[Crónica San Sebastián 2011] 'Extraterrestre' ya es de la familia

Podría encajar en la de Julie Delpy en 'Le Skylab' y divertir a los niños de la de Kore-eda en 'Kiseki'. El mejor día (y más familiar) de San Sebastián por las risas con la peli de Vigalondo de colofón. Por IRENE CRESPO
[Crónica San Sebastián 2011] 'Extraterrestre' ya es de la familia
[Crónica San Sebastián 2011] 'Extraterrestre' ya es de la familia
[Crónica San Sebastián 2011] 'Extraterrestre' ya es de la familia

Oh, la familia. Ese ente que nos quiere y nos protege, al mismo tiempo que nos crea complicaciones y dolores de cabeza con sus peleas, sus gritos, sus diferencias… Ese grupo de personas tan buscado por el cine, tan estudiado, desde el drama a la comedia, desde la felicidad, el optimismo y la festividad con que lo ve la francesa Julie Delpy a la tranquilidad, sutileza y esperanza con que nos las muestra Hirokazu Kore-eda. La familia nos ha traído de cabeza hoy en San Sebastián, pero no hemos necesitado aspirinas para pasar el mal trago. Todo lo contrario. Bueno, sí, para pasar el bajonazo de la sueca Happy End.

Julie Delpy consigue en Le Skylab empatizar con el espectador, hacer que todos nos sintamos un poco representados (yo en parte) en esas ruidosas reuniones familiares alrededor de una abuela con carácter. Inspirándose en su propia vida (su personaje está basado en su madre que murió un año antes) y “añadiendo mucha imaginación” nos mete en una comida familiar por el cumpleaños de la matriarca en el año 1979, justo cuando la estación espacial Skylab iba a caer. Ayer en el pase de prensa, se vieron más golpes (literales) que nunca por entrar a ver en el teatro Principal la tercera película como directora de la actriz de Antes del amanecer. Una vez dentro la risa contagiosa se alargó toda la película y el aplauso final fue atronador. A mí me sobró el gancho para contarnos esa comida familiar, no necesitaba excusas para explayarse en ese costumbrismo en el que mezclar desde mayo del 68, la guerra de Argelia a la pérdida de la infancia. Pero se agradecen tanto por estos lugares una comedia ligera y sin pretensiones, que el público se entrega.

Hoy ha sido duro. No sólo había que madrugar, sino que además había que madrugar para ver una película japonesa de dos horas. Uf. Por suerte Kore-eda (Still Walking, Nadie sabe) enseguida te arranca esa pereza con sus niños en busca del milagro del tren bala. Precisamente Milagro se llama esta maravillosa película, Kiseki en japonés. Porque es un milagro que las familias vivan bajo el mismo techo, dice Kore-eda, porque es un milagro lo que consigue con este grupo de niños, especialmente con los dos hermanos protagonistas (también hermanos y además cómicos en la realidad), uno, más reflexivo, serio, pesimista vive con su madre en una ciudad y el otro, alegre, pragmático vive con el padre. Juntos idean un plan para pedir un deseo, que vuelvan a vivir juntos como una familia, en el punto donde se cruzan dos trenes bala nuevos. Y juntos se darán cuenta de que no hacen falta milagros, que con el que están viviendo tienen suficiente, crecen y empiezan a comprender cómo es la vida… y la familia. Kore-eda se lo ha puesto difícil ya a Terence Davies. El Festival le debe los premios que no le dio con Still Walking.

Otra familia que ha pasado más desapercibida hoy, pero que también merece la pena conocer es la de Urteberri on, amona! (¡Feliz año, abuela!), el estreno de Telmo Esnal en solitario con una comedia negra sobre el trato a los abuelos. Divertida y con una maravillosa abuela (Montserrat Carulla).

Con el subidón de alegría, positivismo y azúcar que llevábamos hemos llegado a la presentación de Extraterrestre, la segunda y esperadísima película de Nacho Vigalondo, que venía precedida por buenísima acogida en el Festival de Toronto. Con cinco actores (geniales), un piso y algún descampado Vigalondo se ha marcado una comedia divertidísima, llena de guiños chanantes (con Carlos Areces y Raúl Cimas de protagonistas es inevitable y se agradece) y diálogos tronchantes que salvan con creces los pocos medios que haya tenido. No los necesitaba, ni siquiera hace falta ver a los aliens (como en Super 8). Grande.

Y para grande… No sigo con el chiste (el más repetido por aquí). Pero si creías que el día en Donosti (con su sol y sus 25 grados) no podía mejorar te cuentan que ya ha llegado Michael Fassbender. Mañana presenta Shame (allí estaré en el pase), de Steve McQueen. Ahora sí está toda la familia. Enorme.

Día 3 Fresnadillo divide, Urbizu une

Glenn Close, Premio Donostia

Día 4 Menos tonterías y más Rachel Weisz

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