[Crónica TIFF 2013] La (no) revolución de Wikileaks

Bill Condon y su retrato de Julian Assange y Wikileaks no convencen en la inauguración del Festival de Toronto. Se la comen las perturbadoras 'Prisoners' y 'Caníbal'. Por IRENE CRESPO (Toronto)
[Crónica TIFF 2013] La (no) revolución de Wikileaks
[Crónica TIFF 2013] La (no) revolución de Wikileaks
[Crónica TIFF 2013] La (no) revolución de Wikileaks

¿De qué se habla en Toronto hoy? De Wikileaks. Del pelo blanco de Benedict Cumberbatch y el poco partido que le ha sacado Bill Condon a la historia de Julian Assange. Y de Roger Ebert: el Festival le ha hecho un pequeño homenaje al crítico de cine que más hizo por Toronto.

Pero sobre todo aún se habla de la cantidad de películas que hay por ver en este Festival, inabarcable: sólo hoy había 58 pases de prensa.

¿Qué hemos visto? Después de una estudiada (y algo forzada) selección, hemos empezado con Prisioneros, primera película en Hollywood del canadiense Denis Villeneuve (director de la maravillosa Incendies), un intenso y sobrecogedor thriller sobre la culpa, la redención, el bien y el mal, con reflejos del Fincher de Seven. Villeneuve maneja a la perfección la combinación del melodrama y el misterio, y saca oro de Hugh Jackman y Jake Gyllenhaal. Después, el torontómetro ha empezado a bajar, con Kill Your Darlings, la historia de la formación de la generación beat y un Daniel Radcliffe poco creíble de Allen Ginsberg. Eso sí, a Dane DeHaan, no hay que perderle de vista. Y no hemos remontado con la esperada película de inauguración: El quinto poder (Dentro de Wikileaks), de Bill Condon. Lo que podría haber sido una gran reflexión sobre la revolución de la información, el papel del periodismo y su crítica situación ahora mismo, se queda en un retrato del controvertido Assange, o casi más centrado en su socio Daniel Domscheit (Daniel Brühl), que se enreda demasiado en explicar cuestiones informáticas y en dejar demasiado mascadito todo el mensaje. Las comparaciones con La red social, le harán mucho daño. Lo mejor: la autoparodia final. Por suerte, el postre del día estaba delicioso: Caníbal, la nueva película de Manuel Martín Cuenca (La mitad de Óscar), es una inquietante y cruda (pero a la vez muy hecha, ya que empezamos con la metáfora culinaria…) historia de amor con una impresionante pareja protagonista: Antonio de la Torre y Olimpia Melinte. Por cierto, Caníbal se ha estrenado en Toronto llenando su primer pase (una docena de periodistas se han quedado fuera).

¿Con quién has hablado? Con todos los publicistas que he podido y se han dejado. Y he escuchado a Bill Condon decir: "El quinto poder no pretende dar respuestas, sólo plantea preguntas".

¿Qué has comido? Sshh… Que no se corra la voz, pero los sándwiches de la pequeña sala de prensa del TIFF Bell no sólo van a salvar más de una comida, además están ricos. Aunque seguro que menos que los ‘filets mignons’ de Caníbal.

¿Qué esperas de la jornada de mañana? Entrevistar al equipo de Prisioneros, al de Caníbal y hacer doblete Ron Howard: Rush (otra vez con Daniel Brühl) y Made in America, el documental sobre Jay-Z. Y para seguir con la Z… si ya me diera a tiempo a ver Zipi y Zape y el club de la cánica.

Torontómetro: Es demasiado pronto… Además, difícil meterse en la mente del público cinéfilo de esta ciudad: el jurado del Festival. En el mío personal, y con sólo cuatro películas vistas: Prisoners y Caníbal. Vaya día de depredadores.

@irenecrespo_

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