Detectives paranormales: 7 películas y series sobre sabuesos del Más Allá

Al igual que el policía Eric Bana de 'Líbranos del mal', estos investigadores se dejan de robos y adulterios para abordar el Más Allá en sus pesquisas.
Detectives paranormales: 7 películas y series sobre sabuesos del Más Allá
Detectives paranormales: 7 películas y series sobre sabuesos del Más Allá
Detectives paranormales: 7 películas y series sobre sabuesos del Más Allá

Si eres un personaje de cine y sospechas que tu pareja tiene un lío extraconyugal, o que tu socio te estafa con las cuentas, está claro que debes acudir a un detective privado. Desde los días de gloria de John Huston, Howard Hawks Humphrey Bogart, los investigadores de alquiler (con o sin gabardina y sombrero) han llenado las pantallas para desentrañar crímenes, derramar agudas observaciones sociales, seducir mujeres despampanantes y llevarse unas cuantas palizas en el proceso. Ahora bien: cuando el misterio de marras implica a engendros del Más Allá, y uno quiere conservar la debida discreción, está claro que llamar al doctor Peter Venkman y sus Cazafantasmas está fuera de lugar. Tampoco conviene llamar a un exorcista de cine, porque esos gritos de "¡El poder de Cristo te obliga!" pueden poner muy nerviosos a los vecinos. ¿Qué hacer, entonces? Pues está claro: lo que procede es ponerse en contacto con un detective paranormal.

Nacidos de la colisión entre el género noir, la fantasía y el terror, los personajes que enumeramos a continuación resolverán tus problemas con los engendros primigenios sin armar demasiada bulla (aunque, a veces, lo dejarán todo pringado de sangre y ectoplasma) y a cambio de una módica tarifa (más gastos). Y, a veces, ni siquiera te cobrarán, porque son agentes de la ley y eso de servir y proteger forma parte de sus obligaciones. Véase el caso de Ralph Sarchie, el policía neoyorquino que se vio metido de bruces en un caso de posesión demoníaca y cuyas peripecias han inspirado el guión de Líbranos del mal, película en la que le vemos con el rostro de Eric Bana. Mucho ojo, no obstante: como sus contrapartidas más realistas, los detectives paranormales suelen tener bastante mala pata... y tienen la propensión de contagiársela a sus clientes. Estás avisado.

John Constantine (Keanu Reeves)

Le vimos investigar en... Constantine (Francis Lawrence, 2005)

En el mundo de los cómics, "detective paranormal" y "John Constantine" son prácticamente sinónimos. Siempre que añadamos a lo primero epítetos tales como "estafador", "truhán" y "sabandija sin escrúpulos": desde que Alan Moore le hizo vestir por primera vez su gabardina en 1985, como secundario de La Cosa del pantano, este inglés de ética cuestionable ha resuelto casos de posesión demoníaca, poltergeist vengadores y conspiraciones brujeriles al por mayor, llegando incluso a timar al mismísimo Satanás y dejando un rastro de cadáveres en el proceso. En lo tocante al cine... pues digamos que Reeves hizo lo que pudo, considerando que no se parece al personaje ni en el blanco de los ojos, y que esa serie de la NBC que se estrenará en octubre amenaza con convertir al filme en un dechado de fidelidad al original. ¿Qué es eso de que Constantine no saldrá fumando en la pantalla?

Fox Mulder y Dana Scully (David Duchovny y Gillian Anderson)

Les vimos investigar en... Expediente X (serie, 1993-2002) y sus dos películas asociadas (1998, 2008)

Gracias a esta pareja de agentes del FBI (él, un friki consumado, y ella una escéptica sin remisión), el productor Chris Carter consiguió muchas cosas. Por ejemplo, poner de moda en todo el mundo las expresiones "Quiero creer" "La verdad está ahí fuera", sentar las bases de la actual fiebre por las series 'de calidad', y convencernos de que el gobierno estadounidense lleva décadas conspirando con una raza de invasores alienígenas. Todo ello sin olvidar, faltaría más, su empleo de la tensión sexual no resuelta como instrumento para captar al público. Aunque los bajones en la calidad del show (y el hartazgo de Gillian Anderson) acabaran separando al dúo, y sin olvidar que sus dos aventuras en pantalla grande no fueron nada del otro jueves, Mulder y Scully siguen siendo ejemplos de cómo enfrentarse a fuerzas más allá de toda comprensión sin perder las formas, ni (visto lo bien que les quedaban aquellos abrigos) la elegancia.

