'Dealt': El mejor mago del mundo es ciego

Richard Turner tenía apenas 7 años cuando un día en la escuela vio que las frases de la pizarra parecían más lejos que de costumbre. Poco después, ese borrón se convirtió en una gran mancha negra y a los 9 fue diagnosticado con una enfermedad de la retina que –finalmente– le dejaría ciego. Ya en plena adolescencia, Turner casi había perdido completamente la visión. Sin embargo, nada le impidió hacer alpinismo, surf, karate o meterse en un buen montón de líos, según confesión propia.

Hoy, a sus 62 años, está considerado el mejor mago de cartas del mundo. Muchos de los espectadores de sus shows –los que no le conocen previamente– ni siquiera advierten que es ciego hasta bien entrado el espectáculo.

Un realizador de Texas llamado Luke Korum decidió hace un par de años proponerle a Turner un documental sobre su vida. El mago aceptó y así nació Dealt, probablemente uno de los mejores trabajos sobre el mundo de la prestidigitación con barajas, gracias –especialmente– a las impresionantes manos del de San Diego.

Turner ha ganado todas las competiciones, premios y galardones que otorga el mundo de la magia y en Dealt demuestra que su pericia, 52 cartas en mano, no tiene parangón. "Richard no solo hace trucos; Richard te enseña lo que hacen los tramposos profesionales y lo hace mucho mejor que ellos" cuenta el director de la cinta cuando le preguntan lo que hace tan especial a Turner. "No es solo su impresionante habilidad para las cartas sino su conocimiento del medio, su sentido del humor y su obsesión por su profesión lo que le convierten en algo irrepetible" dice Korum.

En Dealt el propio Turner confiesa cuando empezó su locura por las barajas: con Maverick. "Aquella serie en blanco sobre un jugador de póker que recorría el Oeste de partida en partida y que protagonizaba James Garner, me fascinó. Ya sabía lo que quería ser… aunque después me torciera un poco". El mago practica 16 horas al día, sin excepción, y confiesa (no sin sorna) que jamás deja de jugar con la baraja. Jamas: "Ni cuando hago el amor".

Jason England, uno de los mayores expertos en la mecánica de los juegos de cartas, reconoce que Turner es uno de esos casos que aparece una vez en décadas, por su impresionante especialización y la facilidad con la que ejecuta cualquier truco sin necesidad de grandes despliegues: "Richard tiene una manera sencilla de hacer las cosas que hace creer al que le observa que cualquiera puede hacerlo. Te diré algo: no pueden" explica.

En Dealt aparecen magos, fanáticos de las cartas, estudiosos varios, amigos del protagonista, su familia, rivales en el arte de engañar a la audiencia y también representantes de uno de los gremios con más interés a la hora de averiguar cómo demonios lo hacen, por motivos bastante obvios: los grandes titanes de la industria del juego. Steve Forte, uno de los mayores expertos en seguridad de casinos en EE UU, cuenta –asombrado- en Dealt que "vi por primera vez a Turner en televisión a los ’80 y no podía creerlo, al día siguiente todo el mundo hablaba de ello. ¿Por qué? Porque he visto a toda clase de tahúres en mi vida y todos dominan un truco en particular. Turner había escogido los diez más difíciles y los dominaba todos sin despeinarse".

Pero al mago no le satisface eso de que sus méritos siempre empiecen con una suerte de nota a pie de página: "Soy ciego, es un hecho, pero no me gusta esa clase de empatía porque parece pensada para generar una dinámica que no necesito. 'Oh, aquí tenemos al gran mago ciego'. No me gustan ese tipo de presentaciones. Quiero que se me considere por mis propios méritos y no porque no puedo ver" cuenta Turner.

El documental, que concluye con el premio que le otorgaron en 2015 al mejor mago ‘close-up’ [aquellos que realizan trucos de cartas pegados al público], concluye con un mensaje que resume perfectamente la personalidad de Turner: "A veces pienso que sin la ceguera no sería lo que soy, que ella me obligó a convertirme en lo que soy. ¿Y sabes qué? Doy gracias por ello".