Danny Elfman: sus 10 mejores BSO que no fueron para Tim Burton

El compositor de Los Ángeles cumple hoy 66 años: buen momento para recordar partituras como 'Darkman', 'Men in Black' o 'Hellboy II'.
Danny Elfman: sus 10 mejores BSO que no fueron para Tim Burton
Danny Elfman: sus 10 mejores BSO que no fueron para Tim Burton
Danny Elfman: sus 10 mejores BSO que no fueron para Tim Burton

Sí, es posible. Lo juramos por nuestro bote de laca, nuestras joyas de plata y nuestro sayo de rejilla negra. Aunque todos los indicios parezcan sostener lo contrario, la carrera de Danny Elfman no se agota en sus trabajos junto a Tim Burton. Es cierto que, con partituras como Bitelchús, Big Fish, Mars Attacks! Eduardo Manostijeras, el músico de Los Ángeles (que cumple hoy 66 años) se ha ganado un lugar en la historia del cine… pero también es verdad que su obra es amplia y demencial, con muchos títulos que merece la pena explorar más allá de lo evidente.

Forbidden Zone (Richard Elfman, 1980)

¿Tiene Danny Elfman fama de compositor excéntrico? Pues sí… pero por las razones equivocadas. Si creías que los arreglos de sus composiciones para Burton son algo fuera de lo normal, espérate a ver su primer trabajo como compositor de cine: la partitura para el musical dirigido por su hermano Richard Elfman. No contento con firmar la música del filme, Danny se permitió aparecer en él como un Satán muy salido y muy influido por Cab Calloway. 

La mujer explosiva (John Hughes, 1985)

No es una BSO completa, pero qué importa:  Oingo Boingo, el grupo con el que Elfman triunfó en EE UU durante los 80, cosechó uno de los mayores hits gracias a esta canción compuesta para la película de John Hughes. Ese mismo año, el músico firmó la partitura de La gran aventura de Pee Wee, su segundo trabajo para un largometraje... y su primera colaboración con Tim Burton.

Los Simpson (serie, 1989–…)

Quién lo iba a decir: resulta que la pieza más difundida, reproducida y famosa de Danny Elfman no corresponde a ninguna película de Tim Burton. Se trata de un trabajo de encargo que se quitó de encima en tres días (y dos horas, 48 minutos y 19 segundos) para aquella serie de animación nacida en El show de Tracy Ullman. A partir de su segunda temporada, el show prescindió del arreglo original de Elfman y pasó a emplear un arreglo escrito por Alf Clausen. 

Historias de la cripta (serie, 1989-1996)

Cuando los productores de esta serie buscaron un compositor para su tema principal, la decisión debió de resultarles fácil. Porque, a un año vista de Bitelchús, Elfman era la mejor opción para conjugar humor malicioso y terror basado en los viejos comics de la EC. Lo único que lamentamos es que el bioexorcista de Michael Keaton y el Guardián de la Cripta nunca llegaran a encontrarse.

Razas de noche (Clive Barker, 1990)

¿Infravalorad0? Quizás. ¿Masacrado en el montaje? Probable. En espera de que el segundo largo de Clive Barker (Hellraiser) obtenga el reconocimiento que merece, nosotros recomendamos su visionado por dos razones: la estampa de David Cronenberg (sí, él) haciendo de psiquiatra psicópata enmascarado… y la partitura de un Elfman cuyos recursos habituales (ritmos machacones, colorido orquestal, coros que hacen "lalalá") no se habían convertido aún en tópico.

Darkman (Sam Raimi, 1990)

Un año después de haber firmado la BSO de Batman, Danny Elfman escribió la música para otro trabajo que podría haber sido capital para el cine de superhéroes, pero se quedó en clásico de culto. Al menos esto le valió para hacer migas con Sam Raimi, el segundo cineasta con el que mejor se ha llevado aparte de ya-sabéis-quién.

Misión: Imposible (Brian De Palma, 1996)

No sabemos si el encargo de De Palma le llegó al músico oculto en una cabina telefónica, ni si se autodestruyó después de que el compositor lo escuchase. El caso es que la misión (si Elfman decidía aceptarla) era enmendarle la plana a todo un Lalo Schifrin escribiendo la partitura para el reboot de la franquicia en cines. Nuestro hombre salió muy bien librado del envite, e incluso su arreglo del tema principal le hizo justicia al maestro argentino.

Men in Black (Barry Sonnenfeld, 1997)

Aunque se trate de uno de los mejores trabajos del Elfman de los 90, con un uso muy pinturero de los sintetizadores, la BSO de Men in Black padeció una plaga muy de su época: los soundtrack albums. La versión de la BSO que podía comprarse en las tiendas no incluía ningún tema de la película, y sí muchas piezas 'inspiradas' en la misma a cargo de Snoop Dogg, De La Soul, Destiny's Child y otras luminarias del hip hop y el R'n'B. A Danny le quedó el consuelo de llevarse aquel año, no una, sino dos nominaciones al Oscar: una por este filme y otra por El indomable Will Hunting.

Spider-Man (Sam Raimi, 2002)

Tras El planeta de los simios, un marrón tamaño gorila, Danny Elfman volvió a trabajar con Sam Raimi en un tema al que muchos asociamos automáticamente con nuestro amigo y vecino. Lo sentimos, Ramones Michael Giacchino, pero, por mucho que nos guste Spider-Man: Homecoming, este tema es el único que nos hace sentir tan atacaos de los nervios como Peter Parker. 

Hellboy II: El ejército dorado (Henry Selick, 2009)

En 2004, seguir los derroteros de un Burton cada vez más intimista le había procurado a Elfman su tercera (y penúltima) nominación al Oscar por Big Fish. Pero fue Guillermo del Toro quien le facilitó al compositor la oportunidad de volver por sus fueros más fantasiosos. La partitura de Hellboy II rebosa con detalles propios del mejor Danny Elfman de los 90, pero con un tono más lóbrego y pesadote, como corresponde al príncipe cervecero del infierno.

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