La contundente cifra del modesto y rudimentario filme sin estrellas reconocibles en cartel, mayor que la alcanzada, por ejemplo, por Monuments Men de George Clooney en su estreno ese mismo mes, ya superó los 22 millones indicados como presupuesto de esta lectura del Nuevo Testamento; su cantidad actual anda a las puertas de los 56 millones de dólares.

Aunque en el caso de Son of God hay un poco de "trampa", ya que gran parte del filme dirigido por Christopher Spencer procede de la parte dedicada a Jesús dentro de la miniserie La Biblia del canal Historia. Se han añadido nuevas secuencias y eliminado otras, como las apariciones del Diablo por la similitud de su caracterización con el Presidente Barack Obama (en serio, esa polémica ha pasado de verdad), confiriéndole forma de largometraje. La miniserie ya fue un éxito de audiencia por su propia cuenta, dando alas a cierto resurgimiento de ficción televisiva centrada en figuras bíblicas, lo que sin duda ha contribuido al buen recibimiento del filme por parte del público... que no de la crítica. Tal y como refleja su 22% en el tomatómetro, los valores cinematográficos de Son of God están más cerca de la categoría de 'salto de fe'. Esto es lo más suave que se dice de ella: "es la historia de Cristo con forma de pastel; concretamente, de pastelada".

El sorprendente éxito de God's Not Dead es más reciente y algo distinto. Para empezar, aquí no hablamos de una lectura ilustrada de las Sagradas Escrituras, sino de una historia de ambientación contemporánea en la que el actor y cantante Shane Harper, conocido por sus apariciones en Disney Channel tanto como por su militancia cristiana, interpreta a un estudiante universitario que debe enfrentarse a su (malvadísimo) profesor de Filosofía para probarle la existencia de Dios. Una propuesta tan emocionante que el pasado fin de semana consiguió quedar en quinta posición del ránking de taquilla estadounidense con 8,6 millones de dólares; lo importante es que el filme sólo se estrenó en 780 salas, lo que significa un fantástico promedio de casi 11.000 dólares por pantalla.¿Cómo consigue un estreno limitado y dirigido a un nicho tan delimitado de público colarse en el Top 5 de taquilla de un fin de semana en el que también se estrenaban Divergente y El tour de los Muppets?

Antes de buscar respuestas, hagamos una pequeña parada en nuestro país. En España también conocemos fenómenos de este tipo, en el que películas de temática religiosa ausentes del discurso mediático y generalmente desconocidas por el común de los cinéfilos o asiduo a las salas de cine consiguen recaudaciones de lo más satisfactorias. Un ejemplo reciente: Mary's Land - Tierra de María, un documental sobre la figura de la Virgen dirigido por Juan Manuel Cotelo Oñate que, desde su estreno el pasado 5 de diciembre, ha sido visto por más de 37.000 espectadores y recaudado casi 255.000 euros. Seguro que ni habías oído hablar de ella. Pues bien, compara sus cifras con las de otros títulos españoles con un hipotético tirón comercial mayor, como el thriller Presentimientos (19.413/100.807), protagonizado por Eduardo Noriega y Marta Etura, o películas multipremiadas, elogiadas por la crítica y protagonistas de la temporada de los Goya como La herida (23.189/133.762) o Caníbal (24.221/128.003).

Con todo, Mary's Land ni se acerca a los 804.000 euros que consiguió el filme religioso La última cima en 2010 ni mucho menos a los casi 2 millones de euros de Encontrarás dragones en 2011. Aquí ya hablamos detenidamente de lo sucedido con el biopic del fundador del Opus Dei, caso ejemplar a cuya luz podemos comprender mejor el tirón de estos otros títulos. Porque la película sobre la vida José María Escrivá de Balaguer empleó las mismas técnicas que, tanto en nuestro país como en EE UU, elevan notablemente el número de espectadores de este tipo de filmes: márketing directo (y, por qué no, abrasivo) dirigido a sectores de público muy concretos, proyecciones especiales para colectivos selectos, organización de excursiones en parroquias, centros religiosos, residencias de ancianos, centros educativos privados, etc. Pura maquinaria blockbuster que saca lo máximo de su nicho de público, pre-ventas incluidas (gracias a ellas, en EE UU God's Not Dead no fue la quinta película más vista del viernes de estreno, ¡sino la tercera!). En el caso de Encontrarás dragones, uno de sus productores nos contó cómo funcionaba el alquiler privado de salas para organizar proyecciones con reventa privada de entradas.

En España incluso hay una distribuidora especializada en la comercialización de este tipo de cine. European Dreams Factory, que en su página web se marca como objetivo "traer a España películas que transmitan un mensaje enriquecedor. Cintas familiares y con valores positivos". En su catálogo encontramos hits religiosos como la mencionada La última cima, Érase una fe, San Antonio de Padua, Santa Bárbara, el documental antiabortista Blood Money: El valor de una vida, la cinta sobre Alexia González-Barros (la protagonista de Camino) apoyada por el Opus Dei o la película de animación El pequeño ángel. A la vista de estos títulos, no dudamos que Son of God y God's Not Dead seguramente estarán en su lista de deseos para próximas compras. ¿Repetirán el mismo éxito?

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protagonizado por Eduardo Noriega y Marta Etura
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