Cuando Robin Williams pudo salvar la vida de Christopher Reeve

Ambos actores coincidieron en la Escuela Juilliard de Nueva York como estudiantes y se hicieron eternos amigos. Williams fue el gran apoyo de Reeve durante el final de su vida
Cuando Robin Williams pudo salvar la vida de Christopher Reeve
Cuando Robin Williams pudo salvar la vida de Christopher Reeve
Cuando Robin Williams pudo salvar la vida de Christopher Reeve

En 1973, Robin Williams Christopher Reeve fueron los dos únicos nuevos alumnos del programa avanzado de la prestigiosa escuela de arte dramático Juilliard de Nueva York, fundada el año anterior por John Houseman. Ambos estudiantes y compañeros de cuarto se hicieron inmediatamente amigos, llegando a prometerse que si cualquiera de los dos alcanzaba la fama y el éxito profesional se encargaría de que el otro no pasara hambre. Lo que ocurrió es que en 1978 Reeves fue elegido para interpretar aSuperman en la superproducción de Richard Donner y Williams debutó en la serie Días felices en el papel de Mork, lo que le propiciaría su propio spin-off Mork y Mindy. Durante la década de los 80, los dos amigos alcanzaron ese éxito que se habían deseado mutuamente apenas unos años antes.

Después del accidente que sufrió Reeve en 1995, cuando al caerse de su caballo se fracturó dos vértebras cervicales y perdió la movilidad de todo el cuerpo salvo la mano izquierda, Williams se mantuvo constantemente a su lado, como un miembro más de su familia. De hecho, se comprometió a hacerse cargo de todos los gastos médicos de Reeve que no fueran cubiertos económicamente por su seguro y se involucró profundamente en su fundación para la investigación sobre la parálisis.

Cuando Robin Williams pudo salvar la vida de Christopher Reeve

Momentos antes de la complicada operación de recolocación del cráneo en la columna, de la que Reeve sólo tenía un 50% de posibilidades de salir con vida, Williams se presentó por sorpresa en la habitación del hospital haciéndose pasar por un proctólogo ruso dispuesto a "hacer un examen rectal a Superman". "Era un momento especialmente oscuro de mi vida y de repente abrió la puerta un tipo bajito con un gorro azul, bata quirúrgica y gafas que hablaba con acento ruso", contó después Reeve. "Me reí por primera vez desde el accidente. Mi viejo amigo me ayudó a saber que, de alguna forma, todo iba a salir bien". Reeve murió en 2004; de haber seguido con vida, quizás podría haber hecho lo mismo por su amigo.

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