[Crónica Gijón 2014] ...Y llegó la artillería pesada

Vemos las mejores películas del certamen en un margen de 48 horas.
[Crónica Gijón 2014] ...Y llegó la artillería pesada
[Crónica Gijón 2014] ...Y llegó la artillería pesada
[Crónica Gijón 2014] ...Y llegó la artillería pesada

¿De qué se habla en Gijón? Varios son los temas de conversación que se pueden escuchar estos días, a las puertas del cierre del festival. El primero, que la calidad de las producciones proyectadas ha subido en casi todas las secciones, habiéndonos encontrado por fin algunos filmes no sólo correctos o estimables, sino excepcionales. También, del regreso de una leyenda local como es 'Ronquiditos', un señor que se dedica a venir al festival a dormir la mona y roncar con una potencia sonora digna de admiración. Pero en global, se habla de que Gijón está portándose bien en cuanto a clima, más teniendo en cuenta que apenas ha llovido un par de días (algo bastante extraño en la ciudad). Como veis, un poco de todo, vaya.

¿Qué has visto? Dos nuevas películas de la sección oficial, ambas dramas de cámara, pequeños y centrados en personajes. El primero proviene de China y lleva por título Trap Street, estando dirigido por Vivian Qu. De alguna manera funciona como la versión menos boba (y también más pesada) de Hombres, mujeres y niños de Jason Reitman, hablándonos de los peligros de la tecnología y centrando su historia en un joven que tras recoger a una mujer en la calle, se ve inmerso en una trama de espionaje a niveles masivos. No esperéis un Jack Ryan porque aquí la cosa avanza a fuego lento, con algún punto de interés, pero el guión está algo desdibujado y es mucho más interesante lo que quiere decir (es decir, la idea) que la forma de hacerlo.

Algo parecido le pasa a la iraní Melbourne, que explota los esquemas del cine de Asghar Farhadi, llegando al punto de contar con media docena de actores de éste. La historia sigue a un matrimonio que está preparándose para irse a la ciudad australiana, pero debido a cierto problema se ven obligados a afrontar la realidad y asumir las consecuencias. Casi siempre vemos a dos personajes en pantalla, interpretados de forma muy solvente por Peyman Moaadi y Negar Javaherian, pero el desarrollo es muy caprichoso y lo que podría ser inquietante se queda en fuego de artificio. Mantiene el interés mientras dura, eso es cierto, pero desde luego su punto de partida es muchísimo más sólido que el resultado final.

La sección "Géneros mutantes" ofreció un par de películas de matrícula de honor. La primera fue It Follows de David Robert Mitchell, filme presente en Cannes y Sitges que demuestra que el cine de terror no necesariamente requiere de subidas de volumen para generar desasosiego y tensión constante y ofrece una regresión total al cine de los años 70 y 80, con Halloween de John Carpenter como punto de partida. No es que haya un asesino enmascarado persiguiendo a un puñado de adolescentes sino que el terror es puramente abstracto, contando con una premisa excelente y una desarrollo igualmente sólido. Tiene alguna secuencia discutible pero hacía tiempo que no veíamos un film del género tan bien realizado y con tanta inteligencia. Eso si excluimos The Babadook de Jennifer Kent, claro, un extraordinario film de terror que encajaría perfectamente en el canon de James Wan pero que no ha estado presente en el FICX.

La segunda fue The World of Kanako, la nueva película del realizador japonés Tetsuya Nakashima (Confessions) que lleva mucho más lejos sus obsesiones temáticas para dar luz a algo cercano a una película perfecta. Repleta de rutas alternativas, se trata de uno de los thrillers modernos más seguros de su condición de cine mutante que se han visto en años, jugueteando con un montaje que serpentea entre lo convencional y lo experimental, con una textura repleta de grano y cortes rápidos y abruptos que la acercan a la experiencia de Spring Breakers. Si se le da la publicidad suficiente y se corre la voz, no dudéis que estemos ante la Old Boy de esta década. Maravillosa.

Y cerrando secciones, pudimos ver algunas de las propuestas de AnimaFICX. Dos de ellas se enmarcan en lo que podría esperarse de productos comerciales con los infantes como destino, en particular la francesa Loulou, l'incroyable secret es una sátira ligerita, con un acabado sólido y simpático, de lo que podría entenderse como un film político o social sobre los que están arriba y los que quedan abajo. No es que alce mucho el vuelo pero se ve con simpatía, cae en gracia.

La japonesa Magical Sisters Yoyo & Nene es un caramelo visual, uno de esos animes de movimiento suave y personajes cándidos que además se atreven a ir un poco más lejos a nivel argumental. Sin ser tampoco revolucionaria, es una película muy amena, se pasa en un suspiro y es un regalo para los ojos. Tristemente, el guión abraza punto por punto la estructura de las ficciones de niñas mágicas y no hay ni un ápice del riesgo que convirtió a, digamos, Madoka Magika en una de las grandes cumbres del anime de todos los tiempos.

Sin embargo, la película de la sección que más nos ha gustado, y probablemente lo mejor que hemos visto en todo el festival, tiene un nombre muy concreto: Song of the Sea. La nueva película de Tomm Moore (El secreto del libro de Kells, 2009) es una joya animada que se graba a fuego en la memoria y ofrece algunas de las secuencias más bellas del cine reciente; animado o no. Con un acabado técnico excepcional y un estilo muy definido, marca de la casa, lo que tenemos aquí es un cuento maravilloso que funciona perfectamente como película infantil pero que es capaz de ofrecer estímulos a los adultos sin decaer en ningún momento, no sólo gracias a su perfección como artefacto puramente audiovisual sino también por su excepcional narración. Nuestro consejo no es que la veáis, es que la viváis, porque es ese tipo de obra que se puede añadir en ese estante en el que los clásicos animados del siglo XXI son capaces de mirar de tú a tú a los que se facturaron en el pasado. Ése en el que se encuentran películas como El viaje de Chihiro, Ernest et Cèlestine, Mary and Max, El ilusionista o El cuento de la princesa Kaguya. Con cine así, la animación se alza como expresión artística y demuestra estar al nivel de la imagen real. O qué diablos, por encima. Una película bellísima, preciosa.

¿Qué te has perdido? El film uruguayo El 5 de Talleres, que iba a concurso. No han hablado mal de él, pero nos coincidía con otra proyección y es imposible recuperarlo todo. La próxima vez que hablemos de él será ya para mencionarlo en el palmarés. Si es que figura en él, claro...

Gijonmetro: Peyman Moaadi y Negar Javaherian hacen un trabajo muy sólido en la iraní Melbourne. Tienen posibilidades de rascar premio, sobre todo ella, porque la 'carrera' por el premio a mejor actor está muchísimo más reñida.

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