¿Cuánto le están costando a Hollywood las demandas por acoso sexual?

Actualmente, Ridley Scott rueda escenas a destajo con Christopher Plummer, el sustituto de Kevin Spacey en su película All the Money in the World. Después de que Anthony Rapp acusara al actor de haberle acosado cuando tenía 14 años, Spacey se había convertido en una patata caliente a la que no convenía tener en aquel reparto (ni en ningún otro), con lo que el cineasta británico tomó la drástica medida de rehacer su película. Una medida que ha puesto en vilo la fecha de estreno de la película (el 22 de diciembre en EE UU) y cuyo coste podría rondar los 10 millones de dólares.

El caso de Scott y de Imperative Entertainment, la productora que respalda All the Money in the World, no es el único. Según un reportaje de The Hollywood Reporter (THR), la reciente oleada de acusaciones por acoso sexual, abusos y violaciones contra estrellas y magnates está golpeando a Hollywood donde más le duele: en el bolsillo. En la estela del escándalo de Harvey Weinstein, la industria podría estar viviendo un cataclismo en el que los contratos se cancelan, los equipos se quedan en paro, las fechas de fin de rodaje dan tumbos por el calendario y las producciones más costosas del cine y la TV se quedan de golpe sin sus protagonistas.

Sin ir más lejos, la decisión de Netflix de prescindir de Spacey para la nueva temporada de House of Cards pondría en serios aprietos las finanzas de la plataforma: el actor expulsado no tenía en su contrato una 'cláusula de moralidad' (la que obliga a mantener una buena imagen pública durante el rodaje y promoción de la serie), con lo que este se embolsará una cuantiosa indemnización. La crisis en House of Cards también ha puesto de los nervios a las autoridades del estado de Maryland: el rodaje de la serie suponía hasta ahora unos ingresos de 129 millones de dólares en sus arcas públicas.

Otro escándalo sexual, el del comediante Louis C.K., podría tener consecuencias aún más catastróficas. Ahora que el protagonista de Louie va camino de convertirse en un paria al haberse revelado su exhibicionismo, a la distribuidora The Orchard (propiedad de Sony Pictures Classics) le está pesando el haber pagado 5 millones de dólares por su película I Love You, Daddy en el pasado festival de Toronto. El filme, que para colmo narra una historia de amor entre un adolescente y un director de cine madurito, tenía planeado un estreno en 12.000 salas que ha tenido que cancelarse.

Por una parte, es posible lamentar la suerte de aquellos distribuidores que creían en el filme que no pueden lanzar, o en el de los equipos de rodaje que se ven en la calle de un día para otro. Por otro, hay que tener presente que el audiovisual es, ante todo, un negocio. Y que la costumbre de encubrir a hombres que abusan así de su poder sólo terminará si la industria descubre que, encubriéndolos, se arriesga a perder beneficios. Pero la pregunta está ahí: ¿tendrá esta fiebre consecuencias a largo plazo?