Digresiones y soju: apuntes para adorar a Hong Sang-soo

Con el estreno de 'Ahora sí, antes no', su 17º largo y el segundo que llega a nuestras pantallas, desgranamos el cine del director surcoreano más hiperactivo de su generación.
Digresiones y soju: apuntes para adorar a Hong Sang-soo
Digresiones y soju: apuntes para adorar a Hong Sang-soo
Digresiones y soju: apuntes para adorar a Hong Sang-soo

Hong Sang-soo es uno de los cineastas más geniales del cine contemporáneo. Lo decimos nosotros y también Martin Scorsese, para quien el director surcoreano no tiene parangón alguno. “Para mí, hay algo especialmente interesante en las películas de Hong Sang-soo. Tiene que ver con su sentido maestro de la narración. En cada una de las películas que he podido ver, todo comienza de manera muy modesta pero luego las cosas se pelan como si fuera una naranja”, dice el estadounidense en el vídeo introductorio que realizó para la edición doméstica de La mujer es el futuro del hombre (2004). Este viernes 6 de mayo se estrena Ahora sí, antes no (2015), su 17º largometraje -el segundo que llega a nuestras pantallas tras En otro país (2012), con Isabelle Huppert-, otro nuevo ejemplo del tipo de dramedia romántica regada de alcohol, tabaco y situaciones embarazosas que nutre su filmografía y con el que se alzó con el Leopardo de Oro en el pasado Festival de Locarno y el Gran Prix Asturias en el reciente Festival de Gijón.

Aprovechamos la coyuntura para reivindicar en diez apuntes una trayectoria cinematográfica casi desconocida en nuestras salas –aunque no en nuestros sofás gracias a Intermedio-, pero de una solidez artística inaudita en el actual cine de autor.

1- Sus dramedias románticas juegan en otra liga

Diecisiete largometrajes conforman la filmografía de Hong Sang-soo y en todos ellos somos testigos de un encuentro entre un hombre y una mujer. Un encuentro, un reencuentro o un adiós, tanto da, porque en el catálogo romántico de Hong Sang-soo hombre y mujer están destinados a vivir su relación fallida no sólo una vez, sino todas las que el cineasta pueda imaginar.

En En Ahora sí, antes no, vemos una pareja conocerse y vivir la misma cita de dos maneras distintas; en La mujer es el futuro del hombre, dos amigos recuerdan su pasión por la misma mujer; en Noche y día (2008), el protagonista se enamora en París cuando ha dejado a su mujer en Seúl; en La puerta del retorno (La puerta de la vuelta) (2002), hay otro enamoramiento entre un hombre y una mujer que ya se habían conocido y se habían olvidado; en Nobody’s Daughter Haewon (2013), una joven inicia una relación con su profesor mientras que en Oki’s Movie (2010) es la alumna la que ha cortado con el profesor y no puede evitar echarle de menos.

No te equivocas: es imposible encontrar hoy en día a un cineasta más preocupado que Hong por hacer reales los vericuetos románticos.

2- El concepto ‘segundas oportunidades’ es clave en sus historias

En efecto, Hong Sang-soo parece querer contarnos en cada una de sus películas la misma historia (de amor, o no) variando tonos, palabras, motivos y anhelos pero, eso sí, casi siempre utilizando idénticos personajes, escenarios y número de cigarrillos encendidos. De hecho, las variaciones y las digresiones son una constante en las historias del cineasta y su uso no es nada gratuito, pues nos muestra, primero, la enorme creatividad a la hora de pensar las derivas de sus relatos y, segundo, que las posibilidades de meter la pata en los temas del amor son infinitas.

Si más de una vez has pensado en rebobinar o resetear este o aquel momento de tu vida en que acabaste haciendo el avestruz y deseando ser tragado por la tierra, sin duda encontrarás exquisito el cine del surcoreano y sus segundos comienzos, enésimas oportunidades y diversas conclusiones de una misma trama.

3- Su filmografía es una enciclopedia de cuentos morales

Monstruos_Turning Gate

A la crítica occidental le gusta pensar a Hong Sang-soo como el Eric Rohmer surcoreano por su acercamiento cinematográfico más o menos similar a las relaciones de pareja y a los tropiezos sentimentales. Sin embargo, el tono de cuento moral , que no moralista, en las películas de Hong tiene más que ver con la capacidad de presentar a sus personajes como criaturas vulnerables sabedoras de que las palabras salen de la boca mucho antes de ser pensadas y, claro, provocan todo tipo de malentendidos. A los personajes de Hong se les hace difícil ser humanos pero, a diferencia del temor que siente el protagonista de La puerta del retorno (La puerta de la vuelta), en ningún momento son unos monstruos.

4- A pesar de que sus protagonistas son los reyes de la incorrección

Woman is Future

Los personajes masculinos de Hong, casi siempre protagonistas, parecen formar parte de un único arquetipo y en ocasiones se ha visto a éstos como un alter-ego del propio cineasta. Así, sus películas suelen seguir a un hombre que se dedica a la profesión cinematográfica, normalmente director de cine, confuso e inmaduro, con problemas para expresar lo que siente hacia las mujeres y que acaba pasándose de la raya y haciendo el ridículo casi siempre por un exceso de tragos de soju, ese licor de arroz en botellas verdes que es el segundo gran protagonista de las cintas del surcoreano. Y, así, en todas y cada una de las diecisiete películas del maestro veremos situaciones embarazosas y escenas de tensión e incorrección. Provocan la risa floja, pero resulta imposible no sentirse reconocido.

