[Crónica San Sebastián 2012]: Turno para los mayores

Con la mente puesta en el palmarés, las películas de los veteranos Lasse Hallstrom, Bernardo Bertolucci y Dustin Hoffman pasan con resultados irregulares. Por MANUEL PIÑÓN
[Crónica San Sebastián 2012]: Turno para los mayores
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[Crónica San Sebastián 2012]: Turno para los mayores

Las cosas como son: todo el pescado está vendido y ya lo único que queda es saber si la triunfadora del 60º Festival de San Sebastián es Blancanieves, Dans la maison o El artista y la modelo. El cuento de Pablo Berger parte como favorito en casi todas las quinielas, pero si algo tienen los jurados, especialmente este, es que siempre completan el doble sentido de “fallo”. Habrá sorpresas, pero estas son las mejores películas que se han visto en la sección oficial. También Rhino Season de Ghobadi –ya tiene dos Conchas de Oro– y Le Capital de Costa Gavras tienen muchas papeletas para rascar algo, pero tiene más que ver con la previsible deriva de los miembros del jurado que con los valores intrínsecos de estos títulos.

Lo que habría que descartar de entrada es que el sueco Lasse Hallstrom se lleve algo a casa con El hipnotista, un lamentable noir escandinavo a rebufo del fenómeno Millenium. En palabras del crítico de CINEMANÍA Nando Salvá es “el caso policial resuelto de una forma más incompetente”, y es que la nulidad de sus personajes es sólo comparable a la de Hallstrom, más acostumbrado a hacer esponjosos melodramas para todos los públicos acaparadores de nominaciones como Las normas de la casa de la sidra o Chocolat. Una familia aparece asesinada, sólo el hijo sobrevive y se reclama la asistencia de un Anthony Blake frío como el hielo para que sonsaque del traumado adolescente la identidad del verdugo. Entre medias, el hijo del hipnotista en cuestión es secuestrado, complicando un caso que a estos detectives más simples que una mesa Lack les viene grande y que los espectadores han resuelto antes de planteado. Si a priori no mostraba aptitudes para historias duras, una vez vista El hipnotista debería prohibírsele de por vida que se acerque a este tipo de materiales.

Lo último que Bernardo Bertolucci, un habitual de Donostia, había dirigido fue Soñadores, hace algo más de una década. Tras superar algunos achaques, el italiano sigue una fórmula similar a la de aquella película en Io e te, que se presentó fuera de concurso en la Sección Oficial de Cannes y que hoy se ha podido ver en Zabaltegi, la zona abierta del festival. Historia de dos hermanastros adolescentes distanciados que pasan una semana escondidos en un sótano, tiene momentos de emoción verdadera y el descubrimiento de una actriz superdotada Tea Falco. La edad no pasa factura al cine de Bertolucci, que sigue siendo joven, inquieto, vivo.

Para cerrar la Sección Oficial, y fuera de concurso, mañana se proyectará en la clausura El cuarteto, el debut como director del actor Dustin Hoffman, que con 75 años se ha tomado su tiempo para dar este paso. La película, ambientada en un precioso asilo victoriano de músicos y cantantes de ópera, tiene muy claro a quien se dirige: el público de Exótico Hotel Marigold, espectadores que se pueden beneficiar de los descuentos para pensionistas. Y doy fe de que funciona a ese nivel. Los actores, leyendas del cine británico como Maggie Smith, Tom Courtenay o Michael Gambon, “trabajan muy bien”, que diría mi madre, engarzando chiste tras chiste con un oficio sensacional. Fuera de ese nicho, El cuarteto tiene poco o nada que hacer. Es tópica y previsible a más no poder, sus bromillas son inofensivas y blancas, y uno mira el reloj cada vez que toca número musical. Qué habrá visto Dustin Hoffman en este guión para ponerse tras la cámara es un misterio, al margen del placer de rodearse de grandes intérpretes.

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