Angel (David Boreanaz)

Le vimos investigar en... Angel (serie, 1999-2004)

Eres un vampiro. De los buenos, pero un vampiro: dejar atrás una no-vida chupando carótidas te costó lo tuyo, y para colmo no te sirvió para impedir que tu tórrido romance con Buffy, cazavampiros se fuera a freír espárragos tras un memorable baile de graduación. ¿Qué harás para no sufrir mal de amores por toda la eternidad? Pues está claro: mudarte a Los Ángeles, y fundar una agencia de detectives cuyo target comercial son las criaturas de la noche, como tú mismo. Así, le darás ocasión al espabilado de Joss Whedon para que lance un spin off de su serie más popular, con gran éxito de crítica ya que no de público, conocerás a gente interesante (viajeros dimensionales, ángeles, demonios... lo normal, vamos) y descubrirás dónde acecha el verdadero horror primordial: en un bufete de abogados. Lamentamos decir, pese a ello, que nada de eso te librará de aguantar de nuevo al pesado de Spike. 

Harry P. Lovecraft (Dennis Hopper)

Le vimos investigar en... El sello de Satán (Paul Schrader, 1994) 

Cuando un detective paranormal entra en escena, todos le suponemos un cierto grado de afinidad con las artes oscuras, aunque sea de forma amateur. Sin embargo, el caso de Lovecraft es justo el contrario: este sabueso de la vieja escuela (al que vimos por primera vez, con el rostro de Vincent Ward -Temblores-, en Hechizo letal) habita una realidad alternativa donde todo el mundo sabe hacer magia, pero él se niega a emplear sus habilidades sobrenaturales por cuestión de principios. En su segunda aventura, y ya encarnado por el actor más bandarra de Hollywood, nuestro héroe se enfrenta a un equivalente de la paranoia anticomunista lanzada en Hollywood por el senador McCarthy. Sólo que, dadas las peculiaridades de su universo, eso de la "Caza de Brujas" tiene un sentido mucho más literal.

Frank Black (Lance Henriksen)

Le vimos investigar en... Millennium (serie, 1996-1999)

A mediados de los 90, Expediente X ya había iniciado su cuesta abajo. Lo cual no impidió que Chris Carter (sí, otra vez él) se jugara el todo por el todo con una serie ambientada en el mismo universo narrativo, y en la que daba rienda suelta a tres de sus aficiones más conspicuas: el terror, las teorías conspirativas y la música de los Pixies. Bautizado en honor al cantante de dicho grupo, el forense Black (Lance Henriksen, el actor que fue Bishop en Aliens) descubre que puede meterse en la mentes de asesinos en serie y otras alimañas, lo cual le llevará, de rebote, a descubrir las siniestras actividades del Milliennium Group. Por desgracia, la poca popularidad del show impidió ese largamente anunciado crossover con las aventuras de Mulder y Scully. Y, antes de que alguien lo pregunte, acabemos señalando que esta serie no tiene nada que ver con las andanzas de Lisbeth Salander.

Abraham Van Helsing (Anthony Hopkins)

Le vimos investigar en... Drácula de Bram Stoker (Francis Ford Coppola, 1992)

Sí, lo sabemos: el antagonista del conde Drácula ha tenido muchísimos rostros en el cine, desde Edward Von Sloan (en la pionera adaptación de Todd Browning) hasta Hugh Jackman, pasando por ese Peter Cushing que siempre acababa hundiendo una estaca en el esternón de Christopher Lee. Pero, de todas ellas, es la de Sir Anthony la que a nuestro parecer encarna los mejores rasgos del personaje como sabueso paranormal: un hombre de ciencia (no hay más que oír sus lecciones sobre la sífilis), un sagaz investigador (¿habrías sido tú capaz de deducir lo que le pasaba a la pobre Lucy?) y un aventurero sin miedo a mancharse las manos cortando unas cuantas cabezas. El desaliño personal y esas buenas maneras más que cuestionables no son imprescindibles, por supuesto, pero le hacen más entrañable.

Harry Angel (Mickey Rourke)

Le vimos investigar en... El corazón del ángel (Alan Parker, 1985)

Para un detective de serie negra, el mal fario es casi un requisito profesional. Pero lo de este investigador neoyorquino parece una maldición: Harry no tiene apenas clientes,  su despacho es una pocilga, ha recibido más palizas que su colega Philip Marlowe (que ya es decir) y ni siquiera cuenta con una secretaria de buen ver que le alegre los ojos. Para colmo, cuando un señor muy pericompuesto con el rostro (¡y las uñas!) de Robert De Niro requiere sus servicios para buscar a un sujeto desaparecido, nuestro protagonista se ve obligado a viajar a la sofocante Luisiana, donde le esperan un curso acelerado de vudú, un montón de asesinatos misteriosos y algunas desagradables revelaciones. Y es que, por muy desesperado que esté uno, siempre debería pensárselo dos veces antes de pactar con alguien llamado Louis Cypher. Prueba a pronunciar ese nombre en voz alta si quieres saber por qué.

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