5- Detrás de su naturalismo formal hay unas constantes de estilo muy pensadas

Un hombre que visita una ciudad que no es la suya; un encuentro que provoca un pequeño terremoto sentimental; escenas de nieve y conversaciones en mitad del aire frío; el laberinto urbano como plasmación del embrollo emocional del protagonista; dudas entre un sinfín de cigarrillos… En el cine de Hong Sang-soo los elementos de la ecuación son siempre los mismos pero siempre para ofrecer un trabajo absolutamente distinto del anterior, como si en el fondo una historia no fuera más que el resultado de un juego de permutaciones caprichosas que varía ligeramente en cada nueva película. La genialidad de Hong consiste en hacer aparecer esos elementos en la película sin grandes alardes ni barrocos planteamientos formales: su cine es de un naturalismo casi zen, si no fuera porque detrás de esa sencillez estilística encontramos acertadísimas historias sobre los tambaleos de lo humano.

  

6- Se ha atrevido con un plano de un hombre frente al origen del mundo

Night and day Courbet

En sus primeras películas, Hong Sang-soo estaba bastante preocupado por el sexo, y el acto sexual aparecía siempre como insatisfactorio (reflejo de las relaciones que retrataba). El deseo, sin embargo,  ha ido transformándose con el tiempo y los largometrajes en una suerte de anhelo, aunque no ha desaparecido del todo. No hemos de olvidar que en Noche y día, el director filma a su protagonista observando admirado y casi catatónico el famoso cuadro de Gustave Courbet El origen del mundo, en una especie de proyección de su obsesión por las mujeres y el sexo.

Sobre esa imagen, uno de los productores del filme Nam Yoon-seok contaba una anécdota bastante pertinente que explica, en parte, esa contradictoria relación con el universo sexual: “El otro productor coreano quería recortar esa escena, que incluye un primer plano de un cuadro sobre genitales femeninos, porque si se dejaba la película sería clasificada para mayores de 16 años, aunque Hong insistió en mantenerla.”

7- Ha hecho de las sobremesas coreanas un género en sí mismo

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¿Qué sería del cine de Hong Sang-soo sin el desfile de botellas verdes de soju en una larga sobremesa que acaba por salirse por la tangente? En las películas del surcoreano se bebe, se bebe mucho ya sea para brindar entre recuerdos, para olvidar, para discutir o para hacer el ridículo, y al menos un tercio de cada una de sus historias está empapada de un estado etílico. Otro de los tercios, como resulta inevitable, tiene mucho que ver con la resaca (emocional). El alcohol funciona como una válvula de escape para perder los papeles pero también es el engranaje que hace que todo cambie para que todo siga (o no) igual. O, en palabras del cineasta, provoca el caos “hasta que al final se decide todo en un instante”.

8- Y de su cine, una mirada única

Another Country

Lo llaman el Woody Allen surcoreano o el Rohmer asiático, como hemos apuntado antes, pero en realidad Hong Sang-soo lleva desde su primera película The Day a Pig Fell Into the Well (1996) construyendo una manera única de hacer cine, y haciendo de sus películas un género propio, en el que pueden resonar muchos gestos de otros autores pero que no se parece a nada más que a sí mismo. Si hubiera que definir hoy el concepto de autoría cinematográfica, el nombre de Hong Sang-soo aparecería bien arriba entre los cineastas que mejor se ajustan al término. Cada vez más depurado, el cine de Hong es libre, artesanal y trabaja con la materia de la vida.

9- Sabe reírse y ser autocrítico con su profesión

Puede que a algunos espectadores les resulte perezoso que las películas de Hong Sang-soo tengan casi siempre a un director de cine como protagonista (y, por lo tanto, a una pequeña corte de seguidores, estudiantes, ayudantes, críticos, actores y actrices alrededor de ese personaje), pero ese detalle nada baladí le sirve al cineasta para hacer un análisis minucioso de la desconexión entre el mundo real y el mundo del cine. Quizá sea en Un cuento de cine (2005) donde más sabe reírse y ser autocrítico sobre la visión distorsionada y las relaciones asimétricas que se construyen cuando uno se dedica a la profesión cinematográfica, aunque se trata de un aspecto que aparece en casi toda su filmografía.

10- Y, sobre todo, no para de hacer películas

Yourself and yours

Aunque no resulta complicado seguir el trabajo de Hong Sang-soo, porque sabemos que cada seis meses está con un proyecto nuevo y que esa película acabará en Cannes, Berlín o Locarno, cabe señalar que pocos pueden competir con su ritmo de producción y su buen nivel creativo. Cada nuevo largometraje sorprende (para bien) a sus acólitos y a los neófitos que se dejan seducir por un nombre que es ya un clásico del cine asiático. Por si hubiera alguna duda, este año también estrenará un nuevo filme: titulado Yourself and Yours, el trabajo habla de un pintor cuya madre persigue a una mujer que se parece a su novia, mientras que en otra ciudad y en paralelo, su novia (o una mujer que se parece a ella) persigue al pintor para hacer las paces con él. Aunque la cinta no concursará en la Croisette, para disgusto de sus muchos fans, sí estará en el mercado cannois. Y quizá se anime otra vez la distribución patria a traerlo a nuestras salas.

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